El Episcopado venezolano, desde su declaración del principio de enero en la cual hacia del gobierno de Maduro el responsable de todos los problemas que vive el país, no ha vuelto a hablar. No es que no hubo revelaciones importantes como para justificar una nueva toma de palabra.

Por ejemplo, la escasez de los bienes de primera necesidad en los centros de distribución se revelo ser parte de una ofensiva de la oposición para provocar el descontento de la población en contra del gobierno. Esta distribución, controlada a mas de 70% por el sector privado , da a los obispos una oportunidad para denunciar un tal comportamiento de parte de los responsables de esta distribución., todos del sector privado y de la oposición.

De lo que veo no dijeron nada, ni siquiera para disculparse de haber acusado injustamente al gobierno por la escasez de los alimentos en los centros de distribución. No dicen nada de las acciones violentas que se están planeando como lo dio a conocer ayer el Presidente de la Asamblea nacional. Tampoco salieron para saludar la demanda hecha por el presidente Maduro a UNASUR y a la CELAC de mediar para que esta guerra económica y su objetivo de golpe de estado terminaran. Una ocasión para llamar a la paz y condenar todas las formas de violencia, haciendo de los procesos democráticos y institucional la vía para encontrar soluciones a los problemas pendientes.

Por su actitud, el episcopado venezolano revela otra vez que no anda con el pueblo sino con los que quieren dominar al pueblo y recuperar sus bienes. Un episcopado que pertenece a las oligarquías y que se pone a la orden de Washington, haciendo jugar sus funciones eclesiales para ampliar la guerra contra el gobierno electo de Venezuela. Hasta en el Vaticano no se escucha nada al respecto. No sé si este silencio tiene que ver con el ex nuncio apostólico en Venezuela, Pietro Parolin, ahora secretario general del Vaticano.

De un lado, tenemos un papa que se acerca siempre mas de los pueblos y del otro muchos de sus colaboradores siguen al servicio de las políticas de Washington y mas ampliamente del Imperio. Lo vemos en el caso de Ucrania. No denunciaron el golpe de estado de febrero 2014, no denunciaron las mentiras que hacen de Rusia, el invasor como dicen los mismos invasores, no condenan el mando de armas de parte de OTAN y Washington etc. Todo eso mientras se confirma que Rusia no esta presente militarmente en el conflicto interno de Ucrania. Hasta el jefe del ejercito ucrania lo confirma.

Es urgente que la Iglesia institucional recobre su libertad y independencia de los poderes imperiales. El mundo esta al bordo de una tercera y quizás ultima guerra mundial y esta Iglesia sigue con los que la están provocando con sus invasiones de Ucrania y sus sanciones contra Rusia que no esta el invasor, sino la victima de los que invaden.

Uno no puede ver todo eso sin pensar a lo que dice el Apocalipsis de la Babilona la prostituta”.


Oscar Fortin
El 5 de febrero2015-02-05