Esta vez nos centramos en las páginas del libro de Xabier Pikaza, (pp.207-218), “El camino de la Paz. Una visión cristiana”, donde la religión se identifica con la sabiduría que proviene de la Palabra, que no ofende, sino que dice y escucha con justicia y misericordia, haciendo la paz.
Para la reflexión
El Tren de la Paz ha de estar guiado por el pensamiento, es decir, por una religión, que aquí concibo como experiencia radical de palabra compartida. Ciertamente, la religión tiene otros rasgos, vinculados a la experiencia interior del misterio y a su celebración (culto), pero en su centro se sitúa la palabra, es decir, el diálogo con Dios que se expresa y expande en forma de diálogo de amor con el resto de los hombres. En esa línea, el medio que Jesús y su grupo emplearon para transformar el mundo no fue un uso mejor de las armas o dinero (cf. Hch. 3,6), sino una huelga de amor (de nuevo pensamiento: metanoia), pero no encaminada al silencio y el rechazo mutuo, sino a la comunicación personal que cura, convoca y vincula a los hombres y mujeres, haciéndoles capaces de entenderse y de convivir (p. 207).
La paz cristiana ha de extenderse desde el principio y centro de la vida específicamente humana, definida por la comunicación verbal y efectiva, como paz religiosa, que gratifica e impulsa, que convoca, perdona y reúne amorosamente a los hombres y mujeres, haciéndoles capaces de vivir en felicidad compartida a través de la Palabra (p. 208).
Reflexión de equipo
Jesús es la Palabra encarnada, Dios se hace hombre y habita nuestro mundo, asume nuestra realidad. La religión es el camino que nos lleva al encuentro con Él, con nosotros mismos, con los demás, por eso siempre provoca el encuentro y una mayor calidad humana, dignidad, respeto, acogida y crecimiento.
La búsqueda sincera de la Verdad que nos revela la Palabra nos lleva a la experiencia del Amor, un amor universal que no excluye sino que integra, dialoga, se abre en gratuidad y comunión. Esta experiencia de la Palabra compartida abre las puertas a la sabiduría. Nuestro mundo está necesitado de la sabiduría que ofrece la religión como búsqueda de esa Palabra encarnada en cada momento y lugar, dando respuesta a las preguntas más radicales del ser humano e iluminando las respuestas que posibilitan mayor humanidad.
La Palabra encarnada va creando nuevos lenguajes que transforman la realidad y a las personas. Frente al lenguaje de la confrontación, los prejuicios, las rivalidades, el egoísmo y la indiferencia propone un lenguaje diferente, donde palabras como hospitalidad, solidaridad, dignidad, justicia, hermano, hermana, perdón, diálogo, reconciliación cobran relevancia.
La propuesta del Evangelio es el diálogo que enriquece y suma, en lugar de dividir y discriminar. Los espacios de Iglesia sean comunidades de fe, grupos o instituciones, deben ser lugares privilegiados donde cada cristiano/a, cada carisma, ministerio o servicio se entiendan como don generoso y gratuito para todos, sin primeros ni últimos.También han de ser testimonio vivo de convivencia, respeto y tolerancia, donde las diferencias no sean barreras insalvables sino posibilidad de búsqueda sincera, de unión y reconocimiento.
Nuestra apertura nos debe llevar al encuentro también a nivel ecuménico e interconfesional, y con el mundo secular y el ateísmo.
Para enriquecer la reflexión
Ofrecemos algunos textos bíblicos para orar con lo reflexionado y compartir desde la fe
-Jn 1, 1-14: Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros.
-Sab 9,6: Aunque uno sea perfecto entre los hijos de los hombres, sin la sabiduría que procede de Ti, será estimado en nada.
-Salmo 119: Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero.
-Mc 1, 14-15: Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía: «Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».
-St 3,13-18: En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar, intachable, y además es apacible, comprensiva, conciliadora, llena de misericordia y buenos frutos, imparcial y sincera. El fruto de la justicia se siembra en la paz para quienes trabajan por la paz.
La metodología de trabajo propuesta es participativa y comunitaria. Cada congregación o instituto podrá compartir el trabajo realizado internamente enviándolo a eltrendelapaz@confer.es