Tras las palabras de Argüello, le tocó el turno al nuncio en España, Bernardito Auza, que, como viene siendo habitual en los últimos tiempos, habló de temas totalmente distintos a los planteados por el presidente de la CEE. Lo que sí hizo Auza fue recordar a los obispos españoles la necesidad de abordar “el desafío impulsado por el Papa Francisco por la renovación espiritual e institucional de la Iglesia en todas sus realidades”. Algo que no parece estar en el ánimo, o en las urgencias, de muchos de ellos, en esa imagen de dos tipos de Iglesia que tanto molesta a algunos que se explicite, 'desde fuera'.
‘Informe RD’ con análisis y el Documento Final del Sínodo
Comenzó el Nuncio recordando a las víctimas de la “gota fría” que “ha sembrado destrucción” en Valencia, Albacete y otras partes de España, destacando “la grandeza de tantos corazones, generosos y sensibles ante la situación”, pese a los momentos de “oscuridad” tras la tragedia.
Tras hacer referencia al Sínodo, Auza, se refirió al próximo Año Jubilar que celebrará la Iglesia a nivel global, y la necesidad de ser “una comunidad viva que irradia, y por ello contagia la alegría interior que solo posee el que experimenta que merece la pena dar mil vidas por Cristo y por el Evangelio”.
Junto a ello, el Nuncio animó a mejorar “el Servicio de Protección de Menores” con la puesta en marcha de la Comisión Asesora de Reparación Integral. “Les animo en las propuestas que podrán exponer estos días con vistas al asesoramiento y la coordinación de cuantos actúan en la reparación de las víctimas”.
