La psicóloga ofrece pautas para afrontar este nuevo desafío Federica Sassi: “En estos momentos, las emociones son las protagonistas y actúan como guionistas de nuestras acciones”
Sassi es profesora del Departamento de Psicología de la Universidad Loyola es Doctora en Psicología por la Universidad de Almería y posee posgrados en Psicología de Emergencias y Catástrofes
Ha colaborado como psicóloga con la Cruz Roja Italiana en la emergencia Hidrogeológica en Lucca, Italia y en labores de socorro en el terremoto de la región Molise entre otras
Analiza los factores y los procesos que experimenta la mente humana ante un caso de esta magnitud y ofrece pautas de lo aconsejable frente a este nuevo desafío
Analiza los factores y los procesos que experimenta la mente humana ante un caso de esta magnitud y ofrece pautas de lo aconsejable frente a este nuevo desafío
| LoyolaAndNews
(LoyolaAndNews).- Federica Sassi, profesora del Departamento de Psicología de la Universidad Loyola es Doctora en Psicología por la Universidad de Almería. Realizó un Postdoctorado en Resonancia Magnética Funcional por la Universidad Nacional Autónoma de México y posee posgrados en Psicología de Emergencias y Catástrofes.
La científica de nacionalidad italiana ha colaborado como psicóloga con la Cruz Roja Italiana en la emergencia Hidrogeológica en Lucca, Italia y en labores de socorro en el terremoto de la región Molise entre otras. En este momento, ante el estado de alerta sanitario que se experimenta a nivel global, la investigadora analiza los factores y los procesos que experimenta la mente humana ante un caso de esta magnitud y ofrece pautas de lo aconsejable frente a este nuevo desafío.
¿Cómo definiría según sus estudios y especialidad la circunstancias que estamos viviendo en este momento?
Nos encontramos en una emergencia sanitaria internacional, declarada por la OMS en enero. En la situación actual, tenemos que tener en cuenta unos factores. Estamos en un estado de alerta debido a un agente vírico que, por el hecho de que no es visible, a veces no es sencillo asimilar como real. Además, debido a que el coronavirus puede generar cuadros sintomatológicos muy diferentes según la población a la que afecta, no nos ayuda a transmitir la real peligrosidad de la situación. El hecho de que, en muchos casos, este virus cause un cuadro similar a una gripe (aunque no lo sea), por ejemplo en las personas jóvenes y niños, esto no es cierto y lejos es de serlo para aquellas personas que tienen algunas enfermedades previas o a personas mayores.
"Estamos en un estado de alerta debido a un agente vírico que, por el hecho de que no es visible, a veces no es sencillo asimilar como real"
Para estas personas, este virus es potencialmente mortal. Estos factores, al principio han jugado un papel importante para que se pudiera mentalizar el peligro real de la situación. Sin embargo, hoy, la mayoría de las personas han entendido y mentalizado la realidad de la situación, fundamental para entender el estado de alerta y las medidas de restricción derivadas de la misma.
¿Cómo reacciona la mente humana ante una situación sobrevenida de alerta como la que estamos viviendo?
El proceso de mentalizarse del estado de alerta, y de la peligrosidad de la situación ha desencadenado la respuesta que nuestra mente suele dar en estados de emergencia y peligro: respuestas de supervivencia.
En una primera fase de impacto, justo después de que se haya dado un evento extraordinario, en el momento que nuestro cerebro detecta un peligro inminente, donde nuestra vida puede correr peligro, responden las estructuras más profundas de él, como las amígdalas, que procesan las emociones de forma automática y hacen que emitamos una respuesta impulsiva, sin que nuestro control voluntario y consciente (dado por los hemisferios), pueda hacer mucho para mitigar nuestras acciones. Aquí es donde nacen nuestras respuestas más automáticas y arcaicas como las de huida. También se dan casos completamente opuestos: nos quedamos helados.
"En estos casos, el instinto de supervivencia toma el control y nos cuesta mucho pensar en frío"
En nuestro caso, en el momento que se ha mentalizado la peligrosidad del estado de alerta, las personas se han volcado en hacer compras de comida, de todo género de primera necesidad y han huido en los lugares para ellos más seguros. Aquí y como se ha podido ver, de la misma forma, en Italia. En estos casos el instinto de supervivencia toma el control y nos cuesta mucho pensar en frío, planear correctamente nuestras acciones y no ser impulsivos.
Una vez pasada esta primera fase, generalmente, unos días después del suceso, cuando las personas empiezan a mentalizar lo ocurrido, empezamos a ver conductas de empatía, las personas se ayudan, empatizan entre ellas y se agrupan para intentar salir juntos de la situación. Es lo que justo estamos viendo ahora con los aplausos desde la ventana para apoyar al personal sanitario, en primera línea en esta emergencia, grupos empresariales que empiezan a fabricar mascarillas y batas aislantes para los hospitales, etc.
¿Cómo podemos actuar cuando veamos una situación de estrés y falta de control en nuestro entorno?
Hay que intentar hacer un esfuerzo, un gran esfuerzo y mantener la sangre fría, como se dice. Hay que intentar pararse, respirar hondo, procesar toda la información disponible que tenemos en estos momentos, intentando buscar la solución más eficiente. Es fundamental pensar fríamente en nuestro entorno y los recursos que tengamos en estos momentos, porque la primera regla en emergencia es cuidarse y después cuidar. Por ejemplo, en caso de un suceso grave con víctimas, las personas instintivamente se vuelcan en ayudar a los heridos, sin primero evaluar si ellos mismos, corren peligro en hacerlo y desgraciadamente esta conducta, muchas veces, añade más víctimas a los accidentes. También es bueno alejarse de las personas que en estos momentos tienen un estado alterado de activación y se están llevando por conductas impulsivas, porque el miedo y el pánico, son emociones que se transmiten fácilmente rápidamente.
"La primera regla en emergencia es cuidarse y después cuidar"
¿Qué poder tienen las emociones en este tipo de circunstancias? ¿Pueden alterar la percepción de la realidad un estado emocional alterado por las circunstancias?
Las emociones son las protagonistas en estos momentos y actúan como guionistas de nuestras acciones. Para evitar que se apoderen de nosotros, necesitamos conocerlas, manejarlas y nunca intentar suprimirlas. Es importante considerar que son espontáneas, mutan y son difíciles de controlar, y que personas diferentes pueden expresarlas de forma muy diferentes.
El miedo y el pánico son las emociones que más encontramos en estos momentos de emergencia y alerta, y las más difíciles de manejar. El miedo nos pone en alerta, pero cuando aumenta y se trasforma en pánico, bloquea el pensamiento y nos empuja a la acción, la huida. Además, si el peligro no es visible, nuestra imaginación puede agrandar el miedo, poniéndonos en un estado de ansiedad o pánico.
"El miedo nos pone en alerta, pero cuando aumenta y se trasforma en pánico, bloquea el pensamiento y nos empuja a la acción, la huida"
La ansiedad, que es un estado de alerta de nuestro organismo prolongado en el tiempo, lleva a las personas a buscar información de forma casi compulsiva, telediarios, programas de televisión, Internet, retroalimentando así este mismo estado de ansiedad. La rabia es una emoción que suele darse también en estas situaciones. La rabia se dirige hacia los presuntos culpables del suceso, que a veces, al ser difícil de identificar, también hace que sea difícil de mitigar y se suele presentar con la tristeza y la impotencia. Las tantas informaciones que nos llegan, después de algún suceso, también aumentan nuestra confusión y hacen que sea difícil pensar y actuar con claridad.
¿Cómo crees que irá evolucionando el proceso que estamos viviendo en cada persona cuando la situación que estamos viviendo en este momento se alargue semanas como es probable?
El estado de alarma que vivimos en respuesta al COVID-19, se alargará seguro unas cuantas semanas más. En estos tipos de emergencias donde las personas deben estar aisladas en sus casas, durante un tiempo indefinido, puede generar mucha confusión: todas las rutinas y equilibrios que nos definen, se vienen abajo y esto puede tener un impacto psicológico importante.
"Todas las rutinas y equilibrios que nos definen, se vienen abajo y esto puede tener un impacto psicológico importante"
En las personas más vulnerables, un verdadero desafío: de la nada se encuentran solas, frente a ellas mismas. Por eso, es aconsejable, que siempre nos centremos en el día a día, creemos una nueva rutina, la escribamos si hace falta. Si hay niños, involucrarlos en planear la nueva rutina. Aunque estemos en casa, es bueno que nos quitemos el pijama, del pijama al chándal. Duchas calientes, para relajarnos, mantener los ritmos de las comidas y del sueño, que suelen descolocarse bastante cuando estemos muchos días encerrados. Intentar hacer algo de ejercicio, aunque sean estiramientos en el suelo, vital para no sentirnos más cansados aun: lo músculos necesitamos mantenerlos activos.
¿Cómo cree que es mejor proceder por parte de los poderes públicos para mantener la mayor calma posible en la ciudadanía?
Actualmente los poderes políticos están actuando conforme los protocolos: informar la población de los avances de la emergencia diariamente y en este caso, más veces al día. Es importante informar la población de forma diaria para fomentar la calma y mantener la confianza.
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