Hace justo ahora tres años (el siete de junio de 2020), publicábamos un post titulado 'Un repóker de auxiliares para conducir la Iglesia española en el inmediato futuro'. En él, hablábamos de cinco prelados (Luis Argüello, José Cobo, Joseba Segura, Jesús Fernández y Toni Vadell) llamados a 'liderar' la Iglesia del futuro, una vez que los líderes de entonces (Omella, Osoro, Blázquez...) se retiraran, y frente al empuje de otros prelados, entonces ya obispos residenciales (Sanz, Ginés, Cerro, Saiz Meneses...) que parecían quedar en tierra de nadie, entre dos generaciones.

Tres años después, y salvo una fatídica circunstancia (la inesperada y dolorosa muerte de Toni Vadell), podemos decir que los planes se están cumpliendo, y que cuatro de los cinco miembros de este 'repóker' ya lideran algunos de los espacios más relevantes de la Iglesia española. El fallecimiento del obispo auxiliar de Barcelona supuso un fuerte golpe, aún no superado, en la Iglesia barcelonesa y catalana, y un bloqueo en las perspectivas de futuro en una sucesión, la del cardenal Omella, que no corre prisa. Mucho menos, después de que el Papa Francisco designara al todavía presidente de la CEE (que ya ha anunciado que no se presentará a la reelección en marzo) como miembro del C-9 de cardenales que asesoran a Bergoglio en el gobierno de la Iglesia mundial.

¿Qué ha sido del resto? El primero de ellos, Luis Argüello, ha pasado estos tres años de auxiliar a titular de la diócesis de Valladolid, mientras que su salida de la Secretaría General del Episcopado -anunciada en primicia por RD- cada vez se observa más como un camino de ida y vuelta para regresar a Añastro, dentro de unos meses, aunque cambiando de despacho, pasando de la Secretaría (ahora ocupada por César García Magán, otro auxiliar que bien podría formar parte del nuevo 'repóker', junto a otro que pasa, mañana mismo a residencial, Francisco Prieto en Compostela) a la Presidencia. Apoyos no le faltan en una elección que se prevé abrumadora.

En cuanto a José Cobo, todavía (por unos días) auxiliar de Madrid, su destino está fijado como sucesor del cardenal Osoro al frente de la diócesis más relevante de España, y una de las más importantes de Europa. Cobo, a sus 57 años, está llamado a ejercer un cierto 'contrapeso' a una visión más conservadora, predominante en el episcopado español, y que podría liderar Argüello. Con todos los matices y sin blancos y negros en el análisis, pues hay muchas formas de colaborar, y los cuatro prelados se distinguen por su defensa del Papa Francisco y de una presencia activa de la Iglesia en sociedad, aun con percepciones y acentos diferentes. Pocos dudan que Cobo también podría 'heredar' la vicepresidencia de la CEE que, por estatutos, también habrá de dejar Osoro, bien en noviembre (en una elección que tendrá mucho de primarias en Añastro), bien en marzo de 2024.

Por su parte, Joseba Segura, que hace tres años fungía como auxiliar de Bilbao, hoy ejece como residencial de la diócesis vizcaína, y como uno de los prelados más reclamados por sus conocimientos en Economía y gestión, en un momento en el que la transparencia, las deudas y las polémicas sugieren la necesidad de expertos pausados y con las ideas claras. Y Segura las tiene. También para gestionar uno de los asuntos más problemáticos de presente, de futuro, de la Iglesia española: los abusos y la atención, a todos los niveles (también, el económico), a los supervivientes de la pederastia clerical.

Finalmente, Jesús Fernández, que parecía 'aparcado' en la diócesis de Astorga cuando tenía muchas papeletas para suceder a Barrio en Compostela. Finalmente, fue su otro auxiliar quien lo ha hecho. Lejos de amilanarse, Fernández está potenciando su papel en una de las 'joyas' de la corona de la Iglesia española: Cáritas, donde está trabajando codo con codo con los responsables de la institución para planificar el presente y el futuro, tanto a nivel nacional, como internacional, después de la 'purga' vaticana a Caritas Internationalis.

Tres años después, y echando de menos la ausencia de Toni Vadell, el 'repóker' de auxiliares parece preparado, listo y dispuesto, a afrontar el liderazgo de la Iglesia española en la próxima década, junto a otros ya nombrados (Saiz Meneses, Valera, Iceta), y otros por nombrar. ¿Hacia dónde? De la respuesta dependerá, y mucho, el futuro del catolicismo en la España del siglo XXI.

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