Yo también soy hijo de puta

El Presidente del Principado de Asturias Calificado de hijo de puta

Yo también soy “hijo de puta”

Queridas personas amigas Colaboradoras y Cooperantes en la lucha por un Mundo Mejor para Todos los Seres Humanos y la Madre Tierra.

El periodista taurino, Pla Ventura, junto con otros calificativos improcedentes, le llamó “hijo de puta” al Presidente del Principado de Asturias, don Adrián Barbón, por decir que la tauromaquia es maltrato animal.

Tortura, ni arte ni cultura

Con el mayor afecto y el respeto más absoluto a mi madre, que fue una verdadera santa en este mundo para su esposo y sus cuatro hijos, tengo que decirle al señor Ventura que yo también soy hijo de puta, igual que don Adrián Barbón, porque repudio radicalmente el maltrato animal,  no solo a los toros, sino también a todos los demás seres vivos de la creación, pues así me lo enseñaron mis padres, igual que a mis hermanos, ya desde pequeños.

Ese cuento de que los toros no solo no sufren, sino que hasta hay quien dice que disfrutan con la tristemente llamada “fiesta nacional”, es una pura falacia, pura mentira, igual que cualquier otra mentira, que repetida mil veces, acaba siendo admitida como verdad sin serlo, por quienes carecen de conciencia crítica. Los toros empiezan a sufrir, sino ya antes, desde que se los encierra en un camión hasta que mueren agobiados, torturados, agotados y ahogados en su propia sangre.

Lamentablemente la tauromaquia es un maltrato animal “legalizado”, e incluso en algunos lugares subvencionado por las administraciones públicas.

Hacer sufrir a los animales sin necesidad, sea por el motivo que sea, supone una grave ingratitud y ofensa a la empatía y cuidado de la Madre Naturaleza, gracias a la cual todos podemos vivir.

Recuerdo a un admirado y amigo maestro, que en una excursión por el monte con sus alumnos, vio a un niño agarrar un eucalipto y romperlo sin más. Llamó a todos los alumnos, los puso alrededor del eucalipto roto y les dijo: “mirad este eucalipto, uno de vosotros lo ha roto, el que lo rompió deshizo en un instante lo que la Naturaleza tardó varios años en construir.  Este eucalipto podría seguir creciendo y dar madera para construir nuestras casas, nuestros muebles, nuestras camas, o hacer el fuego de nuestrascocinas para cocer nuestra comida. Ahora ya nunca lo podrá hacer: no debemos destruir nunca nada sin necesidad”.

Señor Ventura, le digo algo más: quien no ama a los animales, y peor si los maltrata, tampoco ama a las personas. Espero que usted y los suyos tomen buena nota, y dejen de defender la tauromaquia y la llamada “fiesta nacional”, un espectáculo tan triste, doloroso y sangrante tan solo para divertirse y deje de llamar hijos de puta a quienes defendemos el bienestar de los animales y por supuesto de las personas, que en el Tercer Mundo mueren por miles de hambre cada día, mientras que aquí nos divertimos haciendo sufrir y morir a un toro con tanta crueldad en la bochornosamente llamada fiesta nacional.

Como ciudadano gijonés lamento profundamente que hayan vuelto los toros a esta plaza, cuyas puertas solo deberían abrirse para eventos deportivos, educativos, culturales y recreativos.

El libro que más admiro de todos cuantos he conocido en mi vida es la Biblia, y por lo mismo la leí repetidas veces: en sus primeras páginas recoge el primer mandato de Dios al hombre cuando le dice “guarda y cultiva la tierra”, y el gran profeta Isaías, nos transmite un gran poema mesiánico, que recoge algunos de los rasgos más esenciales del Mesías que va a venir, diciendo: “Hará justicia a los débiles, dará sentencia justa a los pobres de la tierra. Serán vecinos el lobo y el cordero, el leopardo se echará con el cabrito, el novillo y el cachorro pacerán juntos. La vaca y la osa serán compañeras, juntas acostarán sus crías, el león con los bueyes comerá paja”.

Distancia infinita entre este mensaje y el injusto maltrato de todo animal, sea el que sea, sin necesidad, como es martirizar a los toros para divertirse tan injustamente viéndolos sufrir hasta la muerte.

Un cordial saludo a tod@s.-Faustino

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