El presidente de la CEE escuchó durante cuatro horas los testimonios de los supervivientes Omella se compromete a llevar al Papa las exigencias de las víctimas, tras una histórica reunión en la sede de la Conferencia Episcopal

Hubo lágrimas, empatía y mucha cercanía, aunque ningún compromiso efectivo. Probablemente, porque tampoco era el gran objetivo del encuentro, el primero con luz y taquígrafos entre el presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, y una quincena de supervivientes de abusos, aglutinados en la asociación Infancia Robada.

Una reunión que, como adelantó en exclusiva RD, tuvo lugar en la sede de la CEE. Durante cuatro horas, las víctimas narraron sus experiencias de dolor, sufrimiento, abusos y ‘resurrección’ ante un Omella que supo escuchar y que, al término del encuentro -como había prometido- acompañó y saludó a los medios antes de dejarles el protagonismo en una rueda de prensa que, pese a los intentos de algunos, se llevó a cabo en la Casa de la Iglesia. "Gracias por la paciencia", dijo el purpurado.

Al término de la reunión, la presidenta de Infancia Robada, Ana Cuevas, agradeció al cardenal de Barcelona su “cercanía” y animó a Omella a “dar un paso al frente, con responsabilidad y eficacia, siguiendo la línea del mandato del Papa Francisco”, abriendo los archivos y “depurando responsabilidades”.

"Un cambio de rumbo urgente"

"Es lamentable y reprobable que a día de hoy aún se esté debatiendo entre los muros de la CEE si se va a colaborar o no con la comisión del Defensor del pueblo. Por respeto a las víctimas, a todas, hay que exigir un cambio de rumbo urgente, firme e ineludible", recalcó.

“Le instamos a colaborar con la investigación del Defensor del Pueblo, en quien nosotros, las víctimas, depositamos nuestra confianza”, leyó Cuevas, quien pidió “que se reconozca la dignidad que durante años se nos ha robado”.

“Las víctimas vemos en la figura del defensor del pueblo el modelo adecuado para llevar a cabo una investigación neutral, exhaustiva y transparente”. Sin embargo, Omella sólo se comprometió a abordar, junto al resto de obispos, su participación en la misma. "Creemos, sin duda, que la colaboración firme, comprometida y sincera de la Iglesia, no se le pide para acabar con ella, sino para salvarla de una actitud obstruccionista, que algunos jerarcas han venido llevando a cabo durante décadas, comprometidos no con las víctimas, sino con sus verdugos”.

Infancia Robada, además, “no puede reconocer la autoridad del despacho Cremades&Calvo Sotelo”, elegido por la CEE, “por intereses contrapuestos, al ser su presidente miembro del Opus Dei, una prelatura negacionista, donde impera el silencio cómplice y la revictimización”.

"No queremos que se quede en datos estadísticos y un protocolo… y que sigan defendiendo a los agresores, y considerándolos uno de los nuestros, mientras niegan y ningunean a los niños y niñas católicos, hijos de familias católicas", reclamó la asociación, que exigió "una rectificación de la CEE y una solución a los problemas concretos que les presentamos", que se ha de articular en torno a cuatro ejes: "Verdad, justicia, reparación y acompañamiento".

Y cuatro medidas:

-Una condena rotunda y sin paliativos de loa abusos, pidiendo un perdón público y sin excusas, que venga avalado por todos y cada uno de los miembros de la CEE y por los jerarcas de todas las congregaciones, ordenes y prelaturas;

-Terapias psicológicas y psiquiátricas reparadoras de por vida para los supervivientes

-Ayudas para conseguir un trabajo en el merado laboral

-Una reparación económica por los daños causados y una indemnización por incapacidad laboral

"Estamos hablando de la Iglesia católica, no de un club de fans"

"Es su deber, no porque nadie les tenga que obligar, sino porque si tenemos que llegar a obligar a que depuren sus responsabilidades, algo no funciona bien en esta institución. Estamos hablando de la Iglesia católica, no de un club de fans".

¿Respuestas? "Nos ha dicho que lo van a estudiar, lo va a hablar directamente con el Papa, y estaremos a la espera", respondió Cuevas. "Creo que ha escuchado con interés, no es lo mismo hablar desde fuera que oirlo de primera mano. Esperamos que a partir de ahora haya un antes y un después", culminó la presidenta de Infancia Robada. 

¿Se han sentido escuchados? "Sí. El cardenal Omella es una persona cercana, es una persona que empatiza con nuestra causa (...). En él hay voluntad. En el resto, ya no lo sé", finalizó.

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