El Papa vuelve a reivindicar a María Magdalena como "apóstola de los apóstoles" Francisco: "En la vida real hay un puesto para ti, para mí, para cada uno (...). Es feo dejar la silla vacía"

Francisco, durante la audiencia de este sábado
Francisco, durante la audiencia de este sábado

"Nadie puede tomárnoslo, porque desde siempre ha sido pensado para nosotros"

"El Jubileo es un nuevo inicio para las personas y para la Tierra; todo es replanteado dentro del sueño de Dios"

"En vez de mirar en la oscuridad del pasado, en el vacío de un sepulcro, de María Magdalena aprendamos a voltearnos hacia la vida. Allí nos espera  nuestro Maestro. Allí es pronunciado nuestro nombre"

"Nuestro camino es una constante invitación a cambiar de prospectiva. El Resucitado nos lleva a su mundo, paso a paso, con la condición que no pretendamos ya saber todo"

"Hay un lugar para ti, para mí, para cada uno. Nadie puede tomárnoslo, porque desde siempre ha sido  pensado para nosotros. Cada uno puede decir: ¡tengo un lugar, yo soy una misión!". La segunda 'audiencia jubilar' de los sábados del Papa Francisco fue, como la anterior, una fiesta de fieles en torno a Bergoglio, que acudió a la cita en el Aula Pablo VI de buen ánimo, rejuvenecido ante la alegría de quienes le esperaban, expectantes.

Entró Francisco caminando, apoyado en su bastón, y saludando con una amplia sonrisa a los presentes. También a los que tuvieron que seguir la audiencia desde la basílica, pues el Aula se quedó pequeña para este encuentro del primero de febrero. 

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"El Jubileo es un nuevo inicio para las personas y para la Tierra; todo es replanteado dentro del sueño de Dios", arrancó Francisco, quien recordó que la palabra 'conversión' "indica un cambio de dirección", encaminándose "hacia nuevas metas". "Así surge la esperanza", recalcó el Papa ante más de siete mil fieles, provenientes  de las diócesis de Capua y Caserta. El Papa recordó su visita a Caserta en 2014. "Que el recuerdo de aquel acontecimiento, lleno de significado eclesial y espiritual, reavive en todos el deseo de profundizar en la vida de fe y de ser siempre testigos de esperanza y artífices de paz".

Personas en los sueños de Dios

"Para nosotros la experiencia de la fe ha sido estimulada por el encuentro con personas que han sabido cambiar en la vida y han, por así decirlo, entrado en los sueños de Dios" glosó Bergoglio, qien añadió cómo "de hecho, si en el mundo hay tanto mal, nosotros podemos distinguir quién es diferente: su grandeza, que a menudo coincide con su pequeñez, nos conquista".

Miles de fieles en el Aula Pablo VI
Miles de fieles en el Aula Pablo VI

En este sentido, el Papa reivindicó la figura de María Magdalena, que "surge sobre todas las demás". "Jesús la  curó con la misericordia y ella cambió: la misericordia la recondujo a los sueños de Dios y dio nuevas metas a su camino", explicó Francisco, quien evocó su encuentro con el Resucitado, que "no está en la parte de la muerte, sino en la parte de la vida". Algo que, recordó, "puede ser intercambiado con una de las personas que encontramos cada día". 

"Después, cuando escucha pronunciar su nombre, el Evangelio dice que nuevamente María se dio  vuelta. Es así que crece su esperanza: ahora mira el sepulcro, pero no más como antes. Puede secar sus lágrimas, porque ha escuchado su nombre: solo su Maestro lo pronuncia así. Pareciera que el viejo mundo  todavía estuviese, pero ya no está", insisitió, pidiendo a los fieles "aprender de la esperanza de María Magdalena, que la tradición llamó “apóstola de los apóstoles”", y subrayando, con ella, que "al nuevo mundo se entra convirtiéndose más de una vez".

Francisco, entrando en el Aula Pablo VI
Francisco, entrando en el Aula Pablo VI

"Nuestro camino es una constante invitación a cambiar de prospectiva. El Resucitado nos lleva a su mundo, paso a paso, con la condición que no pretendamos ya saber todo", explicó el Papa, quien preguntó a la concurrencia: "¿Sé voltearme a mirar las cosas diversamente? ¿Tengo el deseo de conversión?"

"Un yo demasiado seguro y orgulloso nos impide reconocer a Jesús Resucitado: de hecho, también hoy, su aspecto es aquel de las personas comunes que se quedan fácilmente a nuestras espaldas. Incluso  cuando lloramos y nos desesperamos, lo dejamos a la espalda", advirtió Francisco. "En vez de mirar en la oscuridad del pasado, en el vacío de un sepulcro, de María Magdalena aprendamos a voltearnos hacia la vida. Allí nos espera  nuestro Maestro. Allí es pronunciado nuestro nombre. Porque en la vida real hay un puesto para nosotros".

"Es feo dejar la silla vacía. Ese lugar es para mí. Cada uno puede decir :'Este es mi lugar'. Piensen cuál es la misión que Dios nos da", finalizó, improvisando el Papa, y reclamando "una actitud valiente en la vida". 

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