¡Hasta donde te amamos, Jesús…!
Siempre poniendo límites a nuestra entrega por ti
¡Soy como Pedro, incapaz, incoherente, para realizar mis sueños!
¡Soy como Caifás, que no quiere salir de sus esquemas
aunque perdiera la vida cada día en ello!
Jesús, cada día te condenamos
-a lo más profundo de nuestros submundos
Somos esclavistas, de Nuestro Silencio
Las palabras arden sin sentido
y se abrasan en la noche oscura de la No Escucha:
¡Del pobre, del que está solo sin que a nadie le interese...!
Señor, creo en ti
Tú, pobre y abandonado
Solo Tú puedes darnos respuestas
a todas las grandes preguntas
Creo en Ti, Jesús vivo y ardiente
para vivir contigo, la locura del ser humano, sin sentido
Creo en tu delirio divino
que se hizo muy humano conmigo,
para hacer tu sueño contigo
Seré Cirineo, Verónica
En el relato de nuestra pasión de cada día,
esa es nuestra pobre narración
Del evangelio a la vida
De la vida al evangelio