Francisco fulmina a Bernardito Auza, pero no nombra sucesor al frente de la embajada Confirmada la exclusiva de RD: España se queda sin Nuncio (de momento)

Situación inédita en la Iglesia española: como adelantó en exclusiva RD, desde este mediodía, España está sin Nuncio en ejercicio. El hasta ahora representante del Papa en España, Bernardito Auza, ha sido cesado en su cargo, sin que por el momento se haya nombrado al nuevo embajador del Vaticano en nuestro país, el decano del Cuerpo Diplomático hispano. Auza, por cierto, irá de Nuncio ante la UE, en sustitución del fallecido Noel Treanor.

Una situación que venía rumoreándose en los últimos días, especialmente después de que se produjera un encuentro -durante la pasada permanente- de algunos obispos con Auza (y que fue desmentida, de manera incomprensible, por el portavoz de la CEE), reunión que se repitió -con otros protagonistas- este mismo viernes, la víspera del desconcertante anuncio.

Y es que al menos en lo tocante a Auza, se cumplieron los pronósticos, y en sábado, como suelen darse los nombramientos episcopales relevantes para nuestro país, la Santa Sede confirmaba lo que era un secreto a voces: la salida del Nuncio en España, tras apenas cinco años en el cargo.

¿Quién hablará en nombre del Papa en la próxima Asamblea Plenaria, prevista para la primera semana de abril (en la que además han de tomarse decisiones de calado, que no se han tomado en los últimos veinte años) ante los obispos?

Frente a lo que muchos aseguran, la salida de Auza no se ha 'cocinado' con el Papa en el hospital, sino mucho antes. De hecho, la salida de Auza no se ha dado antes porque faltaba el plácet de Bruselas. Al menos desde otoño, según aseguran nuestras fuentes, que apuntan a que Francisco ha diseccionado el 'mercado diplomático' en busca de un delegado pontificio que pudiera, doce años después, aggionar a la Iglesia de nuestro país, una de las más refractarias -también desde algunos palacios episcopales- a los cambios implementados por este pontificado. ¿Quién hablará en nombre del Papa en la próxima Asamblea Plenaria, prevista para la primera semana de abril (en la que además han de tomarse decisiones de calado, que no se han tomado en los últimos veinte años) ante los obispos?

Una búsqueda, llevada a cabo con sigilo por la Secretaría de Estado, y que ha intentado, a diferencia de algunos supuestos defensores del Nuncio saliente, preservar la imagen del inquilino del palacio de Avenida Pío XII. Y, también, tratar de que la elección no 'desmontase' otros trabajos diplomáticos de especial relevancia, como México (el maltés Spiteri) y, especialmente, la Federación rusa (el italiano D'Aniello), dos de los nombres que han sonado con mayor insistencia en los últimos días.

¿Quién será el nuevo nuncio? De momento, silencio. Tanto en las cúpulas episcopales como en el Gobierno, al que oficialmente no le consta nombre alguno. Tampoco hay que buscar en la decisión anunciada por Roma este mediodía un vínculo con la salida de Santiago Cantera de Cuelgamuros, por más que el papel del Nuncio Auza (como antes de Renzo Fratini) en defensa del exprior haya causado más de un conflicto en las relaciones Iglesia-Gobierno en España.

Sí que parece que el nuevo nuncio, sea quien sea, y llegue cuando llegue, tendrá como especial misión la de hallar nombres para la necesaria y urgente renovación del episcopado español, y habrá de servir de apoyo a los trabajos que el Pontífice ha encomendado al cardenal de Madrid y vicepresidente de la CEE, José Cobo. Por el momento, incertidumbre en la Avenida de Pío XII, en Añastro... y en la Terza Logia.