"Nos sigue hablando de la misericordia, palabra que suena tan extraña en un mundo tan frío e impersonal" El papa Francisco y el individualismo

"El papa Francisco, hoy, desde su propio padecimiento y dolor, nos sigue hablando de la misericordia, palabra que suena tan extraña en un mundo tan frío e impersonal"
"El papa Francisco está enfermo, el mundo entero reza por él. Pero su enseñanza, más sana y vigente que nunca, multiplica por doquier. Sus frases son cortas, pero dicen mucho. Ha trazado un camino esperanzador para el mundo y la Iglesia, que nos alegra y del cual estamos agradecidos"
El papa Francisco está enfermo, el mundo entero reza por él. Pero su enseñanza, más sana y vigente que nunca, multiplica por doquier. Sus frases son cortas, pero dicen mucho. Ha trazado un camino esperanzador para el mundo y la Iglesia, que nos alegra y del cual estamos agradecidos.
Solo una persona con una profunda experiencia de Dios y conocedor del alma humana es capaz de decir: “Cuando estoy en la intimidad, me digo una verdad a mí mismo: que soy un pobre desgraciado a quien Dios le tuvo mucha misericordia”.
Qué bien nos vienen estas palabras en medio de tanta soberbia, tanta arrogancia, tanta esperanza puesta en uno mismo, en los planes, en las leyes o en tal o cual partido político o ideología. Francisco pone toda su confianza en Dios y, sobre todo, en su misericordia.

Esta frase, dicha con una sinceridad brutal -que uno se esperaría de cualquiera menos del papa- nos ayuda a comprendernos mejor y a comenzar a trazar un proyecto de vida desde una mirada más divina. Dios no empequeñece al hombre, a la mujer, a la historia; Dios le abre una nueva perspectiva desde su realidad, desde su indigencia, desde su necesidad de otro para ser él mismo.
“Globalización de la indiferencia”
A la luz de lo señalado anteriormente, podríamos preguntarnos: ¿Qué es aquello que más le duele al Papa de la sociedad moderna? Pienso que es el individualismo. Ese que nos ha empujado como sociedad a querer construir un mundo desde nuestras propias fuerzas, olvidando la dimensión trascendente de la existencia.
Leyendo sus escritos, mirando su vida, observando sus intereses, sin duda se puede concluir que para el Santo Padre es el individualismo el mal de los males y cuyas consecuencias se hacen sentir en la vida personal, familiar y social de manera estruendosa.
Experimenté gran emoción al rezar el rosario por la salud del Papa Francisco junto a personas de diferentes países. Me sentía representando a los católicos y personas de buena voluntad de nuestro Chile querido. Se respiraba fe, esperanza y caridad. Francisco saldrá adelante! pic.twitter.com/nGupE3t9kn
— +Fernando Chomali (@FernandoChomali) March 3, 2025
Lo propio del individualista es pensar que todo gira en torno a sí mismo y todo lo juzga de acuerdo a si tal o cual acción, proyecto, persona, o situación, lo beneficia o no. El individualista está convencido que la felicidad está en lograr éxito, dinero, fama, reconocimiento, aun en desmedro de los demás. Para él, la comunidad es una mera invención que paraliza y, si se ha de construir algo comunitario, será en base a la suma de lo que cada cual ha logrado por sí mismo.
El individualista solo piensa en cómo obtener el mayor bien posible con el menor esfuerzo. Es experto en sacar provecho de todo, saltarse la fila cuando puede y su frase favorita es “camarón que se duerme, se lo lleva a corriente”.
En Roma se respira un ambiente de oración y recogimiento. Muchos grupos de peregrinos rezando el rosario, en misa o arrodillados delante del sagrario. La enfermedad de Francisco extrae lo mejor del ser humano: lo sitúa frente al misterio del sufrimiento que siempre conduce a Dios
— +Fernando Chomali (@FernandoChomali) March 3, 2025
Esta actitud lleva a lo que el Papa plantea, que estamos en medio de una verdadera “globalización de la indiferencia”. En efecto, todo lo que acontece en el mundo, si no me perjudica, dirá el individualista, no me interesa.
La sociedad es, según su pensar, una pista de carrera donde hay que competir, incluso dando codazos, patadas, todo lo que sea necesario, para ganar.
El individualismo es el germen de la corrupción, que, por lo demás, ha hecho un daño incalculable a la fe pública, a los más pobres, al Estado de derecho y a la democracia.
El Papa nos invita a caminar con los demás y que lo importante es que lleguemos juntos, aunque nos demoremos más
Según la lógica del individualista, el poder, el dinero, el figurar, el pasarlo bien, el placer a destajo, lo justifica todo. Es por ello que el Papa nos invita a caminar con los demás y que lo importante es que lleguemos juntos, aunque nos demoremos más. Para lograrlo hay que trabajar en equipo, contribuir con los carismas, los dones y las habilidades que se poseen en bien del todo, que siempre, como dirá Francisco, es superior a las partes.

El Papa está enfermo, pero su amor por la humanidad sigue más vigente que nunca. Le sigue hablando y apoyando a los que no tienen voz, a los “descartados de este mundo”, como los llama. Sigue invitando, desde el lecho de enfermo, a reconocer que somos unos pobres desgraciados donde todo lo que somos y tenemos es por pura gracia de Dios.
El camino que el mundo necesita
Esta invitación que toca el corazón de nuestro ser puede ser el camino que el mundo necesita para ser más fraternos, más tiernos, más amables y sobre todo para comprender que la vida adquiere pleno sentido entregándola a los demás y que más que vivir con los otros, estamos llamados a vivir para los otros.
El papa Francisco, hoy, desde su propio padecimiento y dolor, nos sigue hablando de la misericordia, palabra que suena tan extraña en un mundo tan frío e impersonal. Pero que, paradójicamente, es lo que el mundo más añora porque hemos sido creados a imagen y semejanza Dios llamados a vivir la experiencia de amar y ser amados y fraternalmente en cuanto que nos reconocemos hijos de Dios.
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