A propósito del evangelio del miércoles 29 de marzo
Escuchábamos en el Evangelio de S. Juan proclamado esta tarde: “el Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al Padre.”. Existe una profunda comunión entre Jesús y el Padre. El evangelio de San Juan es el evangelio más tardío en su composición, probablemente se escribió hacia el año 90. Así como los otros tres evangelios contienen ciertas similitudes y estructura, el evangelio de Juan va por libre. A Marcos, Mateo y Lucas los llamamos evangelios sinópticos (del griego “synopsis”, es decir vista en común). Juan no entra en similitud con ninguno de los otros tres evangelios. No contiene ninguna de las parábolas mencionadas en los otros Evangelios, y ofrece una interpretación mucho más espiritual de Jesús. Hace ya una elaboración teológica de la persona de Jesús muy elevada. Los historiadores parecen coincidir en que tanto el evangelio de Juan como las cartas de Juan y el apocalipsis fueron escritas por las comunidades joánicas, es decir, discípulos de la predicación de S. Juan. Se comprende.
¿Cómo siendo el que más tarde se escribió contiene sin embargo más dichos de Jesús en primera persona, más definiciones de Jesús? Yo soy el camino, la verdad y la vida; Yo soy la vida, vosotros los sarmientos; Yo soy el pan de Vida; Yo soy la resurrección y la vida; Yo soy la luz del mundo, etc…
Cada uno de esos dichos y discursos puestos en labios de Jesús son catequesis de las comunidades joánicas que expresan quién es Jesús.
Hoy nos encontramos con un Jesús que se identifica plenamente con el Padre. ¿Qué nos quiere decir el evangelio de Juan con esto? Es una afirmación de la divinidad de Jesús. No olvidemos que la definición que tenemos en el Credo de que Jesucristo es verdadero hombre y verdadero Dios, es decir, la doctrina de las dos naturalezas, fue establecido en el concilio de Calcedonia (451 d.C.).
Retomamos esa hermosa expresión del evangelio “el Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al Padre.”. Estas palabras ¿Cómo resuenan en una sociedad tan individualista y relativista como la nuestra? Una sociedad donde se idolatra al individuo y se impone la dictadura del relativismo. Jesús nos habla de una referencia que trasciende la vida humana de Jesús y lo une con el Padre. En nuestros días es posible vivir una fe tan manipulada e influenciada por la ideología reinante que podemos “ser cristianos sin Cristo”, cristianos sin Iglesia. La tan oída expresión “creo en Cristo pero no en la Iglesia”. ¿Es posible desvincular a Cristo de la Iglesia? NO. Todo lo que sabemos de Cristo lo sabemos por medio de la Iglesia. Los evangelios se escriben en el seno de la Iglesia y a fe que recibimos en el bautismo es la fe de la Iglesia no es una fe abstracta y personalista. “¿queréis, por tanto que vuestro hijo sea bautizado en la fe que acabáis de profesar?” porque antes de las palabras de Yo te bautizo… los padres y padrinos han dicho Sí Creo a la fe de la Iglesia.
Y del mismo modo no podemos desvincular a María, Nª Sra de la Piedad, de la Iglesia. No podemos decir yo soy cofrade pero no creo en la Iglesia. Se es cofrade en la Iglesia y desde la fe de la Iglesia. Y esto es algo FUNDAMENTAL. Si no tenemos claro esta profunda comunión con la Iglesia podemos caer fácilmente en la superstición y la magia. Al absurdo enfrentamiento de mi virgen es más milagrera que la tuya o más hermosa que la tuya. Las bellas imágenes que veneramos nos hablan de la fe de la Iglesia. No podemos quedarnos en las imágenes sin más. Éstas nos han de conducir a la belleza de la comunión con la Iglesia.
¡Cuánto camino tenemos por delante, familia! Cuánto camino que nos haga crecer en sentido de pertenencia a la Iglesia, en comunión con la fe de la Iglesia, en que la Iglesia no son los obispos y los curas, somos todos los bautizados que formamos parte del cuerpo de Cristo que somos la esposa de Cristo.
¿Cómo siendo el que más tarde se escribió contiene sin embargo más dichos de Jesús en primera persona, más definiciones de Jesús? Yo soy el camino, la verdad y la vida; Yo soy la vida, vosotros los sarmientos; Yo soy el pan de Vida; Yo soy la resurrección y la vida; Yo soy la luz del mundo, etc…
Cada uno de esos dichos y discursos puestos en labios de Jesús son catequesis de las comunidades joánicas que expresan quién es Jesús.
Hoy nos encontramos con un Jesús que se identifica plenamente con el Padre. ¿Qué nos quiere decir el evangelio de Juan con esto? Es una afirmación de la divinidad de Jesús. No olvidemos que la definición que tenemos en el Credo de que Jesucristo es verdadero hombre y verdadero Dios, es decir, la doctrina de las dos naturalezas, fue establecido en el concilio de Calcedonia (451 d.C.).
Retomamos esa hermosa expresión del evangelio “el Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al Padre.”. Estas palabras ¿Cómo resuenan en una sociedad tan individualista y relativista como la nuestra? Una sociedad donde se idolatra al individuo y se impone la dictadura del relativismo. Jesús nos habla de una referencia que trasciende la vida humana de Jesús y lo une con el Padre. En nuestros días es posible vivir una fe tan manipulada e influenciada por la ideología reinante que podemos “ser cristianos sin Cristo”, cristianos sin Iglesia. La tan oída expresión “creo en Cristo pero no en la Iglesia”. ¿Es posible desvincular a Cristo de la Iglesia? NO. Todo lo que sabemos de Cristo lo sabemos por medio de la Iglesia. Los evangelios se escriben en el seno de la Iglesia y a fe que recibimos en el bautismo es la fe de la Iglesia no es una fe abstracta y personalista. “¿queréis, por tanto que vuestro hijo sea bautizado en la fe que acabáis de profesar?” porque antes de las palabras de Yo te bautizo… los padres y padrinos han dicho Sí Creo a la fe de la Iglesia.
Y del mismo modo no podemos desvincular a María, Nª Sra de la Piedad, de la Iglesia. No podemos decir yo soy cofrade pero no creo en la Iglesia. Se es cofrade en la Iglesia y desde la fe de la Iglesia. Y esto es algo FUNDAMENTAL. Si no tenemos claro esta profunda comunión con la Iglesia podemos caer fácilmente en la superstición y la magia. Al absurdo enfrentamiento de mi virgen es más milagrera que la tuya o más hermosa que la tuya. Las bellas imágenes que veneramos nos hablan de la fe de la Iglesia. No podemos quedarnos en las imágenes sin más. Éstas nos han de conducir a la belleza de la comunión con la Iglesia.
¡Cuánto camino tenemos por delante, familia! Cuánto camino que nos haga crecer en sentido de pertenencia a la Iglesia, en comunión con la fe de la Iglesia, en que la Iglesia no son los obispos y los curas, somos todos los bautizados que formamos parte del cuerpo de Cristo que somos la esposa de Cristo.