Cristianismo y Secularidad
Cristianismo y Secularidad
Capítulo Octavo
La división de clases rompe la unidad de Dios
Aunque la idea de Dios en sí exprese unidad y como tal se perciba, sin embargo, el sistema lenguístico que responde es distinto en cada una de las clases sociales xistentes en el mundo. El Dios de los ricos y el Dios de los pobres no es convergente en su significación lingüística. En el magníficat se ve claramente esta divergencia: El Dios que depone a los poderosos de sus tronos y ensalza a los humildes, o que llena de bines a los pobres y despide vacíos a los ricos(Lc 1,52-53)no es el mismo.
La división de los hombres en clases rompe la unidad de Dios, unidad que no se restaura sólo diciendo que no está al servicio de los intereses de nadie o que la fe del creyente ha de ser desentiresada.(310 M0tMANN ("Crítica teológica de la religión burguesa",en JB.METZ-J.MOLMANT
1.La liberación social como razón teológica
El Dios graficamente presentado por Gustavo Gutirrez en su teología de la liberación como el Dios de los señores blancos y el Dios de los braceros indios no es el mismo. Con esta imagen el teólogo de la liberación quiere dejar sentado desde el principio que Dios está condicionado por la clase o grupo social a que pertenece.
En una sociedad en que existen explotadores y explotados no hay ni puede haber imparcialidad a la hora de hablar de Dios, porque cada grupo reclama para sí un Dios distinto, según la tesis del escriturista J.Comblin.
La imagen rota de Dios sólo se puede recomponer, si se recompone el grupo social y económico. Sin embargo, no todos los teólogos tienen esto claro, porque también ellos
a la hora de exponer su teología están condicionados, aunque no lo reconozcan:
los teólogos están condicionados por su contexto económico y social. Su origen._de vista de la fe la recomposición de la unidad de Dios y la liberación del hombre tienen mucho en común, ambas están muy relacionadas con las luchas sociales protagonizadas a lo largo de la historia.
Pero es cierto que el término "lucha de clases" está hoy en desuso. El sacerdote y sociólogo marxista belga, François Houtart, que trabajó como experto en el concilio Vaticano II, se preguntaba recientemente ¿podemos seguir hablando en la actualidad de la existencia de una lucha de clases?
La pregunta es pertinente, porque con la caída del muro de Berlín ha desaparecido el sistema político que lo utilizó, para justificar una acción de transformación social, manteniendo un régimen autoritario. Han desaparecido asimismo las categorías del análisis social que utilizaba.