Y no me escuchas
Que te estoy pidiendo
Que me bajes de esta Cruz
De la que tú, has participado.
Te empeñas en pedirme tanto y tanto…
Y ya no oyes...
¡Que te pido que me ayudes!
Y no te puedo ayudar,
Si no me atiendes
Si me oyeras sabrías
que estoy aquí Clavado
Y necesito que me bajes
para completar mi obra contigo.
Si me sintieras, verías que tengo el cuerpo quebrado
Y te necesito para que puedas curarme.
Solo estás tú conmigo.
¡Y tú podrías curarme!
No me pidas que te ayude,
Si no quieres escucharme,
Y bajarme de este madero
Para ya siempre Sanarme.
Tener dignidad, Quiero
Creer en el hombre, Deseo
Hacer Fraternidad, Sueño
¡Creer! Y Soñar
Que contigo todo es posible
Y Sin ti nada, nada es posible, ¡Nada!
Para tener una mirada tuya,
De frente
De abajo hacia arriba
Y poder ver mi rostro en tus hermanos
Y bajarlos de la Cruz,
¡De esta Cruz que hemos creado,
para someter a todos, a todos!
¡Por nuestro egoísmo inhumano!
De los submundos que hemos alentado.
¡Hermano!
¡No te pido tanto!
Ya te he escuchado,
¡Ahora Tú, Escúchame!
Si tú lo haces, harás lo que yo quiero, contigo.
Y ya no estarás solo
Porque quiero cada día apoyarte,
Y bendecirte, porque me has escuchado.
Y has empezado a romper las cruces,
que matan al hombre-a todos mis hijos e hijas de este mundo.
¡Bendito seas Jesús!
¡Bendito seas hermano, hermana!
Si hoy te has unido al Maestro
Él jamás te abandonará.
Y te ayudará cada día a bajar de tu Cruz.
Del Evangelio a la Vida, de la Vida al Evangelio.