XXXII MIÉRCOLES DEL TIEMPO ORDINARIO/ CICLO B/14-11-2018
XXXII MIÉRCOLES DEL TIEMPO ORDINARIO/ CICLO B/14-11-2018
EVANGELIO DEL DÍA: Lc 17,11-19.
Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.»
Al verlos, les dijo: «ld a presentaros a los sacerdotes.»
Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era un samaritano.
Jesús tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?»
Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado.»
COMENTARIO:
Celebramos el Miércoles de la Trigésima segunda Semana del Tiempo Ordinario. Cada día amanece para que vida se convierta en una oportunidad para llegar a la perfección, a la madurez humana y al conocimiento pleno de la realidad.
En el Evangelio de este Miércoles de la Trigésima Segunda Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 17,11-19).
Jesús va camino de Jerusalén, y pasando entre Samaria y Galilea, vienen a su encuentro diez leprosos.
Ellos les piden que tenga compasión a gritos, y Jesús les manda ir a presentarse a los sacerdotes.
En el camino quedan todos curados, pero sólo uno vuelve para alabar a Dios y darle gracias a Jesús. Y éste era un samaritano.
Jesús reconocerá que sólo el samaritano, este extranjero, ha alcanzado el fin último del milagro: entrar en una nueva relación con Dios.
Pidamos a Dios que nos conceda tener entrañas de misericordia ante el sufrimiento del prójimo y vivir en una actitud de agradecimiento permanente. Amén.
www.marinaveracruz.net
EVANGELIO DEL DÍA: Lc 17,11-19.
Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.»
Al verlos, les dijo: «ld a presentaros a los sacerdotes.»
Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era un samaritano.
Jesús tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?»
Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado.»
COMENTARIO:
Celebramos el Miércoles de la Trigésima segunda Semana del Tiempo Ordinario. Cada día amanece para que vida se convierta en una oportunidad para llegar a la perfección, a la madurez humana y al conocimiento pleno de la realidad.
En el Evangelio de este Miércoles de la Trigésima Segunda Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 17,11-19).
Jesús va camino de Jerusalén, y pasando entre Samaria y Galilea, vienen a su encuentro diez leprosos.
Ellos les piden que tenga compasión a gritos, y Jesús les manda ir a presentarse a los sacerdotes.
En el camino quedan todos curados, pero sólo uno vuelve para alabar a Dios y darle gracias a Jesús. Y éste era un samaritano.
Jesús reconocerá que sólo el samaritano, este extranjero, ha alcanzado el fin último del milagro: entrar en una nueva relación con Dios.
Pidamos a Dios que nos conceda tener entrañas de misericordia ante el sufrimiento del prójimo y vivir en una actitud de agradecimiento permanente. Amén.
www.marinaveracruz.net