Dios hoy
TEOLOGIA DE LA
CULTURA
Los judíos llaman los libros a los libros en los que Dios -Yahvé- es el protagonista. Estos libros, la Biblia, han sobrevivido varios siglos de la aventura humana, en los que han surgido tantos otros libros que han estado de moda pero que han desaparecido en la fosa común de los best-sellers.
Los musulmanes y los cristianos siguen conservando los libros, la Biblia, como uno de los tesoros más preciados. Los libros, la Biblia no han pasado de moda. Son el best-seller de todos los tiempos en el seno de las sociedades literario-teológicas. Pero, además no se leen como otos libros, de cualquier manera. El rabino o el sacerdote lee pasaje escogidos ante una congregación de fieles en un tono de respeto y de culto que no se da con otros libros.
Además, las ramas cristiana y musulmana que han brotado del arbol judío cuentan con sus propios libros sagrados: Nuevo Testamento y el Corán ¿"Qué libro por muchos "lanzamientos" publicitarios con que cuente puede desplazar de la lista de best-sellers y de best a la Biblia, a la Tora, al Nuevo Testamento o al Corán. Me sorprendió en mi peregrinación de Las Reglas del Juego a la búsqueda del Homo Tribalis ver en el patio de la universidad de Al Azar en El Cario a un grupo de niños canturreando los pasajes del Corán hasta que este libro quede registrado de la A a la Z en los cerebros de estos niños.
Nos soprendió a todos los del equipo de RTVE de las Reglas del juego, cuando el Director General de la Televisión de Egipto, a quien fuimos a solicitar un permiso de rodaje, cogió un Corán en el que escribió: "A estos españoles dedico nuestro libro para que les guie y oriente". Lo besó y nos lo entregó.
Dijo Julian Huxley que los protestantes no habían suprimido la Infalibilidad, aunque así lo afirmaran creyendo haber puesto una pica en el Flandes de la razón. Simplemente, habían reemplazado la infalibilidad del Papa por la infalibilidad del libro. Huxley da en el clavo al observar que el equipo protestante en su juego con el católico se ocupó más en que los cristianos conocieran y leyeran la Biblia.
Hoy mismo es más facil encontrar una Biblia en la casa de un protestante que de un católico, aunque el Concilio Vaticano II admitió que "debíamos aprender esta lección de nuestros hermanos protestantes".
Pero aun los católicos que menos conozcan la Biblia llevan en los ordenadores cerebrales muchos personajes, pasajes y paisajes literarios de los libros, artículo determinado que en verdad se justifica. Pero incluso la literatura profana está regida, como todo sistema cultural, por los diversos sistemas teológicos. Las novelas de Ddostoievski, de Dickens, de Perez Galdós, de Cela serían muy distintos si estos escritores hubiesen nacido y crecido en un sistema lingüístico que fuese el árabe-musulmán.....
Dios anda también entre los poemas. "Aunque España no hubiese producido nada en el mundo de la cultura excepto los poemas de San Juan de la Cruz y el Quijote ya le bastaría. A mi no me importaria que desapareciesen todos los libros excepto cuatro: La Biblia, la obra de Shakespeare, el Quijote y los poemas de San Juan de la cruz. Esta es una cuestión de mi maesto Sir Edward Evans-Pritchard. Sir Edward me invitó a iniciar la subida a este Himalaya de la poesía española, europea y humana:
"¿Adonde te escondite
Amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo Huiste,
aviéndome herido,
salí tras ti clamando, y eras ydo."
"Quedéme y olvidéme,
"el rostro recliné sobre el Amado:
cesó todo y dejéme
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado."
Los poemas de San Juan de la Cruz brotan en el jardín literario-teológico español y católico. En esta nueva Europa que se está gestando, que comenzó con la comunidad del carbón y del acero, los lirios de Van Gogh, las Meninas de Velazquez o los poemas de San Juan de la Cruz, sin duda definen la quintaesencia del mejor espíritu europeo.
"¡Ay que larga es esta vida,
qué duro es este destierro,
esta cárcel y estos hierros
donde el alma esá metida!
Sólo esperar la salida
me causa un dolor tan fiero
que muero porque no muero".
Ver : José Antonio Jáuregui, Dios hoy
Ediciones NOBEL