Segunda sesión del Foro hacia un nuevo currículo de Religión Católica "En la clase de Religión, el Evangelio no es ya una opción, sino un reto"

II sesió del Foro virtual sobre educación
II sesió del Foro virtual sobre educación CEE

Retos de la escuela y la sociedad del siglo XXI a la Enseñanza Religiosa Escolar (ERE)

Carlos Esteban Garcés: "Una clase de Religión que no sale de sí misma, que es autorreferencial… es una clase de Religión enferma, y su luz deja de ser luz"

Fernando Vidal: "La multiculturalidad no es suficiente. No basta con estar al lado del diferente. Tampoco la empatía basta. Es necesaria la co-culturalidad. Comprender al otro hasta el punto de crear algo en común con él, conociendo su perspectiva de una forma profunda"

Carlos García de Andoin: "En tiempos de incertidumbres globales, de fatiga democrática, de fake news, de individualismo… necesitamos una educación de personas libres, con criterio, con capacidad de discernimiento y resistencia ante manipulaciones y autoritarismos"

Pedro Huerta: "Debemos incorporar un estilo que vaya más allá de aprender a aprender sino también aprender a interpretar dando así a la escuela una dimensión trascendente, que no solo es nuestra pero que tenemos que hacer nuestra"

Bajo el título, “Retos de la escuela y la sociedad del siglo XXI a la ERE”, se ha celebrado la segunda sesión a la que invita en abierto la Comisión Episcopal para la Educación y la Cultura de la CEE buscando el diálogo entre todos y para todos hacia un nuevo currículo de Religión Católica.

Ha comenzado Carlos Esteban Garcés, director del Observatorio de la Religión en la Escuela, Centro Universitario La Salle (Madrid), con la una ponencia marco sobre la respuesta que suponen los desafíos ante los que se enfrenta la clase de religión en un futuro inmediato ante la última reforma educativa. Siguiendo la estela del papa Francisco invita a buscar “un currículo de religión en salida", es decir, una clase de religión en salida que busque la cultura del encuentro. Para ello, hay que comprender que «una clase de Religión que no sale de sí misma, que es autorreferencial… es una clase de Religión enferma, y su luz deja de ser luz». Sin embargo, ha explicado «nosotros estamos llamados a no apagar su luz, a nutrir esa luz para alumbrar a las naciones». Salir «no es una huida hacia fuera, no es un debilitamiento de identidad, es una renovación interior, una profunda conversión, una renovación de su misión desde las propias raíces que nutren un nuevo encuentro con el mundo».

Competencia global

Este currículo de ERE en salida debe abrirse a un diálogo (que seguro será fecundo) con las competencias clave de la Unión Europea, con las dimensiones de lo que la OCDE ha denominado competencia global, con las insistentes llamadas de la UNESCO para humanizar la educación, y con las demás preocupaciones sociales emergentes a nivel global y local «en las que también apreciaremos una significativa convergencia con la enseñanza social de la Iglesia». Además, será imprescindible «abrir espacios de cooperación entre la ERE y la Agenda 2030 con sus ODS».

Una ERE en salida debe estar comprometida «con la erradicación de la pobreza, estar sensible al acceso universal a la educación y la creciente brecha digital, implicarse en el cuidado de todas las personas, especialmente las más necesitadas, cultivar el cuidado de la naturaleza». De la misma forma, necesariamente «debe dialogar con la ciudadanía global, con la educación intercultural o con la cultura democrática».

Ha concluido llamando a la ERE «a decir sí al Pacto Global por la Educación, que propone la centralidad de la persona y alumbrar un nuevo humanismo. Una ERE en salida debe estar en línea con este Pacto Global de la Educación y transformar en pedagógicas las categorías antropológicas y teológicas»..

Panel de ponentes : nuevo currículo ERE

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Tras este marco de presentación hemos podido escuchar las voces de un interesante panel de debate en el que destacamos lo más significativo de cada interviniente.

Marcelino Cabrera Giraldez. Investigador senior. Unidad Capital Humano y Empleo del Centro Común de Investigaciones de la Comisión Europea (Sevilla). Ha expuesto los desafíos de la digitalización y el capital humano. «Ser nativos digitales no significa tener competencias digitales», ha explicado, recordando que la competencia digital es una de las ocho competencias claves que enuncia la recomendación del Consejo.

«Se ha vuelto algo de extraordinaria relevancia en la educación y en la ciudadanía. Llevamos años trabajando en ella pero en el contexto de la pandemia la digitalización es una tarea esencial hoy en día». Expuso el estudio SELFIE, un apoyo a la capacidad digital de las escuelas. «Es un informe, lanzado en el 2018, que muestra el momento en que está una escuela con respecto al nivel de digitalización. No es una encuesta, es una herramienta para las escuelas que deben hacer directivos, profesores y estudiantes; genera un informe para la reflexión y ha tenido un impacto extraordinario».

Fernando Vidal Fernández. Director del Instituto Universitario de la Familia. Universidad Pontifica Comillas (Madrid). Comenzó su intervención hablando de la movilidad y diversidades, planteados como desafíos en las sociedades de nuestro tiempo. A su juicio, «cada sujeto interactúa en entornos fluidos y masivamente plurales. Es por tanto clave comprender la propia cosmovisión y las tradiciones ajenas —inclusive las religiones— y usar las fuentes de racionalidad para comprendernos». Para Vidal «la multiculturalidad no es suficiente. No basta con estar al lado del diferente. Tampoco la empatía basta. Es necesaria la co-culturalidad. Comprender al otro hasta el punto de crear algo en común con él, conociendo su perspectiva de una forma profunda».

El movimiento por el conjunto de espacios y creencias no asegura que puedas hacer crecer tus propias raíces. «las religiones, espiritualidades y sabidurías aparecen como las mayores fuentes y experiencias de religación y alteridad radical, solidaridad intergeneracional o apertura y complejidad. Son la mayor aventura del ser humano. Sus enseñanzas y su estudio nos prepara para un mundo más complejo, reflexivo, abierto y fraterno». Por tanto, «el curriculum de la enseñanza de Religión debe dar capacidades teóricas y prácticas para reflexionar sobre el propósito de la propia vida y la existencia humana». Y ese trabajo debe ser transversal, creando un espacio de diálogo compartido con el conjunto del alumnado para construir la fraternidad a la que nos invita el Papa Francisco.

Fatiga democrática

Carlos García de Andoín. Director del Instituto Diocesano de Teología y Pastoral (Bilbao). Ha expresado que «la convivencia social requiere de personas orientadas al bien común que asuman los asuntos públicos como parte del propio proyecto personal de vida. En tiempos de incertidumbres globales, de fatiga democrática, de fake news, de individualismo… necesitamos una educación de personas libres, con criterio, con capacidad de discernimiento y resistencia ante manipulaciones y autoritarismos».

«Una educación en la conciencia de una única humanidad, de un único planeta donde La solidaridad y la cooperación son más propias a la condición humana». «Afrontar esos desafíos requiere un tipo de educación que no puede dar por hecho ni por supuesto el sujeto ni los valores. La escuela no puede asignar a la familia la educación integral guardando para sí el aprender a conocer. Todos los desafíos que se plantean en este Foro nos urgen a reforzar desde la escuela el aprender a ser, el aprender a convivir». Con estas palabras el ponente ha indicado que el enfoque competencial que propone la LOMLOE es más adecuado para afrontar con efectividad estos cambios. «El marco europeo de competencias debe ser el lugar en el que ubicar el proyecto curricular de las enseñanzas de la Religión. Lo contrario es gueto, es esterilidad. Las competencias hay que leerlas como un todo. Hay dos que destacan desde el punto de vista de la ciudadanía: la competencia ciudadana y la competencia personal-social».

Para Carlos García no está garantizado que esta propuesta por competencias tenga éxito pero sí es cierto que el cristianismo tiene unos aportes importantes a la educación: «el capital de una tradición narrativa, simbólica, estética, que ha demostrado una gran capacidad educativo; y el acompañamiento mayéutico socrático por amor al educando que ayuda a la comunicación desde la libertad de la persona, la propia consideración vocacional de esa relación educativa: experiencia de facilitar procesos de meditación, discernimiento; la alianza multiplicadora de la educación formal con la no formal».

Segunda-sesion-Foro-nuevo currilulo

Francisco López Rupérez. Director de la Cátedra de Políticas Educativas. Universidad Camilo José Cela (Madrid). Ha hablado sobre los aprendizajes a lo largo de la vida. Desde una perspectiva no confesional ha analizado dos vectores de cambio, la moderna globalización, con todas las implicaciones que ha supuesto junto con la revolución tecnológica y digital. La OCDE promueve  una mutación del concepto tradicional de «formación permanente» en un paradigma: «el aprendizaje a lo largo de la vida» (lifelong learning). Se anticipa, «al impacto franco de la globalización y de la revolución digital en el siglo XXI y a sus implicaciones para la educación y la formación». Ambos fenómenos, de escala mundial, han dado lugar en los países desarrollados a reformas en la orientación de sus currículos escolares: la revolución digital, requiriendo avances en el rendimiento de los alumnos, así como la mejora de conocimientos y de habilidades cognitivas y metacognitivas; y la globalización, aconsejando el desarrollo de habilidades no cognitivas, de actitudes y de valores. En este contexto complejo, se ha reforzado la necesidad de que el individuo disponga de una matriz moral suficientemente sólida. Y es, a juicio de López Rúperez, precisamente en este punto «en el que entra en escena la tradición cristiana como matriz cultural y moral, propia de la civilización occidental; y, desde una perspectiva no confesional, encuentra su lugar la enseñanza de la religión». Por terminar, parafraseando la cita de san Pablo, en referencia a lo cultural, en esos sistemas morales los individuos vivimos, nos movemos y somos.

Espejo de pluralidad, pasajes de sombras

Pedro Huerta Nuño. Secretario General de Escuelas Católicas. Ha indicado que «a veces se parece más a un modelo empresarial, arrodillada ante requerimientos mercantilistas y neoliberales que genera en sí misma un miedo a la diversidad y una crecimiento autosuficiente». Para el religioso trinitario, «no puede ser la mera suma de proyectos educativos innovadoras sino el refuerzo activo de los valores que rompen los valores del muro de la exclusividad. Esto incorporando el pensamiento crítico y abriendo el aula al mundo. Por eso el Evangelio no es ya una opción sino un reto». Los desafíos que se han planteado en el Foro no son ajenos a los desafíos de la escuela católica. Concretamente la escuela católica se ha caracterizado «por configurarse como un espejo de la pluralidad de la sociedad en la que se integra y forma parte» y también es una historia de sombras, ha indicado sin ocultarlo— resultado de no haber entendido bien la dimensión evangelizadora fundacional».

El primer reto implica «el reconocimiento del valor de otras escuelas y modelos educativos, sin caer en la autoreferencialidad, que solo defiende nuestra identidad frente a los otros … esto incorporando el pensamiento crítico y abriendo el aula al mundo. Por eso el evangelio no es ya una opción sino un reto». El segundo reto tiene que ver con las periferias geográficas y existenciales. «Debemos incorporar un estilo que vaya más allá de aprender a aprender sino también aprender a interpretar dando así a la escuela una dimensión trascendente, que no solo es nuestra pero que tenemos que hacer nuestra»

Isabel Gómez Villalba. Profesora de Religión Católica en Secundaria en Zaragoza. Autora de Aprendizaje-Servicio. Ha sido la encargada de la última intervención. Durante todas las intervenciones se han analizado los retos de la escuela y la sociedad del siglo XXI en lo relativo a la enseñanza de la asignatura de religión. Nuevamente, citando Fratelli tutti como ya hiciera Fernando Vidal durante su exposición, ha hablado del concepto de la solidaridad, interpretando los rasgos del contexto social en el que vivimos, que según Gómez Villalba, evidencian por qué es todavía más imprescindible que nunca la ERE en el siglo XXI. Bajo la pregunta de si puede ser la ERE un signo de esperanza, esta profesora de secundaria lo tiene claro: sí. Y el objetivo ya que el objetivo es que los alumnos se puedan encontrar con «la perla preciosa que es el Evangelio».

A posteriori nos ha hablado de una filosofía educativa denominada Aprendizaje-Servicio que combina procesos de aprendizaje con un servicio a la comunidad en proyectos educativos que promueven una transformación social. Esta metodología está basada en las claves éticas del Aprendizaje-Servicio. Se trata, a juicio de Gómez Villalba, de un enfoque pedagógico poliédrico en el que hay muchos matices a la hora de conjugar los tres elementos que lo conforman: aprendizaje, servicio y transformación social. Una propuesta educativa mediante la cual visibilizar el servicio humanizador de la Enseñanza Religiosa Escolar, reivindicar el carácter público del cristianismo y su indispensabilidad para construir la paz y el encuentro».

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