Miembro del Observatorio de Bioética del Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad Católica de Valencia Julio Tudela: "Negarse a vacunarse constituye un acto irresponsable e insolidario"
"Desde el análisis científico sosegado, los motivos para aceptar las vacunas son numerosos e incontestables y las evidencias sobre su eficacia y seguridad se acumulan a medida que pasa el tiempo"
La ignorancia, los prejuicios o posiciones adoptadas por criterios no científicos que hacen difícil abrirse a otras posibilidades y la contaminación informativa son, según Tudela, las tres grandes dificultades para lograr que la población acepte vacunarse
“Desde el análisis científico sosegado, los motivos para aceptar las vacunas son numerosos e incontestables. Las evidencias sobre su eficacia y seguridad se acumulan a medida que pasa el tiempo. Las personas bienintencionadas que se acercan sin prejuicios a estas evidencias podrán aceptar sin dificultad los numerosos beneficios que supone la vacunación”.
Así de claro se muestra Julio Tudela, farmacéutico y miembro del Observatorio de Bioética del Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad Católica de Valencia en una entrevista concedida a Aleteia recogida por el portal Catholic Fact Checking. En medio de un debate aún abierto sobre la necesidad de vacunarse contra el covid-19 o la posible objeción a hacerlo, voces altamente calificadas como las de Tudela, que reúne en su ejercicio profesional y académico el rigor científico y la concepción del personalismo aplicado a la bioética, son totalmente necesarias en tanto que nos recuerdan la responsabilidad de mirar por el bien de los demás al mismo tiempo que se responsabiliza la persona por el bien propio.
Bioética personalista
La bioética personalista constituye, según explica Tudela, una propuesta para el análisis y valoración ética de la actividad y los avances científicos relacionados con la vida humana o su entorno. “Se fundamenta en una sólida argumentación antropológica, situando a la persona humana, su inalienable dignidad y derechos, en el centro del debate ético, por encima de cualquier otra consideración de orden práctico, económico o científico”, aclara el experto.
“Además —añade—, a diferencia de otras corrientes bioética, aporta al debate la capacidad de discernir qué propuestas suponen un mejor bien para el individuo y cuáles no”.
“Otros principios de la bioética personalista, como el de sociabilidad y subsidiariedad y el de libertad y responsabilidad, sitúan las decisiones libres de las personas en un contexto de responsabilidad; es decir, supeditadas a sus posibles consecuencias, tanto sobre el que toma las decisiones como sobre sus semejantes. Pues estos pueden llegar a sufrir algún tipo de daño como consecuencia de nuestras propias decisiones libres”, apunta Tudela, en una afirmación que demuestra que negarse a recibir la vacuna contra el covid-19 no solo pone en riesgo la propia vida y la salud, sino que sitúa a las demás personas con las que se puede entrar en contacto en un riesgo innecesario y evitable.
“Desde el Personalismo podemos afirmar que, dadas las evidencias científicas disponibles hoy, negarse a vacunarse constituye un acto irresponsable e insolidario. A los pacientes que me consultan sobre este tema siempre les respondo: ‘no piense en usted para decidir si se vacuna o no; piense en aquellos que enfermarán o morirán porque usted pueda contagiarlos si no se vacuna’”, sentencia.
Las razones de la objeción a vacunarse
Existen, según Tudela, tres grandes dificultades para lograr que la población acepte vacunarse: “La primera es la ignorancia, el desconocimiento de las mencionadas evidencias. La segunda, los prejuicios o posiciones adoptadas por criterios no científicos que hacen difícil abrirse a otras posibilidades”, detalla.
Y en tercer lugar la contaminación informativa: “La proliferación de informaciones erróneas, acientíficas e injustificadas que inducen a error a muchas de las personas que dudan y no acuden a fuentes confiables, sino a medios de difusión social muy influyentes pero muy poco veraces”, concluye.
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