El futuro de la Abadía y la resignificación de Cuelgamuros, en el aire Dos años de la exhumación de Franco. ¿Qué pasará con el Valle de los Caídos?
La aprobación de la Ley de Memoria Democrática habría de permitir la resignificación del Valle, la expulsión de los benedictinos, el traslado de la tumba de Primo de Rivera y las exhumaciones de asesinados por el régimen
Dos años después, los restos del dictador reposan en el cementerio de Mingorrubio. La sociedad española ha demostrado su madurez, pese al ascenso de actores políticos que reivindican el legado del fascismo
Los benedictinos ya han anunciado que darán batalla, apoyados por VOX, la Fundación Franco (también pendiente de su disolución) y grupúsculos de la ultraderecha eclesial. ¿Qué harán los obispos? Seguramente, esperar instrucciones y ver las condiciones planteadas por el Ejecutivo
Desde el Gobierno piden cautela, conscientes de que cualquier paso el falso podría suponer una denuncia (no pactada) de los Acuerdos Iglesia-Estado, que ambas instituciones (Ejecutivo e Iglesia) consideran necesario aggiornar
Los benedictinos ya han anunciado que darán batalla, apoyados por VOX, la Fundación Franco (también pendiente de su disolución) y grupúsculos de la ultraderecha eclesial. ¿Qué harán los obispos? Seguramente, esperar instrucciones y ver las condiciones planteadas por el Ejecutivo
Desde el Gobierno piden cautela, conscientes de que cualquier paso el falso podría suponer una denuncia (no pactada) de los Acuerdos Iglesia-Estado, que ambas instituciones (Ejecutivo e Iglesia) consideran necesario aggiornar
Hace justo dos años, los restos del dictador Francisco Franco salían de la basílica del Valle de los Caídos, llevados al hombro por su familia y escoltados por el prior Santiago Cantera, bajo la atenta mirada de la entonces ministra de Justicia, Dolores Delgado, y el hoy ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.
En una ceremonia retransmitida en todo el mundo (sólo lo que ocurrió en el exterior de la basílica, dentro no hay imágenes), un helicóptero trasladó el féretro de Franco hasta el cementerio de Cuelgamuros. Cuarenta y cuatro años después de la muerte del dictador, éste salía del Valle.
Dos años después, no ha pasado nada. Pandemia mediante (algunos perturbados, incluso, llegaron a afirmar, sin despeinarse, que el coronavirus era un castigo divino por sacar a Franco del Valle), la sociedad española ha demostrado su madurez, pese al ascenso de actores políticos que reivindican el legado del fascismo. Y que asustan, pero desde las instituciones democráticas.
¿Qué pasará con el Valle?
Tras la marcha de Franco, ¿qué pasará con el Valle? El Consejo de Ministros ha aprobado una Ley de Memoria Democrática, actualmente en trámite, que tendrá que dirimir su futuro. Las asociaciones memorialistas han exigido al Gobierno una total resignificación del complejo, y la expulsión de los benedictinos. De hecho, el Decreto Ley plantea la disolución de la fundación que los sostiene, y un diálogo con las autoridades eclesiásticas para definir el futuro de la basílica, que no será desacralizada.
¿Qué hará la Iglesia? Los benedictinos ya han anunciado que darán batalla, apoyados por VOX, la Fundación Franco (también pendiente de su disolución) y grupúsculos de la ultraderecha eclesial. ¿Qué harán los obispos? Seguramente, esperar instrucciones y ver las condiciones planteadas por el Ejecutivo, en una negociación que, formalmente, aún no se ha iniciado, aunque ya ha habido conversaciones. El cardenal de Madrid, Carlos Osoro, es el responsable último del templo.
Se habla, desde hace tiempo, de la posibilidad de que la Comunidad de Sant'Egidio pueda ocupar el espacio que dejen los frailes... si Cantera no ordena a los suyos encastillarse. Entonces, tendría que intervenir Roma. Desde el Gobierno piden cautela, conscientes de que cualquier paso el falso podría suponer una denuncia (no pactada) de los Acuerdos Iglesia-Estado, que ambas instituciones (Ejecutivo e Iglesia) consideran necesario aggiornar.
Primo de Rivera, Basílica y Cruz
En lo meramente operativo, el siguiente paso sería exhumar los restos de Primo de Rivera y trasladarlos a un lugar no preeminente dentro de la basílica (el fundador de la Falange sí es un 'caído' de la Guerra Civil), y plantear el futuro de los restos que se puedan sacar de Cuelgamuros, que podría convertirse (salvo los cuerpos enterrados en la basílica o la abadía) en un cementerio civil.
La resignificación del Valle y una explicación acorde con la historia de lo que allí sucedió también es relevante. ¿Caerá la Cruz? Rotundamente no. Dos años después de la salida de Franco, todavía queda mucho por explicar, pero si algo queda claro es que la imponente cruz seguirá presidiendo el Valle de Cuelgamuros.
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