El debate de investidura demuestra la irrelevancia de la institución para los políticos La Iglesia católica ya no existe... ni para Vox
Ni revisión del Concordato, ni escuela concertada, ni IBI, ni quejas al Vaticano, ni Cáritas, ni... Nada. Los obispos han conseguido lo que llevaban tiempo buscando: hacerse invisibles...
Ni el candidato ni los principales líderes de la oposición hicieron referencia alguna a la Iglesia católica o el hecho religioso. ¿Un síntoma de lo que nos espera como sociedad?
Ya lo apuntamos tras los dos debates electorales: la religión ha desaparecido del debate electoral. Alguien podría pensar que es una buena noticia que el componente religioso no sea motivo de conflicto entre los distintos partidos, pero lo cierto es que lo vivido este lunes en la primera sesión del debate de investidura de Pedro Sánchez confirma lo que, con pena, predijimos. A saber: la religión, y en concreto la Iglesia católica, se ha vuelto irrelevante. Incluso, para la ultraderecha de Vox.
Y es que lo más cercano a la Iglesia española que se ha escuchado en el Congreso de los Diputados ha sido la referencia a la exhumación de Franco. Ni revisión del Concordato, ni escuela concertada, ni IBI, ni quejas al Vaticano, ni Cáritas, ni... Nada. Los obispos han conseguido lo que llevaban tiempo buscando: hacerse invisibles...
...hasta para la ultraderecha. Ni tan siquiera Santiago Abascal, en su primer discurso como diputado, ha hecho la más mínima referencia a los valores religiosos en sus palabras, marcadas por el odio al extranjero y las reminiscencias a un Frente Popular. Por parte del candidato a la presidencia, Pedro Sánchez, ni la más mínima mención, más allá de citar lo absurdo de mantener un mausoleo al dictador (el Valle de los Caídos) y el anuncio de una Ley de Libertad de Conciencia y la despenalización de la Eutanasia.
Ni Pablo Casado ni, por supuesto, Albert Rivera, se preocuparon lo más mínimo por sugerir alguna referencia confesional. No digamos Pablo Iglesias, más preocupado por marcar distancias con Sánchez antes de -quién sabe- un acuerdo que impida la repetición de elecciones. Ahora, o en septiembre.
Lo cierto es que el hecho religioso pasó sin pena ni gloria por el que supuestamente es el debate más relevante para el futuro próximo de nuestro país. Lo dijimos en su día, y ahora lo repetimos: enhorabuena a los premiados. La Iglesia ya no existe ni para Vox.