¿Qué pasa con el episcopado boliviano?
Nos encontramos con un Episcopado que tuvo mucho que ver con las elecciones de noviembre pasado en Bolivia y con el golpe de Estado que siguió.
Hoy le toca estar del lado del poder golpista, el cual planea nuevas elecciones presidenciales. Se dan cuenta que el partido de Evo Morales (MAS) y sus candidatos amenazan los golpistas con unas elecciones en conformidad con la Constitution y los poderes del Consejo supremo electoral.
Después haber fijado en concertación, oposición y estado de hecho, tratan de cambiar las fechas fijadas entre las partes. Hay también medidas para impedir las candidaturas del MAS que tienen un buen apoyo del pueblo. Es el contexto en que el episcopado se ofrece como mediador.
En noviembre pasado había escrito un articulo sobre las elecciones:
https://www.religiondigital.org/humanismo_de_jesus/Episcopado-boliviano-frente-golpe_7_2177552233.html
Después haber fijado en concertación, oposición y estado de hecho, tratan de cambiar las fechas fijadas entre las partes. Hay también medidas para impedir las candidaturas del MAS que tienen un buen apoyo del pueblo. Es el contexto en que el episcopado se ofrece como mediador.
En noviembre pasado había escrito un articulo sobre las elecciones:
https://www.religiondigital.org/humanismo_de_jesus/Episcopado-boliviano-frente-golpe_7_2177552233.html
https://www.religiondigital.org/humanismo_de_jesus/Episcopado-boliviano-frente-golpe_7_2177552233.html
| oscar fortin
En las mismas fechas del año pasado, ese mismo episcopado clamaba con fuerza la irregularidad del candidatura de Evo Morales como candidato a las elecciones generales de noviembre 2019. De hecho, hubo, en 2016, un referéndum popular sobre la candidatura o no d’Evo Morales para futuras elecciones presidenciales. Los resultados del referéndum fueron negativos por sus candidaturas futuras.
Lo que no dicen los obispos es que «pese a esos resultados, el oficialismo logró que, en 2017, el Tribunal Constitucional avalara la reelección indefinida amparándose en que la Convención Americana de Derechos Humanos no puede privar de ese derecho a un mandatario.
Para el episcopado, el Tribunal Supremo Electoral es el poder supremo para fijar las fechas de elecciones y, de por este mismo poder, podemos añadir, dar los resultados definitivos de las elecciones.
“Los obispos recuerdan que el Tribunal Supremo Electoral, “es el Poder del Estado que, por su imparcialidad, debe fijar la fecha de las elecciones.’
En octubre 2019, ante los recuentos del TSE que daban la victoria a Evo Morales, el episcopado, pidió una segunda vuelta como si ese mismo TSE había perdido toda fiabilidad.
La realidad es que, bajo los gobiernos dirigidos por Evo Morales, todo quedaba, por el episcopado y la oposición, sospechoso. Todo en lo largo de la campana electores, el mismo episcopado alzaba la voz para denunciar fraudes electorales sin nunca dar pruebas. Una vez conocidos los resultados del análisis de las ultimas elecciones de noviembre 2019, de parte de especialistas internacionales, declarando la ausencia de fraudes y de irregularidades en el proceso electoral, no hubo una disculpa de parte del episcopado por sus mentiras.
Hoy, son ellos que se presentan como mediadores para resolver los problemas internos del país. Hicieron todo para que se cumpla el golpe de Estado y se cuida mucho para no criticarlo.
Lo que ha pasado en Venezuela con los obispos que querían hacerse mediadores, siendo aliados de la oposición y comprometidos con golpe de Estado, pasa lo mismo con el episcopado bolivianos, aliado de la oposición y comprometido por un cambio de régimen.
Es claro que no pueden tener credibilidad, que sean obispos, cardenales o otros. Sus compromisos políticos son claros y ampliamente demostrados. Nunca denunciaron las intromisiones de Estados Unidos en los asuntos internos de Bolivia. En ningún momento alzaron la voz para denunciar el golpe de Estado, recién producido en Bolivia. De las persecuciones de los bolivianos y bolivianas por buscar justicia y respeto de los derechos humanos, no hablan de eso y aun menos de sus autores.
El pueblo de Bolivia no tiene nada de tonto y sabe muy bien de lo que se trata: golpe de Estado y toma de control de las riquezas del país cuyo lithium representa, en estos días, una inmensa riqueza.
Con estos pueblos, el doble lenguaje no sirve y sus autores no tienen ya mas credibilidad.
Oscar Fortin
11 de agosto 2020