"Nuestro camino, si quiere conducirse en Jesús, debe ser conducido en la verdad" Cristo nuestro Rey, El Camino, viene entre nubes para reinar después de haber hecho el camino

Cristo Rey
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"El mismo Jesús, en diferentes parábolas expresa que volverá pedir cuentas a sus servidores, después de haberle confiado talentos y comunicado dones"

"Seremos juzgados por la capacidad de amar desde una misericordia que haya sido capaz de solidarizarse con el sufrimiento y la necesidad"

Jesús ha dicho: Yo Soy El Camino, La Verdad y La Vida, nadie va al Padre sino es a través de mí.

Cuando lava los pies a los discípulos nos dice algo que es clave: como yo he hecho hagan también ustedes…En otro momento dice: como yo los he amado, ámense también ustedes.

En este domingo de Cristo Rey del Universo, al leer los textos del profeta Daniel, del Apocalipsis y el evangelio de Juan, vemos que Cristo se declara como Rey ante Pilatos.

Jesús ha hecho un camino, enseñándonos a cumplir, ante todo, la voluntad del Padre: todo está consumado. Ahora el Padre le otorga el poder, el honor y la gloria; y todos los pueblos le servirán.

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El mismo Jesús, en diferentes parábolas expresa que volverá pedir cuentas a sus servidores, después de haberle confiado talentos y comunicado dones. Así vemos la parábola de los talentos, del sembrador que siembra la buena semilla, el grano de mostaza, etc. Tenemos que entregar cuentas como servidores después de haber hecho el camino. La pregunta es: ¿cómo estamos haciendo el camino?

Jesús dirá: el que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, ese me ama, el Padre y Yo lo amaremos y vendremos a hacer en él nuestra morada, siendo esta una realidad absolutamente fuerte, inconmovible; edificados en la roca.

Por eso, según el evangelio de Mateo 25, en su segunda venida para juzgar a todas las naciones, Jesús dirá: porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de comer… es decir seremos juzgados por la capacidad de amar desde una misericordia que haya sido capaz de solidarizarse con el sufrimiento y la necesidad; resolviendo nuestra vida de comunidad al estilo como Jesús resuelve nuestra vidas al momento de hacerse hombre y manifestarse en sus variadas formas de acercarse a los ciegos, leprosos, viudas, pecadores, entrar en sus casas, etc.

Jesús ha hablado a sus discípulos que Él se va a preparar una morada para los suyos. Lo más importante es que desde la tierra, nosotros mostremos que le pertenecemos a Jesús desde nuestra manera de creer en Él, cumpliendo sus palabras y su mandamiento del amor: ámense los unos a los otros como yo los he amado.

Jesús ha cumplido, por eso ante Pilatos dice: Soy Rey, para eso vine al mundo, para ser testigo de la verdad, todo el que es de la verdad escucha mi voz.

Nuestro camino, si quiere conducirse en Jesús, debe ser conducido en la verdad. Esto nos lleva a una conversión o cambio para ser mejores y que vengamos a  ser un referente de luz y testimonio de vida desde Jesucristo.

Escuchar a Jesús y hacer vida su palabra, significa vivir en la verdad que hace libres; vivir en la caridad que revela una verdadera fraternidad.

Jesús nos dirá que este camino no será fácil, como tampoco lo fue para él. Nos recuerda: los he puesto como ovejas en medio de lobos, en el mundo, pero no tengan miedo, yo he vencido al mundo.

Por lo tanto, el discípulo está llamado o exigido a escuchar la voz del buen Pastor que lo conduzca en el camino de forma segura, confiado en sus manos, en medio de un mundo y humanidad frágil que se deja envolver fácilmente por el engaño, el egoísmo, sin importarle en esta fragilidad lo que pueda destruir o el mal que pueda hacer. Sin embargo, Jesús como la palabra de vida y de verdad, conduce al discípulo con toda la fuerza del espíritu de la verdad que es el Espíritu Santo, para que el discípulo no sucumba ante engaños y obstáculos sino que tiene que hacer el camino que le traza el Buen Pastor para que en él se haga la voluntad de Padre, como la hizo Jesucristo, el Hijo Amado del Padre.

¡Viva Cristo Rey, nuestro camino!

Algunas preguntas importantes:

¿cómo hemos escuchado a Jesús?

¿cómo hemos vivido en la caridad?

¿cómo hemos hecho crecer los talentos que nos fueron confiados?

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