Dios es Verbo, no Sustantivo. Con Ricardo Arjona: Jesús es Verbo...
Ese es el título de un libro (librito) que he escrito a petición de Silvia Martínez Cano, para la nueva colección que ella dirige en editorial San Pablo, con el título Ahora lo entiendo. Se presentará en Madrid el próximo 18. Posiblemente no podré asistir por razones personales, lamentándolo mucho, pero aquí lo presento ya, con música de fondo de R. Arjona.
Doy gracias a Silvia, por la invitación, gracias a la editorial por la publicación del nuevo libro, que, en contra de mi costumbre, es breve y pienso que “sustancial”, aunque no trata de Dios como sustancia, sino como verbo
| X. Pikaza
Del tema vengo tratando hace muchos años
Exactamente sesenta. El 1963, al terminar mi carrera ordinaria de Teología en Poio (Pontevedra), el Profesor J.M. Delgado Varela, el mejor de los que tenido en mi vida, me obligó a escribir, como fin de carrera, una tesina de síntesis titulada “El Conocimiento Unívoco de Dios” en la tradición teológica.
Trataba de esto: Si el nombre y el conocimiento de Dios es unívoco o análogo, si Dios es Verbo Relacional o sustantivo sustancial. Sé que leí el tratado de Dionisio (De Divinis nomínibus), que traté de Cayetano y Suárez, de Amor Ruibal y Zubiri, de los nombres de Dios como propios, apropiados, sustantivos, relativos co-relativos y verbos
La tesina quedó en unos cajones, donde me ha seguido hasta el día de hoy, con la historia de fondo latente, hasta que hace unos meses me llamó la profesora y colega Silvia M. Cano, directora de la nueva colección de libros básicos de teología y removió mis recuerdos. Estaba ya dispuesto a decir que aceptaba el reto, que tenía mucho material antiguo, pero me respondió “sé breve, treinta paginitas”.
Me puso a pensar. Es más fácil escribir 500 páginas de infolio sobre Dios Verbo o Sustantivo que 30 de corazón y vida. A pesar de todo le dije que sí. Y vino a mi recuerdos un álbum de Ricardo Arjona, que me habían hecho escuchar en Guatemala y México, hacia el año 1990. Sé que la letra me removió, tenía versos buenos, puede encontrarse todavía en Google. Trata de Jesús como Verbo de acción, no de Dios.
Trata del Jesús vivo de la canción en la calle, de Guatemala y mis recuerdos, de México y mis andanza, por calles y calles, escuchando cantares de pueblo con amigos mercedarios de antaño. Fácilmente se puede encontrar en Google la letra de la canción de Arjona. Por si alguno se pierde, aquí la copio, como el deseo de que la escuche.
Jesús Verbo No Sustantivo Ricardo Arjona
Ayer, Jesús afino mi guitarra y agudizo mis sentidos
Me inspiro Papel y lápiz en mano, apunto la canción, y me negué a escribir Porque hablar y escribir sobre Jesús, es redundar Seria mejor actuar
Luego, algo me dijo que la única forma de no redundar es decir la verdad Decir que a Jesús, le gusta que actuemos, no que hablemos Decir que Jesús, es más que cinco letras formando un nombre Decir que Jesús, es verbo, no sustantivo
Jesús es más que una simple y llana teoría ¿Qué haces hermano leyendo la Biblia todo el día? Lo que allí está escrito se resume en amor, vamos, ve y practícalo Jesús, hermanos míos, es verbo, no sustantivo
Jesús es más que un templo de lujo con tendencia barroca El sabe que total a la larga, esto no es más que roca La iglesia se lleva en el alma y en los actos, no se te olvide Que Jesús, hermanos míos, es verbo, no sustantivo
Jesús, es más que un grupo de señoras de muy negra conciencia Que pretenden ganarse el cielo con club de beneficencia Si quieres tú ser miembro activa, tendrás que presentar a la directiva Tu cuenta de ahorros en Suiza y vínculos oficiales
Jesús, es más que persignarse, hincarse, y hacer de esto alarde El sabe que quizá por dentro la conciencia les arde Jesús es más que una flor en el altar, salvadora de pecados Jesús, hermanos míos, es verbo, no sustantivo
Jesús, convertía en hechos todos sus sermones Que si tomas café es pecado, dicen los mormones Tienen tan poco que hacer que andan inventando cada cosa Jesús, hermanos míos, es verbo, no sustantivo
Jesús, no entiende por qué en el culto le aplauden Hablan de honestidad sabiendo que el diezmo es un fraude A Jesús le da asco el pastor que se hace rico con la fe Jesús, hermanos míos, es verbo, no sustantivo
De mi barrio la más religiosa era doña Carlota Hablaba de amor al prójimo, y me poncho cien pelotas Desde niño fui aprendiendo que la religión no es más que un método Con el titulo: “prohibido pensar, que ya todo está escrito”
Me bautizaron cuando tenía dos meses, y a mí, no me avisaron Hubo fiesta, piñata, y a mí ni me preguntaron Bautízame Tú, Jesús, por favor, así entre amigos Se que odias el protocolo, hermano mío
Señores, no dividan la fe, las fronteras son para los países En este mundo hay más religiones que niños felices Jesús pensó, me haré invisible para que todos mis hermanos Dejen de estar hablando tanto de mi, y se tiendan la mano
Jesús eres el mejor testigo del amor que te profeso Tengo la conciencia tranquila, por eso no me confieso Rezando dos Padres Nuestros, el asesino no revive a su muerto Jesús, hermanos míos, es verbo, no sustantivo
Jesús, no bajes a la tierra, quédate allá arriba Todos los que han pensado como Tú, hoy están boca arriba Olvidados en algún cementerio, de equipaje sus ideales Murieron con la sonrisa en los labios Porque fueron verbo y no sustantivo
(En google pone: no se utilice este texto para fines comerciales, sino para escuchar mejor los discos de R. Arjona):
Después de escuchar a Ricardo Arjona no sé qué decir….
Y sin embargo he dicho… y he escrito las treinta páginas de folio de mi libro (que no unas noventa en el libro hermosamente editado por Silvia M. Cano y por Ediciones San Pablo.
Aquí pongo no más la introducción, con alguna imagen de las canciones de Ricardo Arjona y de la portada de mi libro (con alguna otra portada de libro de propaganda).
Dentro de unos días, si Dios quiere, pondré unas páginas comentadas de uno de los tema de mi libro. Gracias a todos los que escuchen a Ricardo Arjona y los que se animen a leer mi pequeño libro.
Hemos tendido a interpretador a Dios como sustantivo fuerte, poder de todos los poderes, le hemos dado nombres diversos, casi todos en línea de soberanía y dominio sobre el cielo y en el orbe de la tierra. Se han apoderado de esos nombres los poderosos del sistema, para imponer su dominio familiar, social, militar, ideológica y económico, convirtiendo la religión en principio de sometimiento.
Frente a ese Dios de los sustantivos ha surgido en muchos pueblos, sobre todo en Israel (AT) el Dios del verbo activo, presencia creadora, armonía con el mundo, impulso interior y social de libertad. De ese Dios que dice “soy el que estoy en vosotros, carne de vuestra carne, para que seáis unos en otros, compartiendo vida y esperando resurrección de la carne” trata este libro.
En una línea más griega que bíblica, más de ontología/substancia que de verbo/palabra, desde el V/VI d.C., teólogos y dirigentes de Iglesia, hemos insistido en los nombres/sustantivos de Dios (De divinis nominibus), tejiendo a partir de su revelación un fuerte sistema de poder religioso, como organización social y sacral de tipo idolátrica.
Hemos tendido a convertir al Dios de la Biblia en Gran Ídolo de dominio domina sobre el mundo externo e interno, astros del cielo y poderes de la tierra (política, economía), para mantener a los hombres sometido, organizados y pacificados, pero no en liberad y presencia amorosa de unos en otros, sino en dictadura sagrada.
De esa manera, desde un occidente teóricamente cristiano, hemos fabricado un sistema de conocimiento y poder instrumental, conquistando y colonizando el mundo por la fuerza, como si el cristianismo fuera presencia y revelación de Dios en forma de Gran Iglesia o concierto de iglesias que imponen su moral familiar (sexual), social y económica que no es el verbo creador del Dios de los profetas y de Jesucristo.
En contra de esa tendencia idolátrica que consiste en fabricar nombres y más nombres divinos, para someternos y someter a otros a ellos, resulta importante volver a los principios de la Biblia israelita y de la encarnación cristiana, mostrando así que Dios no es sustantivo de poder, sino palabra (=parábola) de vida (carne), verbo activo, como indicaré en las reflexiones que siguen, divididas en cuatro partes:
Yahvé, soy el que soy, verbo de presencia activa, ese es mi nombre. Por eso, su nombre sustantivo no puede nombrarse, pues no lo tiene, no no es sustancia superior impuesta sobre los entes menores del gran sistema de realidad, sino sino ex-sistencia, aquel que hace ser (ex–sistere), saliendo de sí y , estando presente. Es bueno volver a la raíz del primer testamento, que no define a Dios como poder al que debemos someternos, sino como presencia liberadora y creadora en nuestra vida
Encarnación, Padre de Jesucristo. Jesús descubre a Dios como Padre, pero no en sentido de patriarcal, sino de superación de todo patriarcado de poder, impulso presencia creadora, negándose a sí mismo, encarnándose en nosotros, para que de esa forma seamos. Dios es Padre/Madre en nosotros, seres humanos sus hijos, para que en él vivamos, nos movamos y seamos nosotros, que somos su vida verdadera.
Humanidad preñada de Dios, acción del espíritu Santo. En ese contexto he comentado una de la imágenes más poderosa de la experiencia y teología del cristianismo, expresada por Juan de la Cruz en la letrilla de uno de sus “villancicos”: La Virgen preñada del Verbo divino es humanidad, “embarazada” en sentido radical (embarazo: estorbo y potenciación suprema), humanidad sembrada (impregnada, fecundada) con la semilla de Dios. Trinidad y encarnación, perijóresis divina.El Dios del Verbo encarnado es proceso divino de vida, inhabitación, movimiento y presencia de una persona en las otras. El tema no es que yq Dios se encarne en nosotros sino que nos encarnemos nosotros, como Cristo, Hijo de Dios, unos en otros. Sólo de esa forma descubrimos el sentido de Dios verbo encarnado, en un camino que culmina en la resurrección de la carne.
Otro día, como he dicho, publicaré unas paginitas de mi libro. Espero que resiste una comparación con el poema de R. Arjona, pues también el Dios de los teólogos (mi dios) es verbo activo, no simple sustancia inerte, sustantivo. Es verbo y nombre personal de amigo, nombre entrañable de presencia y fuego de amor en la tierra.