El fundador de ANIR, ante el informe del Defensor del Pueblo sobre la pederastia clerical Juan Cuatrecasas: "La Iglesia española es claramente consciente del problema (...). Hubo encubrimiento, y en muchos casos, incluso complicidad"
"El informe no es un fin en sí mismo, es un instrumento para seguir trabajando en aras del cumplimiento de los derechos de las víctimas de pederastia"
"Estamos ante un momento histórico en lo que a pederastia eclesiástica se refiere y me consta que la política de Tolerancia Cero de Francisco cada vez tiene más fuerza y menos matiz contemplativo. Es hora de ser más propositivos que nunca y de que se depuren responsabilidades"
"Ninguna víctima pide limosnas, es más el 100% de ellas se sentiría ofendidas, si así se interpretaría. No hay cantidad dineraria que sea proporcional al daño causado, a las secuelas, a vidas quebradas, al ninguneo y el negacionismo durante décadas, a que te roben la infancia y la adolescencia"
"Ninguna víctima pide limosnas, es más el 100% de ellas se sentiría ofendidas, si así se interpretaría. No hay cantidad dineraria que sea proporcional al daño causado, a las secuelas, a vidas quebradas, al ninguneo y el negacionismo durante décadas, a que te roben la infancia y la adolescencia"
"El informe del Defensor del Pueblo ha sido impecable, se ha dado testimonio, se ha escuchado y se han plasmado con fidelidad en el papel cuáles son las necesidades y reivindicaciones de los más interesados en que todo este proceso tenga una prolongación legislativa adecuada a la realidad, un reconocimiento y una reparación". Juan Cuatrecasas, padre de una víctima de la pederastia clerical y fundador de la Asociación Nacional Infancia Robada (ANIR) reflexiona en esta entrevista con RD sobre el 'informe Gabilondo', la respuesta de los obispos y, especialmente, pone voz a lo que quieren, necesitan, exigen, los auténticos protagonistas de esta cruel historia: los supervivientes de abusos a menores en la Iglesia.
¿Desde ANIR, como se valora el informe final sobre pederastia entregado en el congreso de diputados por el Defensor del Pueblo ?
Varios miembros y colaboradores de ANIR y muchas de las víctimas y supervivientes que forman parte de la asociación, hemos colaborado desde el minuto uno con Ángel Gabilondo y su equipo profesional para poner un grano de arena en este modelo de investigación y en ese sentido estamos muy satisfechos porque como premisa fundamental sabemos que ha sido la voz de las víctimas la que se ha tenido en cuenta para fijar las recomendaciones finales. El trabajo en equipo con tres grupos creados al efecto dentro de la estructura de investigación ha sido impecable, se ha dado testimonio, se ha escuchado y se han plasmado con fidelidad en el papel cuáles son las necesidades y reivindicaciones de los más interesados en que todo este proceso tenga una prolongación legislativa adecuada a la realidad, un reconocimiento y una reparación. En suma, el informe no es un fin en sí mismo, es un instrumento para seguir trabajando en aras del cumplimiento de los derechos de las víctimas de pederastia.
¿Cree que la Iglesia a estas alturas tiene voluntad y actitud de cambio en este asunto?
La iglesia es plenamente consciente del problema. Otra cosa es que no es lo mismo, por dar dos nombres, la voluntad de cambio de Joseba Segura, obispo de Bilbao, que la del obispo de Tenerife. Uno reconoce el problema, a las víctimas y supervivientes, el otro prefiere meter la cabeza en el subsuelo, como una avestruz. El crucifijo de madera, el pastor, frente al crucifijo de cristal, el príncipe de la Iglesia.
La jerarquía de la Iglesia española ha sido llamada a Roma por Francisco y no creo que sea para rezar un rosario en común. Estamos ante un momento histórico en lo que a pederastia eclesiástica se refiere y me consta que la política de Tolerancia Cero de Francisco cada vez tiene más fuerza y menos matiz contemplativo. Es hora de ser más propositivos que nunca y de que se depuren responsabilidades. Porque claro que hubo encubrimiento, cuando no en muchos casos, incluso complicidad.
A nivel de reparación, ¿cómo interpretan la creación de ese fondo de compensación que recomienda el Defensor del Pueblo?
Ninguna víctima pide limosnas, es más el 100% de ellas se sentiría ofendidas, si así se interpretaría. No hay cantidad dineraria que sea proporcional al daño causado, a las secuelas, a vidas quebradas, al ninguneo y el negacionismo durante décadas, a que te roben la infancia y la adolescencia. Pero es evidente que siendo la exclusión laboral y la imposibilidad en muchos casos de seguir terapias consecuencias en el día a día de estos seres humanos, el fondo de compensación es un elemento importante para las necesidades reales de muchas de ellas. El fondo de compensación no es más que una secuencia jurídica y legal dentro del imprescindible guión que la iglesia y el estado de derecho como responsable civil subsidiario deben seguir si entre todos queremos dar luz a la solución. La Iglesia no debe seguir poniéndose de perfil con seres humanos que sufrieron en sus carnes, uno de los más terribles delitos que existen, la violencia sexual contra niñas y niños.
¿Cómo ve la disposición de los diferentes grupos políticos del arco parlamentario español a legislar en base a las recomendaciones del Defensor del Pueblo?
Pues tengo alguna duda a día de hoy. Creo que el grupo parlamentario socialista, el nacionalista vasco, y alguno más ya se han posicionado a favor de legislar. Pero hay silencios que no me gustan y por supuesto no podemos contar con la extrema derecha que ya dejó claro en su día que las víctimas de pederastia en general le importan poco, más allá de discursos interesados sin más recorrido. La actitud de esa derecha que hace de la verborrea gratuita y demagógica su mayor valor, no está en la buena dirección, no lo estuvo ni lo estará. Esperaremos a ver si el resto de grupos se alejan de intereses políticos y se unen a los cauces de la justicia y la verdad.
¿Piensan en ANIR que habrá un día en el que las víctimas de este país se verán reconocidas y reparadas?
Todo o nada. Es muy complejo. No existen palabras ni calificativos suficientemente clarividentes para explicar lo que vivieron ellos y ellas. No las hay. Una de las más fieles sería terror, un terror continuado ante una serie de acciones agresivas por parte de un adulto que ellos en parte no alcanzaban a entender en toda su extensión. Por eso de la nada al todo, hay mucha distancia. Y ese espacio será siendo difícil de cubrir con una manta de satisfacción completa.
Lo que supone una interferencia en el desarrollo evolutivo de la infancia y puede dejar unas secuelas que no siempre remiten con el paso del tiempo, debe tener por parte de la Iglesia como institución y por supuesto de los poderes públicos un tratamiento inmediato y exento de matices ideológicos. Es parte de nuestra respuesta, ingrediente de nuestra responsabilidad y desde luego una obligación irrenunciable. Por ello desde la nada hay que progresar para alcanzar el algo. Y seguir sin pausa para rozar el todo.
Ello repercutirá en beneficio no solo de ellas y ellos, sino de toda la sociedad civil, de nuestro Estado Social y Democrático de Derecho y por supuesto de la institución religiosa en cuyo seno ocurrieron los hechos delictivos.
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