Ángeles que se denominan de la faz o de la presencia (divina). Miniserie “Ángeles y demonios en los Apócrifos de la Biblia Hebrea (III)
Escribe Antonio Piñero
Hay ángeles que se denominan “de la faz o de lapresencia” (divina) y ven su rostro continuamente. Un ángel de la faz es quien escribe para Moisés la historia pasada (Jubileos 1,27.29). Los Testamentos de los XII Patriarcas los llaman “arcángeles” (Leví 3,5 y 18,5; su número es de siete. Aquí se recoge la sentencia de Zacarías 4,10: «los siete ojos de Yahvé que observan la tierra».
Estos siete ángeles –probablemente relacionados con las siete divinidades astrales de los babilonios– son Uriel (“Luz de Dios”), Rafael (“Dios cura”), Ragüel (“Dios desea”), Miguel “¿Quién como Dios?”), Saraqael (que no sé lo que significa), Gabriel (“Dios es fuerte”) y Remeiel (que significa “Dios me levanta”).
Se lee en 1 Henoc 20,1-7:
“Estos son los nombres de los santos ángeles que vigilan: Uriel, que es el ángel del trueno y del temblor; Rafael, el (encargado) de los espíritus de los hombres; Ragüel, el que castiga al universo y a las luminarias; Miguel, encargado de la mejor parte de los hombres y de la nación; Saraqael, (encargado) de los espíritus del género humano que hacen pecar a los espíritus; 7 Gabriel, (encargado) del paraíso, las serpientes y los querubines”.
Ya he indicado que estas altas jerarquías angélicas interceden por los hombres (1 Henoc 15,2), revelan los secretos de Dios referentes a la tierra y a los cielos (1 Henoc 60,11) y guían a los hombres hacia el bien (Jubileos 4,15).
Entre los ángeles de la faz el arcángel Miguel desempeña un papel de especial importancia en los Apócrifos y escritos coetáneos (Dn 10,13-21). Miguel hace de guía de Henoc en su visita al cielo: 1 Henoc 71,3. En 3 Baruc (griego) figura como clavero del reino de los cielos, el que recibe los méritos de los justos, aerotransportados, y abre las puertas del quinto cielo.
En la Vida de Adán y Eva 13 (versión latina) es el intermediario frecuente de Dios, y quien comunica a Eva y Set que desistan de buscar el aceite que habría de curar a Adán, pues éste debe morir a los tres días (en la misma obra, 40ss). En la versión griega sección 40, Miguel, junto con Gabriel, Uriel y Rafael, envuelve el cuerpo de Adán en una sábana y lo embalsama para darle sepultura.
En el Testamento de Neftalí 8,4 es Miguel el jefe de los setenta ángeles que descienden del cielo para enseñar sus lenguas a las setenta naciones que ocupan la tierra (tradición de Génesis 10). Miguel, como ya he señalado, es en alguna tradición el ángel protector de Israel; así lo refleja Dn 12,1: «Entonces se levantará Miguel, el arcángel que se ocupa de tu pueblo»; cf. Dn 10,13-21: Miguel defiende a Daniel y los israelitas frente a los ángeles de Persia y Grecia.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
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