El Consejo de Ministros avala al candidato, una designación directa del Papa Francisco De nuevo acertamos: Bernardito Auza será el nuevo Nuncio en España
Limar asperezas con el Gobierno y solucionar el 'affaire Franco', de un lado; y desmontar el frente ultra de obispos españoles de cara a las elecciones de marzo en la CEE, tareas urgentes para el nuevo inquilino del palacio de Avenida Pío XII
El elegido es un experto en diplomacia, con gran capacidad de diálogo y cuya elección ha venido directamente de la mano del Papa Francisco. El Gobierno no ha puesto pega alguna
Vida Nueva confirma lo que desde RD apuntábamos hace ahora algo más de dos meses: el actual Observador Permanente de la Santa Sede en la ONU, el filipino Bernardito Auza, será el nuevo Nuncio en España, sustituyendo al polémico Renzo Fratini.
Como adelantó en su día en exclusiva RD, la decisión ha sido tomada directamente por el Papa Francisco, que tuvo sobre la mesa cuatro nombres: Auza, Celestino Migliore, Bruno Musaró (que acaba de ser nombrado nuncio en Costa Rica) y el actual nuncio en Canadá, Luigi Bonazzi.
Al final, ha sido elegido un peso pesado en la diplomacia vaticana, joven (60 años augura un largo recorrido en España) y que habla perfectamente castellano. A lo largo de los últimos años ha sido la voz de la Iglesia ante la Santa Sede, y ha demostrado una gran capacidad de diálogo, que será imprescindible para su nuevo trabajo, al que accederá muy pronto.
Franco y relaciones con el Gobierno
En España, Bergoglio le tiene encomendadas dos tareas impostergables: a corto plazo, volver a zurcir contacto y alianzas con el Gobierno, muy descosidas en la última etapa de Fratini a cuenta de la exhumación de Franco. En este sentido, como también adelantó RD, la Iglesia no pondrá trabas a la salida del dictador y, si llegara el caso de que éste fuera a ser enterrado en la cripta de La Almudena, se negaría aduciendo razones de seguridad (tal y como ha solicitado el Ejecutivo socialista).
En segundo término, y pensando en las elecciones a la Conferencia Episcopal de marzo de 2020, Auza tendrá que desmontar el frente ultra de muchos obispos españoles, que seis años después de la llegada de Francisco todavía siguen viviendo, pensando y opinando como si este pontificado fuera algo pasajero, una tormenta de verano y fuera a regresar la restauración reaccionaria a Roma.
Lo tendrá difícil: de hecho, de los 84 obispos en activo (entre titulares y auxiliares), sólo 22 han sido nombrados por Francisco. 26 fueron designados por Benedicto XVI y la mayoría, 36, son obispos gracias a la decisión de Juan Pablo II. Muchos de estos últimos son, precisamente, la avanzadilla de los movimientos más conservadores.
En ese grupo están, entre otros, Reig Pla (Alcalá de Henares), Fidel Herráez (Burgos), Cañizares (Valencia), Demetrio Fernández (Córdoba), Braulio Rodríguez (Toledo), Javier Martínez (Granada), Juan José Asenjo (Sevilla) o el considerado por muchos como sucesor natural del cardenal Rouco Varela como líder del frente conservador, Jesús Sanz, de Oviedo.
Por contra, Juan Pablo II también nombró a algunos de los prelados que sí han asumido los cambios planteados por Francisco, como Julián Barrio (Santiago), Ricardo Blázquez (Valladolid y actual presidente de la CEE), Carlos Osoro (Madrid) o Juan José Omella.
13 arzobispados a renovar
Con todo, la renovación que habrá de abordar el nuevo Nuncio se centrará en los 13 arzobispados donde la mayoría de cuyos líderes ya han cumplido, o están a punto de hacerlo, los 75 años, edad en la que deben presentar su renuncia y jubilación.
Y es que la principal tarea de un Nuncio es la de elaborar las famosas ternas de candidatos de las que salen los futuros obispos. Para ello, habrá de revisar el funcionamiento de los seminarios, y el comportamiento de los 18.000 curas de nuestro país. Porque, como ocurriera en tiempos de Pablo VI y Tarancón, sin obispos renovadores es imposible llevar a cabo una renovación. Una vez conformada la nueva nómina de obispos se elegirá a su cúpula el próximo marzo.