Manos Unidas llevó a cabo 125 proyectos por un importe de 7.636.947 de euros La educación es esencial para contribuir a la construcción de un planeta mejor

Desde Manos Unidas, estamos convencidos de que no es posible construir un mundo diferente con gente indiferente. El conocimiento de las realidades de las comunidades más desfavorecidas nos lleva a reflexionar sobre nuestra forma de vida y a trabajar por conseguir un mundo más igualitario y justo para todos, sin que nadie se quede atrás.

Para profundizar un poco más en la Educación para el Desarrollo impulsada por la ONG de la iglesia católica, Guadalupe Sierra y Ángel Bustamante, responsable de área y coordinador técnico del Área de Educación, respectivamente, han escrito la siguiente reflexión:

Construir una casa es un proceso que lleva tiempo. Requiere hacer una buena cimentación, tener un proyecto y los materiales y personas adecuadas para hacerlo. Hay que ir colocando ladrillos que permitan crear un edificio robusto. Y eso que los ladrillos son pequeños; pero, unidos muchos de ellos, permiten grandes construcciones. Y cuando la casa está terminada, tenemos un lugar cómodo y acogedor en el que vivir.

El 24 de enero es el Día Internacional de la Educación 2024. La educación también es un proceso que lleva tiempo. Requiere empezar desde muy pronto, aprendiendo lo esencial: las letras. Estas son los ladrillos que permiten construir el edificio de la educación y, como ellos, las letras son pequeñas, pero unidas y combinadas son capaces de formar palabras. Una letra necesita que otras se unan a ella para formar algo que tenga sentido y, a través de las palabras, se transmitan las ideas, el conocimiento y la experiencia de las personas.

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En el mundo en el que vivimos, la pobreza y el hambre son realidades cotidianas para muchas personas. Y para paliarlas, en la medida de sus posibilidades, estas pueden contar con el apoyo de las ONG como Manos Unidas. Pero la tarea de construir un mundo mejor no es algo que, solamente, deban afrontar las ONG, es algo que nos compete a todas las personas.

A menudo hay una respuesta rápida, que es colaborar económicamente. Apoyando a las ONG con dinero, podemos contribuir a su labor. Esta es una respuesta correcta y necesaria, pero no es la única. Hay otra, posiblemente más importante, aunque menos conocida, que tiene que ver con la educación.

Para la construcción de un mundo más justo, Manos Unidas tiene dos líneas de trabajo. Una es la Financiación de proyectos de desarrollo, la otra es la Educación para el Desarrollo (EpD).

Esto último engloba todas aquellas acciones encaminadas a promover el cambio de estructuras, la formación en valores y actitudes y la adopción de comportamientos y estilos de vida que favorezcan la construcción de un mundo más justo y una sociedad más solidaria.

Educar para el desarrollo es acompañar a la sociedad de nuestro país en la tarea de conocer todo lo que tiene que ver con la pobreza y la injusticia en la que viven muchas personas en el mundo. Esto empieza por informar, sensibilizar y concienciar acerca de estas realidades, pero hay que ir más allá.

Hay que educar a las personas para que contribuyan, apoyen y se unan en esa construcción de un mundo más equitativo. Porque todas las personas que vivimos en una sociedad formamos parte de un mundo globalizado e interrelacionado. Cada cosa que compramos tiene consecuencias, ambientales y laborales, y eso tiene implicaciones en la vida de muchas personas.

Una de las tareas de la Educación para el Desarrollo es dar a conocer esas consecuencias y, lo que es más importante, hacer reflexionar a las personas sobre ese acto de consumo que podría parecernos individual:

1. ¿Es realmente necesario lo que compro?
2. ¿Hago un uso adecuado de ello?
3. ¿Conozco cómo ha sido producido?
4. ¿Sé que huella ecológica ha dejado?

Hacer que las personas seamos conscientes de nuestra manera de comprar, de la energía que utilizamos, de cómo empleamos los recursos naturales, pero también de cómo respondemos ante las necesidades de las personas y ante los desafíos que nuestra sociedad y el mundo nos transmiten, en forma de emigraciones, guerras, injusticias…; esa es la tarea de la Educación para el Desarrollo

En esa línea, María José Hernando dejó esta intervención magistral en el podcast«Somos la gran minoría»..

En esa línea, María José Hernando dejó esta intervención magistral en el podcast«Somos la gran minoría».

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Para llevarla a cabo, educamos en valores y damos a conocer los instrumentos internacionales que apoyan a las personas, especialmente a las más vulnerables, como son la Declaración Universal de los Derechos Humanos o los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), por ejemplo.

Realmente nos dirigimos a toda la población española en todos los rangos de edad. Es una tarea amplia, casi infinita, para la que ponemos en marcha un montón de recursos diversos y adaptados a cada una de esas edades: boletines, vídeos, web, acciones presenciales de todo tipo para el público en diferentes lugares, materiales educativos para el profesorado en los centros, cuentos y vídeos para las familias. Pero también la participación en actos, eventos y campañas dirigidas no solamente a la sociedad, sino también a las instituciones públicas.

La Educación para el Desarrollo es un proceso que lleva tiempo. Requiere tener un proyecto, crear los cimientos adecuados en la sociedad y formar a las personas a lo largo de los años. Las personas somos como los ladrillos o las letras, solas no tenemos tanta fuerza para actuar, pero unidas podemos ser capaces de hacer grandes cosas; entre otras, construir un mundo más justo y equitativo, y una casa común más acogedora en la que todas las personas podamos vivir con dignidad.

Aún hoy, en pleno 2024, casi 250 millones de niños y jóvenes están sin escolarizar. En el sector educativo, esencial para el desarrollo de las personas (niños, niñas, jóvenes, mujeres y hombres), durante el 2022, Manos Unidas llevó a cabo 125 proyectos por un importe de 7.636.947 €.