XXXI MIÉRCOLES DEL TIEMPO ORDINARIO/CICLO B/ 7-11-2018

XXXI MIÉRCOLES DEL TIEMPO ORDINARIO/CICLO B/ 7-11-2018

EVANGELIO DEL DÍA: Lc 14,25-33.

En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: «Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío. Así, ¿quién de vosotros, sí quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: "Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar." ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.»

COMENTARIO:

Celebramos el Miércoles de la Trigésima Primera Semana del Tiempo Ordinario . El cristiano no elimina nada de cuanto bello, bueno y verdadero hay en cualquier persono o cultura. En cada persona y cultura debe encontrar “semillas de eternidad” y “señal del Eterno”, que desde Jesucristo le manifiesta el don maravilloso de la salvación.
En el Evangelio de este Miércoles de la Trigésima Primera Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 14,25-33).
Jesús nos invita a seguirle pero es preciso someterse a ciertas condiciones: Hay que desprenderse de todo aquello que pueda ser un obstáculo para el seguimiento. Hay que subordinar incluso los vínculos familiares y hasta personales.
Hay que desprenderse de los bienes para seguirle a Él. Más aún, este seguimiento puede ser doloroso, e incluso nos invita a tomar la cruz de cada día y seguirle sólo a Él.
Pidamos a Dios que nos ayude a ser portadores de la Buena Noticia de Jesús y ser la fragancia de Cristo en nuestros ambientes. Amén.

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