Economía, Ecología y Pobreza

ECONOMIA-ECOLOGIA Y POBREZA

Queridas personas amigas Colaboradoras y Cooperantes en la lucha por un Mundo Mejor para Todos los Seres Humanos y la Madre Tierra.

Todos sabemos que Jesús de Nazaret nació pobre, (en una cueva, como miles de niños de hoy que nacen en una choza de Camerún, Burundi, Sudan, Benín, la India o Bangladés), vivió muy pobre (“no tenía donde reclinar la cabeza”), y murió en la miseria, completamente desnudo, condenado a la peor pena de muerte de su tiempo.

Pero Jesús era un sabio, estaba lleno de sabiduría, y lo que sabía era todo para hacer el bien, no como la ciencia de hoy, que muchas veces solo nos sirve para hacer el mal, incluida la IA, que incluso algunos niños ya la están usando para hacer daño a otros niños y niñas, lo que hace preguntarnos con inquietud: ¿es realmente inteligente la IA?, que nos sirve también para  fabricar armas cada vez más sofisticadas y mortíferas para matarnos unos a otros, o hacer inmensamente ricos a unos pocos y empobrecer a todos los demás.

Jesús era un extraordinario educador que enseñaba y practicaba continuamente las asignaturas más importantes y necesarias para la vida y la felicidad de las personas, como la justicia, el amor, la fraternidad, la solidaridad, la salud, la igualdad, la cercanía a los más necesitados, el afecto a los débiles, la acogida a los más despreciados y rechazados.

En el Evangelio de hoy, Jesús nos habla de aquel propietario que contrató obreros para trabajar en su viña, durante la mañana, a medio día y por la tarde. Y al pagarles el trabajo les dio lo mismo a todos: a los de la mañana, a los de medio día y a los de la tarde. Los de la mañana protestaron porque les parecía que tenían derecho a cobrar más que los de la tarde. ¿No pensamos también nosotros así? Pero Jesús piensa de otra manera muy diferente.

1º.-Jesús mide el salario, no por el trabajo, sino por las necesidades reales de las personas y los de la tarde tenían tantas o mas necesidades que los de la mañana: estaban sin hacer nada porque nadie los había contratado. Todos estaban en la cola de los más necesitados. Jesús privilegia a los últimos, a los más desgraciados de la vida, a los que nuestra lógica materialista y mercantilista nunca privilegia. Hoy hay una inmensa riqueza en el mundo en manos de tan pocos, que hace que más de 1000 millones de personas estén en la cola de la vida, y aumentando cada día más la cola de la muerte por hambre, por el cambio climático, las guerras, y el acaparamiento de tierras en los países empobrecidos. Ya a fecha de 2012 eran 227 millones las hectáreas de tierras fértiles acaparadas, la mayoría en África, y a esta cifra habría que sumar otros 35 millones de hectáreas acaparadas en 66 países por grandes capitales, documentadas por Grain, una organización en defensa de lucha campesina. Acaparadas quiere decir que fueron usurpadas a los campesinos contra su voluntad, incluso a veces a punta de pistola y con respaldo de gobiernos y jueces injustos al servicio de los poderosos.

2º.-Jesús distinguió perfectamente entre dinero y riqueza. Riqueza es la acumulación de dinero. El dinero es necesario para el intercambio de bienes. Jesús no rechazó el dinero, pero sí rechazó y condenó rotundamente la riqueza, porque la riqueza acumula más dinero de lo necesario a costa de lo necesario para otros, produce desigualdad, fomenta la ambición, eleva el poder y el abuso de unos sobre los demás, es caldo de cultivo de la violencia y de las guerras. De hecho los países ricos son los que más invierten en gastos militares: Solamente EE.UU.  con 801 miles de millones de € y China con 293, invierten más que el resto del mundo en gastos militares. Si toda riqueza es mala, la que se emplea para las guerras es la peor de todas porque dejan detrás de sí muchas víctimas humanas, muertes de animales, enormes ruinas, devastación y contaminación de la tierra.

3º.-Jesús quiere un mundo horizontal, no piramidal, un mundo simétrico, no asimétrico,  un mundo de iguales, no de desiguales. Jesús rechaza un mundo, y por tanto una economía, que privilegia a los privilegiados, y hunde cada vez más a los que ya están hundidos, como está pasando ahora a millones de africanos con la guerra de Ucrania, de la cual somos culpables los países desarrollados, no los países pobres, que sufren las peores consecuencias: los precios de los alimentos básicos en África triplicaron o cuadruplicaron su precio. Jesús rechaza un mundo donde manda la riqueza. Por lo mismo, Jesús rechaza también una Iglesia concebida de esa manera, que acumuló y aun acumula mucha riqueza, muchas posesiones, muchos palacios, incluso iglesias y catedrales llenas de lujo en países pobres, como las vimos, con profunda tristeza, en Guatemala y en Ruanda. Una Iglesia así, contradice el Evangelio. Una Iglesia que sostiene una Religión, igual que hacen otras confesiones religiosas,  emparentadas, fundidas y confundidas con el capitalismo y la riqueza, están en abierta contradicción con el mensaje de Jesús de Nazaret.

4º.-Es por lo que el Papa Francisco quiere renovar la Iglesia en profundidad, y con el Sínodo nos ha pedido a todos ayuda para hacerlo, porque sabe muy bien que él solo lo tiene imposible. Una Iglesia que sea fiel a la esencia del Mensaje de Jesús, que no es otra cosa que practicar y proclamar la justicia, la igualdad, la solidaridad, el amor, la fraternidad, la acogida a los marginados y emigrantes (hoy es el día del emigrante: la oprimida y expoliada África tiene más de 26 millones de emigrantes, que ni emigrando ven, ni de lejos, la posibilidad de una vida digna).

Y si los más de 1000 millones de seguidores que dice que tiene la Iglesia Católica, fuésemos realmente un poco coherentes con el Evangelio, ¿qué pasaría?

Y, si los miles que entramos cada domingo a las iglesias para celebrar la Eucaristía, no saliésemos igual que entramos, sino convencidos de seguir a Jesucristo para hacer en el mundo lo que El hizo, ¿qué pasaría?

Otra Humanidad, otro Planeta y otro Mundo son posibles y necesarios para el bien de la Humanidad y la Creación. Es cosa de todos.

Feliz domingo a tod@s.-Faustino

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