"Deseo que la comunidad internacional comprenda que el desarme es un deber moral" El Papa, con bronquitis, grita por la paz en Gaza: "¡Basta ya! Deténganse, tengan el coraje de continuar las negociaciones"
"Jesús es hoy duro porque no acepta que el templo-mercado reemplace al templo-casa, que la relación con Dios sea distante y comercial en vez de cercana y llena de confianza, que los puestos de venta sustituyan a la mesa familiar, los precios a los abrazos y las monedas a las caricias"
Francisco, en el Angelus: "Jesús no acepta que la Casa de Dios se convierta en un mercado"
Francisco lamenta cuando "se crea una barrera entre Dios y el hombre, y entre hermano y hermano, mientras que Cristo vino a traer comunión, misericordia y cercanía"
"Rezando mucho, como hijos que, sin cansarse, llaman confiados a la puerta del Padre, no como mercaderes avaros y desconfiados"
Francisco lamenta cuando "se crea una barrera entre Dios y el hombre, y entre hermano y hermano, mientras que Cristo vino a traer comunión, misericordia y cercanía"
"Rezando mucho, como hijos que, sin cansarse, llaman confiados a la puerta del Padre, no como mercaderes avaros y desconfiados"
"Tengo en el corazón, todos los días, con dolor, el sufrimiento de la población palestina, con miles de muertos, personas desoladas. La inmensa destrucción causada. Pienso en los indefensos, que ven comprometido su futuro. Y me pregunto: ¿verdaderamente se piensa construir un mundo mejor de este modo? ¿De verdad se piensa en alcanzar la paz? Basta por favor, ¡basta!". El grito de un Papa con bronquitis se escuchó en toda la plaza de San Pedro al término del Angelus.
"Deténganse, tengan el coraje de continuar las negociaciones, en Gaza y en toda la región, para que sean liberados todos los rehenes y vuelvan a sus familias, y para que la población pueda tener accdeso a los bienes humanitarios", recalcó el Papa, quien pidió que "no nos olvidemos de la martirizada Ucrania, hay tanto dolor aquí".
"El 5 de marzo se celebrará la II Jornada Internacional de concienciación por el desarme", recordó Francisco. Cuantos recursos económicos se derrochan y siguen aumentando. Deseo que la comunidad internacional comprenda que el desarme es un deber moral. Pongámonos esto en la cabeza. Y esto requiere el valor por parte de todos los miembfos de la gran familia de las naciones, de pasar del equilibrio del miedo, al desarme".
Día frío en Roma. Domingo en el que recordamos el momento en que Jesús expulsa a los mercaderes del templo. "Una escena dura" proclamó desde el balcón, todavía con los efectos de la bronquitis en su voz, el Papa Francisco. "La casa de Dios que se convierte en un mercado", lamentó el Pontífice.
"Detengámonos precisamente en el contraste entre casa y mercado: de hecho, se trata de dos modos distintos de presentarse ante el Señor", explicó el Papa. "En el templo entendido como mercado, para estar bien con Dios bastaba comprar un cordero, pagarlo y consumirlo en las brasas del altar. Comprar, pagar, consumir, y después cada uno a su casa", subrayó.
En cambio, "en el templo entendido como casa, sucede lo contrario: se va para visitar al Señor, para estar unidos a Él y a los hermanos, para compartir alegrías y dolores". Más diferencia, señaló Bergoglio, pues "en el mercado se juega con el precio, en casa no se calcula; en el mercado se busca el propio interés, en casa se da gratuitamente".
"Jesús es hoy duro porque no acepta que el templo-mercado reemplace al templo-casa, que la relación con Dios sea distante y comercial en vez de cercana y llena de confianza, que los puestos de venta sustituyan a la mesa familiar, los precios a los abrazos y las monedas a las caricias", argumentó el Papa. Porque, en definitiva, "de ese modo se crea una barrera entre Dios y el hombre, y entre hermano y hermano, mientras que Cristo vino a traer comunión, misericordia y cercanía".
Por ello, Francisco invitó, especialmente en Cuaresma, a "hacer en nosotros y a nuestro alrededor más casa y menos mercado". En primer lugar, con respecto a Dios." ¿Cómo? Rezando mucho, como hijos que, sin cansarse, llaman confiados a la puerta del Padre, no como mercaderes avaros y desconfiados".
Hace falta difundir fraternidad
Y, después, "difundiendo fraternidad". "Hace mucha falta", insistió el Papa. "Pensemos en el silencio incómodo, aislador, a veces incluso hostil, que se encuentra en muchos lugares. Por ejemplo, en los medios de transporte: todos encerrados en sus propios pensamientos, solos con sus problemas, con los oídos tapados por los auriculares y los ojos hundidos en los teléfonos móviles. Un mundo en el que no se da gratis ni siquiera una sonrisa o un comentario. ¿Por qué resignarnos a esto?".
"Demos nosotros el primer paso: saludemos, cedamos el asiento, digamos algo amable a quien está a nuestro lado: aunque no nos contesten o alguien nos mire mal, habremos hecho casa. Y esto puede valer para muchas otras circunstancias de la vida cotidiana", replicó el Santo Padre, quien pidió a los miles de fieles presentes en la plaza que se preguntaran "¿cómo es mi oración? ¿Es un precio que hay que pagar o es el momento del abandono confiado durante el que no miro el reloj? ¿Y cómo son mis relaciones con los demás? ¿Sé dar sin esperar nada a cambio? ¿Sé dar el primer paso para romper los muros del silencio y los vacíos de las distancias?".
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