El obispo de Ávila lamenta la muerte de quien fue para él "un padre" Gil Tamayo: "Antonio Montero fue uno de los obispos que puso en marcha en España el Vaticano II"

“Para mí ha sido como un padre, el obispo que me ordenó y me enseñó a ser cura y periodista”. José María Gil Tamayo, al otro lado del teléfono, contiene la emoción que le embarga por la muerte del pastor que, además de orientarle en su ministerio sacerdotal, le inoculó el interés y gusto por la información hasta el punto de que se licenció en Ciencias de la Información por él.

“Ha muerto un gran pastor de la Iglesia en España, un hombre del Vaticano II, al que anticipó en su ejercicio ministerial del sacerdocio”, señala el obispo de Ávila en conversación con RD.

Conocedor de los sufrimiento de la Iglesia en la Guerra Civil

“Junto con pastores como don Gabino Díaz Merchán, que también se nos acaba de ir, y a quien don Antonio había sustituido como el obispo más longevo de España, el arzobispo Montero, fue un hombre de su tiempo, que abrazó la suerte de sus contemporáneos y fue conocedor, como pocos, del sufrimiento de la Iglesia en España durante el siglo pasado”, apunta el pastor extremeño en alusión a su estudio, aún de referencia, sobre el número de sacerdotes asesinados durante la Guerra Civil española.

“Ojalá los obispos sepamos seguir esta estela que nos deja y vivir con el espíritu del Concilio”, apunta Gil Tamayo.

El arzobispo emérito de Mérida-Badajoz falleció en Cádiz, donde se encontraba pasando unos días, y será enterrado en la concatedral de Mérida como el primer arzobispo de la sede tras su reestructuración.

Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME