Un testigo incómodo menos

Desde Octubre del 2004 hemos estado siguiendo en la BBC (Servicio Mundial) las crónicas de Jonah Fisher, el corresponsal de la emisora británica en Sudán. Junto con Alfred Tabán, un periodista sudanés, forman un excelente equipo que ha estado informando bastante objetivamente sobre lo que pasaba en Sudán, especialmente sobre la situación de Darfur.
Como se pueden imaginar, en sitios recónditos de África con pocas posibilidades de comunicación la radio por onda corta es uno de los pocos medios para poder estar informado y en ese campo la BBC es la campeona absoluta en África del Este, ya que ofrece una programación bastante adaptada a los oyentes africanos y tiene un servicio informativo muy bueno que se edita varias veces por la mañana (Network Africa) y por la tarde (Focus in Africa). En esta parte del mundo, si se quiere seguir los acontecimientos políticos, sociales o económicos, en la BBC se encontrará uno de los mejores medios informativos. Quizá un día hablemos del papel que ha jugado y juega la radio en zonas tan extensas como los países del cuerno de África.
En Sudán se promueve la figura del periodista modosito que no dirá nada contra el régimen por temor a perder su puesto de trabajo. Por otro lado, ahí tenemos a periódicos como el Khartoum Monitor (del cual Alfred Tabán, el otro corresponsal de la BBC es director), que han sido cerrados varias veces pero que continúan informando a pesar de los límites impuestos por el gobierno central y su sistema de seguridad interna. Con tales premisas por delante, es casi comprensible que desde la administración no se aprecie en demasía el estilo informativo y los contenidos de las crónicas de la BBC y especialmente de Jonah Fisher.
En una muestra más de la manera como el gobierno trata a los periodistas más díscolos e independientes, el Gobierno de Jartúm decidió la semana pasada expulsar al Sr. Fisher, acusándolo de un estilo de información hostil y de ser parte de la propaganda mediática internacional contra el gobierno de Sudán.
Ante la carta en la que se le daba 30 días para abandonar el país, el mencionado periodista decidió salir definitivamente el pasado viernes 13 de Abril. El señor Fisher ha sido un testigo bastante incómodo, que ha informado constantemente de la situación en Sudán y especialmente de los acontecimientos relacionados con Darfur y el papel de la Corte Internacional de Justicia que llegó a nombrar a dos miembros de alto rango del gobierno sudanés como instigadores y organizadores de las milicias que han asolado cientos de pueblos y han asesinado a sangre fría a miles de personas. Cuando ha llegado la hora de informar y de mencionar puntos polémicos, el corresponsal de la BBC no ha tenido miramientos y ha llamado las cosas por su nombre. Ahora paga con su expulsión esa honestidad informativa. Parece ser que no es la primera vez, años atrás también se le expulsó de Eritre, otro país que controla concienzudamente el trabajo de los periodistas. Esperemos que a pesar de estos contratiempos (que alguno calificaría como "gajes del oficio") la BBC siga con su línea independiente y comprometida de información, para que todos sepamos de verdad lo que está ocurriendo en los países en los que vivimos.