La propuesta de la Iglesia "no insulta, no calumnia, no engaña, no manipula, no viene a imponer ni a traicionar" Los obispos denuncian "los discursos de odio", que "desprecian a la persona, la deshumanizan y la descartan"
"La Iglesia en España se encuentra inmersa en la realización de un proceso sinodal que tiene una primera parada en la escucha. No solo la escucha de quienes participan en la vida de la Iglesia, de los que son miembros, o de los que reciben su ayuda sino, más allá, la escucha de todos"
"En la sociedad, fácilmente encontramos discursos que son monólogos, que no buscan escuchar ni entender al otro, sino que son discursos cerrados, sin respeto al que escucha”
Los obispos agradecen a los profesionales que “ofrecen un periodismo sin prejuicios, un periodismo que escucha con sinceridad la verdad, que se asoma a la vida cotidiana de las personas, que escucha la voz de la justicia que se hace presente en tantos acontecimientos y que, a través de ellos, es ofrecida y conocida"
Los obispos agradecen a los profesionales que “ofrecen un periodismo sin prejuicios, un periodismo que escucha con sinceridad la verdad, que se asoma a la vida cotidiana de las personas, que escucha la voz de la justicia que se hace presente en tantos acontecimientos y que, a través de ellos, es ofrecida y conocida"
Los obispos españoles denuncian "los discursos de odio", que "desprecian a la persona, la deshumanizan y la descartan". En su mensaje de cara a la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebra esta semana, el episcopado español ha elaborado un mensaje, que lleva por título ‘Se comunica de verdad cuando se escucha de corazón’, y en el que destacan “el papel imprescindible de la comunicación para la vida plena”, y señalan que “en el papel de comunicar estamos todos implicados”.
Sin embargo, añade el comunicado, “el esfuerzo evangelizador necesita una comunicación más profunda, más explícita”, que implica “una comunicación de dos direcciones: una de entrada y una de salida”. “No se comunica quien sólo escucha, ni comunica quien sólo habla. De hecho, se precisan mutuamente: para escuchar es preciso que alguien hable, que alguien transmita, pero para hablar con fundamento es preciso antes haber escuchado. Sólo así se produce el diálogo que vivifica la sociedad y la hace crecer”, recalca la nota.
“Estamos ahora en tiempos de escucha. La Iglesia en España se encuentra inmersa en la realización de un proceso sinodal que tiene una primera parada en la escucha. No solo la escucha de quienes participan en la vida de la Iglesia, de los que son miembros, o de los que reciben su ayuda sino, más allá, la escucha de todos”, indica el comunicado episcopal, que reivindica el proceso sinodal que se está llevando en parroquias, comunidades religiosas, grupos de laicos, etc”… para “escuchar con corazón abierto para encontrar en esas palabras los signos de los tiempos y la acción del Espíritu que quiere renovar la faz de la tierra”.
Saber escuchar, también las quejas
Y es que la escucha sinodal “hace compañeros de camino, genera preguntas, recoge quejas”, porque “no oculta los problemas, sino que los afronta entre todos, con mirada renovada, es una buena referencia para una Iglesia atenta a los signos de los tiempos”. Sin duda, un desafío para la Iglesia española actual, aunque los obispos aclaran que “no sólo la Iglesia necesita del diálogo, del encuentro, del caminar juntos”.
“Toda la sociedad, las organizaciones políticas y sociales, los debates parlamentarios, las relaciones internacionales pueden aprender de este camino sinodal que hace de la escucha y del discernimiento una cultura nueva para un tiempo nuevo”, recalca el episcopado, que denuncia cómo “en la sociedad, fácilmente encontramos discursos que son monólogos, que no buscan escuchar ni entender al otro, sino que son discursos cerrados, sin respeto al que escucha”.
“Llevados al extremo, son discursos del odio, tan frecuentes en las redes sociales, que desprecian a la persona, la deshumanizan y la descartan” señalan, contraponiendo la propuesta de la Iglesia que “cuando habla no insulta, no calumnia, no engaña, no manipula, no viene a imponer ni a traicionar, sino que viene a aportar su grano de arena en la construcción del bien común”.
Además de en la oración y en la palabra, admiten los obispos, “Dios habla a través de los signos de los tiempos”, que “deben ser también atendidos y entendidos”. Entre ellos, “la situación de guerra, esa tercera guerra mundial por partes de la que habla Francisco, las sucesivas crisis económicas, sociales y sanitarias, los desgarros de la humanidad entre el hambre, las catástrofes climáticas y las ideologías antihumanas, llaman también nuestra atención”.
“Mirar el mundo, escucharlo con los oídos del corazón, lleva inevitablemente a poner en el centro a los que sufren, a quienes están solos, a los enfermos, a los tristes. Una escucha con el corazón no puede dejar pasar el dolor humano, lo acoge y lo acompaña”, señala la nota, que incide en que “los comunicadores tienen como misión dar a conocer el sufrimiento para que pueda ser atendido. Por eso su lugar está tantas veces con los desfavorecidos y, en algunos casos, eso cuesta la vida”.
Por eso, los obispos agradecen a los profesionales que “ofrecen un periodismo sin prejuicios, un periodismo que escucha con sinceridad la verdad, que se asoma a la vida cotidiana de las personas, que escucha la voz de la justicia que se hace presente en tantos acontecimientos y que, a través de ellos, es ofrecida y conocida”. Alguno de ellos, incluso, dando la vida.