Dos jesuitas que "intentan ser "contemplativos en la acción" DOS HOMBRES Y UN DESTINO: Una entrevista a la limón: Kiko Naranjo SJ y Chema Tejedor SJ
Comienzo hoy, pues, a abrir una serie de entrevistas -"a la limón"- en la que ambos entrevistados tendrán que enfrentarse a las mismas cuestiones
Naranjo: "En los años 80 pedí y me destinaron a Torreblanca, un barrio muy empobrecido y marginal de Sevilla. Allí viví entre sus gentes y aprendiendo de los preferidos de Jesús"
Tejedor: "Discernir es hacer la voluntad de Dios. Intento hacer esa voluntad en mi vida diaria a través de la oración y el acompañamiento espiritual"
Tejedor: "Discernir es hacer la voluntad de Dios. Intento hacer esa voluntad en mi vida diaria a través de la oración y el acompañamiento espiritual"
Estoy seguro de que muchos que han leído el título han recordado aquella película del western americano protagonizada por Paul Newman y Robert Redford, pero hoy les traigo dos vidas, dos testimonios también de película, pero ni mucho menos violentas: las que protagonizan Kiko Naranjo y Chema Tejedor, dos jesuitas incansables que han corrido el mismo destino: LA COMPAÑÍA DE JESÚS.
Comienzo hoy, pues, a abrir una serie de entrevistas -"a la limón"- en la que ambos entrevistados tendrán que enfrentarse a las mismas cuestiones. ¿Qué les parece? Lo más hermoso de todo es observar cómo en la pluralidad, en la diferencia (uno, sacerdote y con amplia experiencia y otro, más joven, hermano jesuita) converge, a pesar de los distintos espacios geográficos y temporales y, quizá, también de estilos, un mismo espíritu que sopla como una voz coral al más "estilo Demis Roussos". Un solo Dios y un solo espíritu reconocible en el transcurso de la vida de todo cristiano que se abre con valentía y gratitud a la Palabra.
֍ Una entrevista a la limón: Kiko Naranjo (experimentado sacerdote jesuita) y Chema Tejedor (joven hermano jesuita)
SOBRE LA VOCACIÓN Y VIDA RELIGIOSA:
¿Qué te inspiró a unirte a la Compañía de Jesús y seguir la vida religiosa?
KIKO NARANJO: De niño me hablaban en el Colegio de San Francisco Javier, allí nació el deseo de imitarle. Me llamaba mucho la atención lo que él mismo contaba: que se le cansaban las manos de tanto bautizar. Con el tiempo maduré estos sueños infantiles, pero quise ser como él. En agosto del año 60 dediqué tres mañanas con un jesuita santo a hacer un discernimiento y entré en el Noviciado aquel mismo verano. Más tarde descubriría que lo que hice era lo que San Ignacio ofrece en sus Ejercicios Espirituales para acertar en las decisiones que más importan en la vida.
CHEMA TEJEDOR: Cuando era niño la figura de varios jesuitas que fueron referente para mí fue muy importante; años después a través de una experiencia fuerte en un retiro en semana santa y un voluntariado fueron definiendo mi vocación. Después de 20 años de jesuita estoy completamente agradecido al don de la vocación.
¿Qué significa para ti el voto de obediencia dentro de la vida jesuita?
KIKO NARANJO: Por el voto de obediencia me incorporé a una institución que comenzó Ignacio de Loyola y en la que se han forjado hombres como Francisco Javier y José de Anchieta hace cinco siglos, y más en la actualidad Pedro Arrupe y otros muchos que aún siguen su estilo. Por citar a algunos, para mí más significativos.
CHEMA TEJEDOR: Creo que los tres votos están íntimamente relacionados. No se puede separar uno de otro, si bien el voto de obediencia en una orden para la misión es fundamental.
¿Cuál ha sido el desafío más grande que has enfrentado en tu vida religiosa hasta ahora?
KIKO NARANJO: En los años 80 pedí y me destinaron a Torreblanca, un barrio muy empobrecido y marginal de Sevilla. Allí viví entre sus gentes y aprendiendo de los preferidos de Jesús. Recuerdo que el año que llegué Valencia sufrió una DANA -gota fría se decía entonces- similar a la de este año. Entonces también surgió una marea de solidaridad. Salieron de aquel barrio tres camiones cargados de alimentos, mantas, medicinas… Allí viví una experiencia extraordinaria. La comunidad llevaba el nombre de Pedro Claver.
CHEMA TEJEDOR: He tenido varios, si bien en los 10 años en Gijón en el Hogar de San José, un centro de menores en situación de desprotección, el cambio pedagógico que hicimos junto a compañeros laicos fue un regalo a la vez de un enorme desafío.
SOBRE LA ESPIRITUALIDAD IGNACIANA:
¿Qué significa para ti el concepto de "discernimiento" y cómo lo aplicas en tu vida diaria?
KIKO NARANJO: Algo he contado ya. Al acabar el día me paro a descubrir lo que el Señor me ha ido diciendo en los acontecimientos que he vivido y en las personas con las que he tratado. Le doy gracias y me pregunto qué me ha querido decir. E intento llevarlo a mi vida.
CHEMA TEJEDOR: Discernir es hacer la voluntad de Dios. Intento hacer esa voluntad en mi vida diaria a través de la oración y el acompañamiento espiritual. Para mi es una gracia y una de las gracias más bonitas el poder acompañar procesos espirituales a diferentes personas.
¿Cómo ayuda la espiritualidad ignaciana a encontrar a Dios en los detalles cotidianos?
KIKO NARANJO: San Ignacio culmina los Ejercicios Espirituales con la “Contemplación” para alcanzar amor. Descubrir a Dios presente en todas las cosas. Lo que nos debe llenar de amor a Dios, a los demás y a toda la creación. Desde ahí surge su famosa oración “Tomad, Señor, y recibid…
CHEMA TEJEDOR: Es fundamental tener una relación profunda con el señor. A mí me ayuda mucho el examen diario pero con los años he ido descubriendo que la misma vida me lleva a la oración y la oración cada vez tiene más relación con mi vida.
¿Qué papel juega la contemplación en tu vida y en la vida de los jesuitas en general?
KIKO NARANJO: Una de las características de la espiritualidad ignaciana es ser “contemplativos en la acción”. La contemplación -oración- nos lleva a la acción y la acción nos encamina a la oración. Si no vivimos así, viviremos disociados, desintegrados.
CHEMA TEJEDOR: Intentamos ser contemplativos en la acción; como decía es un proceso bonito que he ido descubriendo a largo de los años. La oración y la acción deben estar unidos, siendo inseparables
SOBRE LA MISIÓN Y EL TRABAJO APOSTÓLICO:
¿Cómo ves el papel de los jesuitas en el mundo moderno, especialmente en un contexto tan cambiante como el de hoy?
KIKO NARANJO: Nuestro mundo tan cambiante exige no “instalarnos”. Hemos de aprender a interpretar los signos de los tiempos y dar respuestas a la realidad en cada momento. Podemos aprender del P. Arrupe que decía "No tengo miedo al nuevo mundo que surge. Temo más bien el que los jesuitas tengan poco o nada que ofrecer a este mundo ... Me espanta que podamos dar respuestas de ayer a los problemas de mañana…” esperar con los brazos cruzados y no hacer nada por miedo a equivocarnos.”
CHEMA TEJEDOR: Estamos llamados a inculturarnos en la realidad y en el mundo de hoy. Desde sus inicios la compañía de Jesús ha estado llamada a una misión inculturada, como puede ser el mundo moderno, donde la espiritualidad ignaciana, pienso, que tiene mucho que decir.
¿Qué importancia tiene la educación en el carisma de los jesuitas?
KIKO NARANJO: A los pocos años de su fundación los jesuitas entendimos que la enseñanza es un gran instrumento de apostolado y lo asumimos como misión a la hora de extender el Reino. Una enseñanza sin distinción de clases sociales ni restringida la etapa escolar, abierta a la promoción cultural y profesional. Buena muestra de ello la tenemos en los tres Centros existentes en Málaga -San Estanislao, SAFA-ICET y San José-.
Además, en nuestro entorno más cercano, también la Educación de adultos: ECCA y la Universidad Loyola. Y con una mirada más universal, Fe y Alegría -la Red de más de 500 Colegios en Latinoamérica y el Caribe. Y la ONG de cooperación al desarrollo “Entreculturas”, que prioriza la educación como medio de cambio social y justicia global. Con todas estas realidades he tenido relación en mis años dedicados a la enseñanza. Y la sigo teniendo en la actualidad una vez jubilado.
CHEMA TEJEDOR: La educación es fundamental en la misión de la compañía desde que se creó; para cambiar una sociedad es fundamental hacerlo a través de la educación, ahí tenemos el trabajo de Fe y Alegría en Latinoamérica y ahora también en África o, en un ejemplo más cercano, el trabajo de SAFA en Andalucía.
¿Cuál es tu experiencia en proyectos sociales y en el ámbito de justicia social?
KIKO NARANJO: Ya te he hablado de mi paso por Torreblanca. En las ciudades en las que he trabajado siempre he sido voluntario de Entreculturas y Asesor del Director General durante 14 años, desde su fundación. Voluntario también en los Acoge, Cáritas y ACCEM, con migrantes. Durante 11 años preparé a más de 30 voluntarios del Voluntariado Padre Arrupe, que dedicaron dos años de su vida a trabajar en Centro y Sudamérica en muy diversos servicios (aunque de esto suelo decir que era “el capitán Araña, que a todos embarca y se queda en España”).
CHEMA TEJEDOR: Desde que entré a la compañía me he sentido llamado a traer esperanza a los que sufren. Para mi ha sido un regalo poder compartir vida y misión con personas sencillas, ya sea en Perú, Puente Ladrillo, la cañada Real y los últimos diez años en el Hogar de San José de Gijón, un centro de menores en riesgo.
SOBRE LA VISIÓN Y LOS VALORES DE LOS JESUITAS:
Los jesuitas tienen una fuerte tradición de servicio a los más necesitados y de andar en las fronteras. ¿Cómo defines el concepto de “servicio” dentro de la espiritualidad ignaciana?
KIKO NARANJO: “En los campos más difíciles y de primera línea, en las encrucijadas ideológicas, en las trincheras sociales, ha habido o hay conflicto entre las exigencias urgentes del hombre y el mensaje cristiano, allí han estado y están los jesuitas», decía Benedicto XVI (citando a Pablo VI) a los jesuitas reunidos en Congregación General (es como la Asamblea General de la Compañía de Jesús).
Ese es el servicio que, a pesar de nuestras equivocaciones y debilidades, queremos seguir prestando a la Iglesia y a la sociedad. “Somos en verdad pecadores y, sin embargo, llamados a ser compañeros de Jesús”, reza uno de los documentos de aquella Congregación General. Y lo queremos hacer bajo el lema “En todo amar y servir”.
CHEMA TEJEDOR: La congregación 34 de la compañía de Jesús define a los jesuitas como “servidores de la misión de Cristo” y es ese servicio por amor la esencia de nuestra vocación. Una misión que nos lleva a las fronteras del mundo. Es precioso como muchos compañeros jesuitas siguen estando en estas fronteras.
¿Qué opinas sobre el trabajo interreligioso y el diálogo con otras confesiones religiosas desde una perspectiva jesuita?
KIKO NARANJO: Recién creada la Compañía de Jesús, Javier fue enviado a evangelizar las Indias y el Japón y allí entró en contacto con su cultura y su religión. Lo harían siglos más tarde Matteo Ricci en China y Roberto De Nobili en la India. Para entrar en diálogo con esos creyentes de otras religiones, primero tuvieron que inculturarse en sendas culturas viviendo, incluso vistiendo como ellos para asimilar los rasgos y otros elementos de su cultura. Estos jesuitas fueron auténticos precursores en el diálogo interreligioso.
CHEMA TEJEDOR: Para la compañía de Jesús es fundamental la inculturación, acercarnos al otro. El dialogo con otras religiones es fundamental, en un mundo que parece primar hoy en día el rechazo al otro, la compañía apuesta por tender puentes. Por ser más hermanos a pesar de las diferencias.
¿Cómo los jesuitas pueden contribuir a resolver los problemas sociales y políticos de la actualidad, como la pobreza, la injusticia o el medio ambiente?
KIKO NARANJO: Recurro de nuevo a la historia. Hemos tenido en la Compañía de Jesús predecesores que pueden ser buen ejemplo de cómo entendemos la promoción de la justicia que nace de la fe y exige la misma fe: Una fe inseparablemente unida a la promoción de la justicia.
Javier evangelizando en la India se enfrentó a los negociantes de Portugal que querían explotarlos como esclavos. Las Reducciones jesuitas en el Gran Paraguay en el siglo XVII con los indios guaraníes -que se describe espléndidamente en la película “La misión”-; llegaron a ser tan prósperas que se acusó a los jesuitas de crear un imperio independiente (fue uno de los argumentos para la disolución de la Compañía por Carlos III en 1773). Más recientemente el Servicio jesuita a migrantes y refugiados, inspirados por el P. Arrupe. La implicación en la Teología de la Liberación, que hace 35 años testificaron con su vida los jesuitas de la UCA. Este hecho se narra en la película “Llegaron de noche”, de Inmanol Uribe, estrenada, por cierto, en el Festival de Cine de Málaga del 22.
Pueden ser también significativas las preferencias apostólicas que tenemos planteadas hasta el 2029: Mostrar el camino hacia Dios (Ejercicios Espirituales y el discernimiento); Caminar con los excluidos: pobres, descartados, vulnerados; Acompañar a los jóvenes en camino hacia un futuro esperanzador y Cuidar de nuestra Casa Común
CHEMA TEJEDOR: El apostolado social de la compañía de Jesús se encarna en los problemas reales. Para la compañía es fundamental el trabajo en contra de la pobreza, la injusticia y el medio ambiente. Así se trabajó desde obras sociales e intelectuales en nuestras escuelas y universidades.
A NIVEL MÁS PERSONAL:
¿Qué libro o texto espiritual recomendarías a alguien que desea conocer mejor la espiritualidad jesuita?
KIKO NARANJO: Me gusta más hablar de espiritualidad ignaciana, que podemos compartir seglares y jesuitas, cada uno desde su estado seglar, religioso... Si alguien estuviera interesado en conocer la espiritualidad para vivirla, le invitaría a hacer la experiencia de los Ejercicios Espirituales. Pero para un primer acercamiento bien podría leer “En Compañía de Jesús”, de JMª Rodríguez Olaizola
CHEMA TEJEDOR: Le diría un clásico: el libro de los ejercicios de San Ignacio pero no para leer sino para hacer la experiencia. Creo que es la mejor forma de conocer la espiritualidad Ignaciana.
Muchísimas gracias a ambos por la sencillez y, a la vez, profundidad de vuestras respuestas. AMDG.
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