"La LOMLOE es una ley ambigua, que genera incertidumbers y distintas interpretaciones" Pedro Huerta, secretario general de Escuelas Católicas: "Tenemos una clase política que es incapaz de despolitizar la educación"
"Las leyes educativas han caído siempre en el revanchismo, en el 'Yo apruebo esta ley para derogar la anterior'. Lo acaba de decir Pablo Casado. Estamos en las mismas, así no llegaremos a nada"
"La LOMCE ha beneficiado solo a un sector de la concertada que nos está haciendo daño a todos"
"Cada vez nos vamos alejando más de ese pacto educativo que necesita nuestra educación y nuestro país"
"Cada vez nos vamos alejando más de ese pacto educativo que necesita nuestra educación y nuestro país"
El pasado jueves, el Congreso de los Diputados aprobó la 'ley Celaá'. El domingo, una marea de autos protestó contra la norma (que aún debe pasar el trámite del Senado y regresar a la Cámara Baja) en treinta ciudades españolas.
¿Cuál es el futuro de esta ley, que nace sin consenso? ¿Hay opciones para modificar sus aspectos más polémicos? ¿Es posible, en la España de hoy, marcada por los bandos y las ideologizaciones, alcanzar un pacto educativo? Hablamos sobre ello con el secretario general de Escuelas Católicas, Pedro Huerta.
- ¿Cómo viviste la gresca en el Congreso previa a la votación de la LOMLOE y su posterior aprobación?
No es una aprobación definitiva, esperamos que dentro del trámite haya espacio para nuestras peticiones de diálogo. Sentí principalmente que nos vamos alejando cada vez más de ese pacto educativo que necesita nuestro país y nuestra educación.
El ‘espectáculo’ que ofreció el Parlamento, la división política y social que esta ley está produciendo parecen alejar cada vez más el buenísimo con el que se nos quiere vender la ley. No dudo de la buena intención de arreglar la educación, pero esto nos aleja de la necesidad de un pacto político. Cuando más nos alejamos, más convencidos parecemos estar en el global de la sociedad sobre la necesidad de dicho pacto.
¿Por qué las interpretaciones son tan distintas sobre la concertada, la educación especial....? ¿Tan difícil es saber qué dice realmente la ley Celaá?
Algunos artículos son especialmente ambiguos, y generan interpretaciones muy dispares. Ahí es donde estamos intentando llamar la atención desde el principio. Lo que ocurre es que un mismo texto genera interpretaciones diversas, incluso de quienes podrían estar en teoría más de acuerdo con la ley. Esos artículos necesitan una mejora.
La ley nace como una mejora de la LOMCE, pero a veces estas leyes lo que acaban haciendo es ‘parchear’. Y en este caso, además, como los partidos en el Gobierno necesitan el concurso de otros partidos, ese ‘parcheo’ lo que hace es generar más interpretaciones, más ambiguas...
La ministra nos decía que no sabemos leer la ley. Pero es que es una ley difícil de leer. Dicen que es una ley que no va contra la concertada, pero sí genera una incertidumbre. Insisten que quiere solucionar el problema con la ‘nueva concertada’, pero no discrimina entre ‘nueva’ y ‘tradicional’, sino que simplemente habla de admisión de alumnos, de creación e plazas en general, sin decir más.
Nosotros llevamos tiempo diciendo que consideramos que la ley tiene que ser para todos, y que esos artículos tan ambiguos se pueden mejorar. Algunos se han mejorado un poquito, pero a otras no se han llegado, que es donde más nos preocupa la redacción y la interpretación que se dé.
- ¿Creéis que la presión que se está dando, con las concentraciones en toda España, y cómo la mitad del Congreso está en contra, esperanza de que puedan cambiar las cosas en la tramitación? ¿O es una esperanza sin expectativas?
Casi no ha habido diálogo. Se nos ha impuesto un texto que no se ha podido dialogar. En el Parlamento no se permitieron comparecencias de expertos, de un lado ni de otro. Es muy preocupante, la ley salió aprobada solo por un voto por encima de la mayoría absoluta, es la normativa con menos apoyos de la democracia.
Vamos a seguir reclamando ese diálogo, y vamos a seguir hablando. Escuelas Católicas nunca ha roto el diálogo. Vamos a seguir confiando en que el trámite que queda y la gran movilización social que está habiendo y que responde a la indignación que muchas familias sienten, sirva para modificar algunos aspectos. Dicen que esto va solo contra un tipo de concertada, pero se actúa contra toda la concertada, incluso en territorios donde no existe esa ‘nueva concertada’ (La Rioja, por ejemplo)
Vamos a seguir hasta el último momento, hay algunos artículos de la ley que se pueden moderar, y se deberían evitar redacciones ambiguas que generen interpretaciones. Mucha gente que conoce la ley, que sí la hemos leído, tenemos interpretaciones distintas.... Si eso pasa, lo menos que puede hacer el Ministerio es sentarse a ver por qué.
- ¿Qué puntos fundamentales deberían tocarse para que la ley resultara aceptable?
En primer lugar, debería reconocer con menos ambigüedad y con más claridad lo que la LODE estableció en 1985: la complementariedad de las redes, y el servicio público que la concertada presenta al sistema educativo español. La ley establece algunas medidas de asfixia para que la educación concertada llegue un momento en que no pueda sobrevivir.
En segundo lugar, nos dicen que con esta ley no habría pasado todo lo que ha sucedido durante la Covid-19... Tenemos que decir que hubiera pasado lo mismo, porque la norma no aporta la autonomía que los centros necesitan, sean públicos, privados o concertados. Los centros necesitan autonomía para generar creatividad, y esta ley parcheada, limita estas cuestiones.
En tercer lugar, una ley que realmente sea el resultado o el pórtico del pacto educativo que necesita nuestro país. Lo lógico es que fuera el resultado, en este caso no lo va a ser si se aprueba así. La ley está hecha de tal manera, incluso cuando se ha presentado (de largo recorrido), que aleja de nuevo ese pacto. Si alejamos la posibilidad de un pacto educativo a 8-10 años... estamos hablando de varias generaciones de alumnos.
- ¿Por qué en España es imposible alcanzar un pacto en Educación? ¿Por qué se ha convertido en un arma arrojadiza?
Tenemos una clase política que es incapaz de despolitizar la educación, de convertirla en un servicio esencial y de futuro para nuestro país. La educación es un instrumento de control, o de ideologización muy sencillo de usar y con muy pocos recursos se pueden lograr grandes objetivos. No digo que este sea el objetivo prioritario de nuestros gobiernos, de éste y los anteriores, pero sí se han dejado llevar para imponer ideas partidistas en las leyes educativas, que han caído siempre en un revanchismo: yo apruebo esta ley para derogar la anterior. Hace unos días lo escuchábamos de boca de Pablo Casado: cuando yo gobierne mi primer compromiso será derogar la LOMLOE. ¡Estamos en las mismas!, Así no llegaremos a nada. Es lo mismo que hizo el PSOE con la LOMCE
El único pacto educativo al que hemos sido capaces de llegar en este país es el artículo 27 de la Constitución. Pero todos los intentos han acabado levantándose una parte u otra de la mesa. En el momento en el que en esa mesa se sientan solo y exclusivamente partidos políticos y además las ideologías, las políticas, entonces el pacto tiene muy pocas esperanzas de salir adelante. El pacto educativo hay que establecerlo con toda la comunidad educativa: padres, profesores, organizaciones, los que formamos parte de este sistema. Y a todos los que queremos contribuir al servicio público de la educación. Y la Iglesia sigue estando al servicio de la educación, como servicio público. En algunos gobiernos esto se ha reconocido, en otros no, e incluso pretendiendo darnos algunos privilegios no nos ha hecho ningún favor. Ese fue uno de los grandes errores de la LOMCE, que no favoreció a la concertada de base, que está trabajando con los vulnerables y los sencillos en lugares donde la misión de esas congregaciones es una misión de Evangelio. Se ha beneficiado solo a un sector de la concertada que nos está haciendo daño a todos. Mientras no se tenga una voluntad de sentarnos a todos, el pacto va a ser imposible.