Dios hoy



Geópolis y Teópolis

En cualquier caso, los hechos y los capítulos ya escritos de la novela humana van mostrando y demostrando que el equipo humano que sigue y prosigue erre que erre a través de los siglos es el equipo terretorial, ese equipo humano que se define por un trozo de tierra común, un nombre común y un sentimiento común, ese equipo que se llama ruso, japonés, chino, catalán, europeo, español o vallisoletano.

No toda sociedad territorial o geópolis se convierte en una teópolis o sociedad que se define a la vez por una teología y teopolítica sui generis, común a toda la comunidad territorial y distinta a todas las demás. El caso de los judíos es especialmente significativo por la casi perfecta simbiosis entre geópolis y teópolis. Judio es tanto alguien que se define por pertenecer a la tierra judía como a la teología de Yhavé, de la Tora, de la circuncisión y de las sinagogas.

Judío se nace, no se hace. Los judíos no han intentado nunca, como los cristianos y los musulmanes extender su religión o ganar el juego de "mi teología es la única verdadera, sea con los fusiles, sea con el comercio, sea con la predicación de los Fray Bartolomé de Las Casas. Ahí radica su fuerza y su debilidad.

Cuando Mendizábal decretó la famosa desamortización, los frailes jerónimos, al perder sus bienes materiales y sus conventos y ser sólo españoles, desaparecieron. En cambio, los jesuitas, al ser expulsados por Carlos III de todos los dominios españoles, pudieron refugiarse en los países en los que estaban instalados fuera del dominio español. Los judíos al no tener su hogar judío y al no existir judíos fuera de Israel que no fuesen ellos mismos, se sintieron en verdad amenazados y, por eso surgió el sionismo que terminó erigiendo el Estado de Israel.

El equipo cristiano, el musulmán y el marxista son in-ternacionales y no están imbricados en una simbiosis teopolítica/geopolítca como la sociedad judía. Ahí radica su fuerza y su debilidad. El equipo musulmán, al perder el juego militar y teológico tras ocho siglos que duró la liga (para los fundamentalistas no ha terminado), al ser expulsados de España, pudieron volver a otros países en los que la teología musulmana rige y dirige el sistema político, económico, culinario, onomástico, crónico y otros.

Los judíos no entraron en España desafiando al equipo cristiano en el terreno militar (Aunque tal vez, al prestar dinero con intereses a los cristianos les dominaron más de lo que éstos desearan), ni por tanto, tampoco sufriron derrota alguna en ninguna batalla de Las Navas de Tolosa. Pero cuando los Reyes Católicos (obsérvese la huella teológica de "católicos" en el escudo mismo nominal de estos reyes)expulsan a los judíos, con la intención de hacer una geópolis/teópolis,los judíos no pueden, como los musulmanes, ir a un país de teópolis judía.

Pero, si bien los cristianos como los musulmanes, a diferencia de los judíos, son internacionales (o multinacionales teológicas) sin embargo, de hecho, no según la teología más pura pero sí según la teología geopolítica de la costumbre y de los hechos. Arabia una sociedad territorial o geopoítica adoptó el Islam como su religión territorial, y otras sociedades territoriles, sea Argelia, sea Libia, sea Marruecos, sea Irak, sea Irán han adoptado la teología y la teopolítica musulmana.

Para entender la naturaleza del pólemos, del juego humano, no basta con plantearse el problema de qué es lo que en verdad "está en juego", qué es lo que se quiere ganar, si el juego de los bienes materiales es la clave y la raíz de todos los juegos o no. La clave no es solamente saber si un marxista antes de pisotear la hoz y el martillo preferiría morirse de hambre o por el contrario si, al ver que el "marxismo ya no vende", se apresurará a tirar la hoz y el martillo al cubo de la basura teopolítica, dejará de cantar la internacional ("se le ha olvidado la letra") y, por mor de un puesto bien remunerado cambiará de religión y de capilla in ictu oculi.

La clave no es solamente si todo San Francisco de Asís quiere ganar el juego del becerro de oro so pretexto de un opio teológico del pueblo, ni si un columnista de izquierdas puro y duro preferiría perder sabrosas ofertas publicitarias por no cometer un pecado capitalista contra los mandamiementos marxistas. Esa es como hemos visto, una de las claves o problemas planteado por Cristo, por Max Weber, por los teólogos de la liberación y por los teólogos del capitalismo o de la libertad de mercado, por carlos Marx y por Lutero.

Ver: José Antonio Jáuregui, Dios hoy

Ediciones NOBEL
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