"El sufrimiento se superará si juntos somos capaces de ponernos en pie" Benavent, en el funeral por las víctimas de la DANA: "Que las diferencias no se conviertan en divisiones, y perjudiquen a los más necesitados"

Los familiares de las víctimas de la DANA, en  la catedral de Valencia
Los familiares de las víctimas de la DANA, en la catedral de Valencia

"Que las dificultades no nos lleven a caer en la insolidaridad, que las diferencias no lleguen a convertirse en divisiones, que las perspectivas distintas a la hora de afrontar los problemas no perjudiquen a los más necesitados, que los intereses propios no prevalezcan sobre el bien común"

"Queremos unirnos al dolor que estáis viviendo las familias por el fallecimiento de vuestros seres queridos o por la incerteza que estáis viviendo en el caso de los desaparecidos que no han sido localizados"

"No hemos pretendido hacer otra cosa al convocar esta celebración: como iglesia diocesana hemos querido manifestar que compartimos el sufrimiento de todos, que queremos estar cerca de todos, y que queremos orar por todos"

"Hemos tenido una experiencia de solidaridad que ha sacado a la luz lo mejor que hay en el corazón del ser humano: ha habido personas que en las horas más dramáticas han arriesgado su vida para salvar la de los demás; hemos visto la solidaridad de asociaciones e instituciones, entre las que hay que mencionar a la Iglesia"

"El testimonio de los miles y miles de voluntarios, muchos de ellos jóvenes que, de una manera espontánea, se han ofrecido para ayudar a los afectados; la profesionalidad de los cuerpos de seguridad y de muchos servidores públicos venidos de toda España, que no se han limitado a realizar su trabajo, sino que lo han hecho con un auténtico espíritu de servicio y entrega"

"Hay dolores que no podemos curar". El arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, presidió esta tarde el funeral por las 222 víctimas de la DANA. En una sentida homilía, pronunciada en la catedral levantina en valenciano y castellano, y ante la presencia de los Reyes de España, y de 400 familiares de víctimas de la tragedia, el prelado hizo un llamamiento a la unidad, puso en valor la solidaridad de todo un pueblo y agradeció la labor de voluntarios, bomberos y cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.

"Que las dificultades no nos lleven a caer en la insolidaridad, que las diferencias no lleguen a convertirse en divisiones, que las perspectivas distintas a la hora de afrontar los problemas no perjudiquen a los más necesitados, que los intereses propios no prevalezcan sobre el bien común", dijo, en un claro guiño a la polarización que también ha venido junto a la tragedia.

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Hubo lágrimas, rabia, y tal vez demasiado protagonismo de la clase política. Además de Felipe y Letizia, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón; hasta tres ministros; y toda una panoplia de autoridades, aunque los protagonistas del evento -que, recordemos, no organizaba el Estado, sino la diócesis- fueron los supervivientes, afectados y familiares de los fallecidos. No faltaron el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ni la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Los políticos, en primera fila
Los políticos, en primera fila

En un gesto que no pasó inadvertido, Benavent quiso concelebrar con los párrocos de los pueblos siniestrados en las inundaciones, y la Virgen de los Desamparados, al lado contrario del que ocupaban los Reyes, llevaba un crespón negro en señal de luto. Durante su alocución, el arzobispo de Valencia invitó a "orar por los difuntos pidiendo a Dios que lleguen a contemplar la belleza de su gloria y por los desaparecidos", y a hacerlo "unidos al dolor que estáis viviendo las familias por el fallecimiento de vuestros seres queridos o por la incerteza que estáis viviendo en el caso de los desaparecidos que no han sido localizados".

Benavent también recordó al resto de afectados: quienes han perdido su trabajo, los que "no tienen un hogar donde vivir dignamente, los niños y jóvenes que han visto interrumpido su proceso educativo, todos aquellos que están sufriendo de cualquier forma las consecuencias de estas inundaciones". 

La Iglesia sufre con el pueblo

"Como Iglesia hemos sufrido las consecuencias de este acontecimiento: personas que participaban habitualmente en la vida de nuestras parroquias o que simplemente compartían nuestra fe son víctimas de esta tragedia; la vida de nuestras parroquias se ha visto alterada, al igual que la vida de nuestros pueblos y ciudades", recalcó el arzobispo, quien quiso alejar cualquier interpretación política de este funeral: "No hemos pretendido hacer otra cosa al convocar esta celebración: como iglesia diocesana hemos querido manifestar que compartimos el sufrimiento de todos, que queremos estar cerca de todos, y que queremos orar por todos".

Misa por las víctimas de la DANA
Misa por las víctimas de la DANA

"Como Iglesia no podemos ser indiferentes ante el sufrimiento, y estamos llamados a ofrecer a todos el consuelo de Cristo. Cuando he visitado las localidades afectadas he percibido la tristeza de las miradas, el dolor y el sufrimiento de muchas personas. Ante esto no podemos quedar indiferentes", subrayó Benavent, quien anunció que la diócesis ha ayudado "en la medida de nuestras posibilidades" y "lo continuaremos haciendo mientras sea necesario".

Testimonios de solidaridad, fe y esperanza

El arzobispo también agradeció "los gestos y palabras del papa Francisco, que nos han confortado a todos", así como los testimonios de solidaridad, fe y esperanza de muchos, independientemente de su convicción religiosa o cívica. "Esta experiencia de cercanía a los que sufren nos ha ayudado a sentirnos hermanos de todos".

"Pero a menudo sentimos que nuestros gestos y palabras no bastan. Hay dolores que no podemos curar", admitió Benavent, quien pidió al Señor "que conceda el descanso a nuestros hermanos difuntos, el consuelo a las familias de los desaparecidos, la esperanza a todos los que están viviendo las consecuencias de estas inundaciones".

Hemos tenido una experiencia de solidaridad que ha sacado a la luz lo mejor que hay en el corazón del ser humano: ha habido personas que en las horas más dramáticas han arriesgado su vida para salvar la de los demás

Y, también, en tiempo de Adviento, una llamada a la esperanza en mitad de la tragedia: "Hemos tenido una experiencia de solidaridad que ha sacado a la luz lo mejor que hay en el corazón del ser humano: ha habido personas que en las horas más dramáticas han arriesgado su vida para salvar la de los demás; hemos visto la solidaridad de asociaciones e instituciones, entre las que hay que mencionar a la Iglesia, que han ofrecido sus locales e instalaciones para acoger a los afectados y ofrecerles lo que necesitaban en los primeros momentos; el testimonio de los miles y miles de voluntarios, muchos de ellos jóvenes que, de una manera espontánea, se han ofrecido para ayudar a los afectados; la profesionalidad de los cuerpos de seguridad y de muchos servidores públicos venidos de toda España, que no se han limitado a realizar su trabajo, sino que lo han hecho con un auténtico espíritu de servicio y entrega", recalcó Benavent. "Todo esto es una manera de acercarse a todos los que están sufriendo para aliviar en lo posible su dolor, para sembrar esperanza en su corazón".

"Lo más importante es lo que nos han enseñado y todos deberíamos aprender: que la auténtica solidaridad en la de aquellos que ponen a las personas que sufren en el centro de su acción y se olvidan de sí mismos y de sus intereses", subrayó el arzobispo.

Parafraseando el pasaje evangélico del paralítico, leído durante la ceremonia, el arzobispo insistió en que "el sufrimiento se superará si juntos somos capaces de ponernos en pie, de mirar el futuro con esperanza, de unir nuestras fuerzas en favor de los más golpeados por la tragedia".

"En esta Eucaristía le pedimos al Señor que las dificultades no nos lleven a caer en la insolidaridad, que las diferencias no lleguen a convertirse en divisiones, que las perspectivas distintas a la hora de afrontar los problemas no perjudiquen a los más necesitados, que los intereses propios no prevalezcan sobre el bien común. Solo así podremos mirar el futuro con esperanza, solo así nos podremos levantar de nuestra postración", culminó.

Compartix també el sofriment de tots

Ya en valenciano, Benavent, insistió en que "durant estos dies els valencians, i també el Sant Pare, li hem dirigit les nostres mirades plenes d'amor. La imatge que hui presideix la nostra celebració ha visitat alguns del pobles afectats. Ella va compartir el sofriment del seu Fill i compartix també el sofriment de tots els que patixen en estos moments".

Pero María va más allá: "Ella en la creu no és únicament una dona que patix, és una dona creient: en eixe moment la seua fe és més forta que el seu dolor. No ens fixem únicament en el seu dolor, fixem-nos en la seua fe: ella viu amb la certesa que Déu no abandona al seu Fill. Que tots els afectats tinguen també la certesa que Déu no ha deixat d'estimar-los i que no han sigut abandonats per Ell".

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