Hijos de Dios


Canción inspirada en el Salmo 8
y en la primera carta del apóstol Juan.

Este Salmo nos sitúa en el principio de los tiempos, nos conecta con el origen vital de
toda la existencia.

Pero este Salmo
adquiere una nueva dimensión
al ser contemplado a la luz del mensaje
de Jesús de Nazaret.


Fue Jesús el que nos enseñó
a llamar Padre
al "Señor de los cielos y la tierra".

Él nos animó a descubrir el amor que Dios nos tiene,
a reconocernos -porque los somos-
como verdaderos "hijos de Dios".

--- "Hijos de Dios" ---


(Recitado)

Antes de que nada existiera,
ya existías Tú.
Tú, Dios nuestro,
que en el principio de los tiempos
traspasaste la nada
con la fuerza de tu Espíritu.

Fue la "gran explosión",
el comienzo de la expansión inmensa
de tu energía creadora.

Y seguiste impulsando desde dentro
el devenir del Universo,
originando con tu Fuerza
la formación de estrellas, astros y galaxias.

Fue una larga noche,
una larga marcha de siglos y siglos
hacia la Luz que vence las tinieblas.

Hoy podemos decir
que nuestra Tierra es hija de las estrellas.
De ellas se desgajó hace miles y miles de años.

Y en nuestra Tierra,
Tú, nuestro Dios, fuiste preparando,
durante siglos y siglos de continua evolución,
el surgir de hombres y mujeres,
haciéndonos nacer
del barro de la Tierra
y de tu Sangre.


(Cantado)


Padre nuestro, Padre nuestro,
qué admirable Tú eres
en toda la Tierra, en toda la Tierra.


Cuando contemplamos el cielo,
obra de tus manos,
la Luna y las estrellas del firmamento,
pensamos:
¿Qué es el hombre
para que te acuerdes de él;
el ser humano
para que tanto lo quieras,
tanto lo quieras?


Padre nuestro...

Cuando contemplamos la Tierra,
obra de tus manos,
y al hombre y la mujer que Tú has creado,
que Tú has creado...
¿Qué es el hombre
para que te acuerdes de él;
el ser humano
para que tanto nos quieras,
tanto nos quieras?.


Padre nuestro...


(Recitado)

Hemos nacido de la Tierra,
nuestra "Madre Tierra".
Somos frágiles como el barro.
Por eso, la enfermedad
y la muerte nos acechan.

Volveremos a ser polvo,
volveremos a ser tierra.

Pero, también llevamos tu Sangre,
Dios y Padre nuestro.
Por eso, venciendo a la muerte,
seguiremos viviendo contigo,
más allá del espacio y el tiempo,
más allá de las estrellas.

(Cantado)

Nos has hecho poco menos que un dios;
nos has coronado de gloria y esplendor.
¿Qué es el hombre
para que tanto nos quieras;
qué te ha movido
a tratarnos así,
a tratarnos así?.

Brilla nuestro rostro con tu Resplandor;
somos luz de Luz, los dioses de Dios.


Padre nuestro...

Cuando contemplamos el mundo,
al que tanto amas,
y vemos el amor que Tú nos tienes,
que Tú nos tienes...
¿Qué es el hombre
para que tanto nos quieras,
el ser humano
para querernos así,
querernos así?

Brilla nuestro rostro con tu Resplandor;
somos luz de Luz, los hijos de Dios.


Brilla nuestro rostro con tu Resplandor;
somos luz de Luz, los hijos de Dios.

Padre nuestro, Padre nuestro, Padre nuestro.



Texto y música: Juan Antonio Espinosa



--- Esta canción, con recitado inclusive, nos puede ayudar en Celebraciones de la Palabra, o en Celebraciones de la Oración.

Para la Celebración de la Eucaristía, sería mejor ceñirnos a las partes cantadas.

--- He tenido mucho interés en conseguir autorización de la Editorial para, en el blog, presentar integra toda la canción, pues es la mejor manera de poder captar esta modalidad de "canción - meditación - contemplación".

--- La grabación, junto con 60 canciones más, la puedes encontrar en el doble CD "Testigos de Jesús" (EDIBESA)
--- La partitura en el libro del mismo nombre (EDIBESA. telf. 91 345 19 92 // www.edibesa.com).

--- Puedes escucharla completa, y descargártela gratis, pulsando aquí
Volver arriba