Hermano Francisco:
Muchas veces escribí a tu favor en Religión Digital y lo comuniqué directamente a casi un millar contactos de E-mail y de WhatsApp. Hoy lo vuelvo a hacer con sumo gusto, porque has sido un regalo de Dios extraordinario para la Iglesia y para el mundo actual, que es la razón de ser de ella. Tu compromiso con la Humanidad y la Creación son un testimonio maravilloso y esperanzador, como expresión fiel del Mensaje del Evangelio de Jesús de Nazaret, que está necesitando este mundo de hoy con verdadera urgencia.
Respecto el reciente documento “Fiducia Supplicans”, en concreto, al que apoyo sin reservas, esta es mi humilde reflexión:
Supongamos un matrimonio celebrado según todas las normas de la Iglesia, pero en el que hay problemas, dificultades, incompatibilidades, falta de sintonía y afecto, desencuentros, en el que ya no hay amor mutuo, mal ejemplo para los hijos...
Supongamos una pareja, que simplemente se juntan, se llevan bien, conviven de verdad, se quieren de corazón, cuidan de los hijos con dedicación, los tratan con cariño y afecto…
Esta es la pregunta: ¿En cuál hay más amor? ¿En cuál de los dos está Dios más presente? ¿En cuál de los dos hay más coherencia con el Dios del Amor? ¿Cuál es más digno de la bendición de Dios?
Por eso estoy totalmente de acuerdo con “Fiducia Supplicans”.
Hermano Francisco: Te deseo infinitamente fortaleza, capacidad de decisión, acierto y cercanía del Espíritu de Dios para seguir adelante con la renovación en profundidad de la Iglesia para que sea cada día más fiel y coherente con Jesús de Nazaret y su Mensaje para el bien de la Humanidad y la Creación.