EPISODIOS “RELIGIOSOS” (2)
+ Eran otros tiempos, aunque no tan pasados, en los que el cura de mi pueblo se desgañitaba en las letanías peniténciales de las fiestas de determinados santos, insistiendo en la petición de “¡perdón, Señor, perdón”¡, al referirse “a los crímenes de la prensa impía y blasfema”. El personal –chicos y grandes- apenas si conocíamos a la “señora prensa”, maligna y maléfica, aunque con tan fervoroso ardor y convencimiento, emulábamos al párroco en su reiterativa petición de piedad y reparación. A aquellos tiempos, y a tales oraciones, les substituyeron otros y otras y la bendita LIBETAD DE EXPRESIÓN descubrió, y descubre, que para quienes dentro y fuera de la Iglesia habría que demandar misericordia y perdón no era precisamente a la prensa, sino a quienes eran los protagonistas de tantas y tantas nefastas noticias. Los hechos son los hechos y hay demandas y sentencias que son inapelables.
+ En tal contexto rural y ciudadano, lo de la bula, las indulgencias, el encargo de misas y otros privilegios exclusivos para los ricos, con exclusión de los pobres, nos resultaba un misterio más de la catequesis tanto o más impenetrable e increíble que el de la SANTÍSIMA TRINIDAD.
+ Ya entonces, a algunos “traviesos” o rebeldes, nos advertían, hasta con señalamientos de las penas eternas del infierno, cuando formulábamos preguntas tales como las del porqué los sacerdotes tenían que ser HOMBRES y no también las MUJERES… El misterio lo sigue siendo en la actualidad, por lo que, o no tiene importancia, o la tiene en demasía.
+ ¿SE ACABA LA IGLESIA?. La Iglesia-Iglesia, inspirada en el evangelio, testificada por Jesús y por no pocos santos, canonizados o no, no se acaba. Tiene vocación de eternidad salvadora. Otro tipo de Iglesia, aún con sus mismos nombres y sus apellidos, vigente en la actualidad, no tiene asegurada su perennidad y menos “por la gracia de Dios”
+ Santa María de Guadalupe, patrona de Extremadura y también “santo y seña”, autonómico y constitucional del extremeñismo político, constitucional y autonómico, pertenece administrativamente a la diócesis de Toledo, por más señas, capital de Castilla- La Mancha. El hecho es excepcional, incomprensible, antinatural, antipastoral, anticristiano y cuantos “anti” expresen la idea ofensiva de marginación, subdesarrollo y pobreza, con antecedentes de haber sido y ser territorio conquistado “manu militari” por los otrora todopoderosos arzobispos “primados”. Obispos de las tres diócesis extremeñas, Asamblea Regional, movimientos religiosos o no, asociaciones y otros organismos e instituciones reclaman el arreglo del desaguisado tan bochornoso, cometido contra la ley y contra el corazón, con la única, inédita e inexplicable, insoportable explicación de la negativa del actual arzobispo toledano, don Braulio. Hay fieles extremeños, católicos o no, que aseveran que en el episcopologio hay arzobispos que no saben leer. Otros, que carecen de sensibilidad. Otros, que por “primados”, tuvieron asegurada la sagrada púrpura del cardenalato, que pasó a ser privilegio de los Presidentes de las Conferencias Episcopales, por lo que el de Toledo se resiste a “perder a GUADALUPE, MONASTERIO Y SANTUARIO – “PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD- y “joya” principal de la corona eclesiástica. ¿Qué les queda por hacer por ahora, a los extremeños, en cristiano y “dentro de un orden”, para conseguir que don Braulio dé su brazo a torcer? ¿Es cuestión pastoral?. ¿Es de dinero? ¿Es de frustración personal?
+ ¿Cuándo, y por qué no, ya, abandonarán los obispos sus residencias palaciegas y estas se convertirán en museos, casas sacerdotales, de beneficencia o de cultura? ¡Qué difícilmente se entiende y se interpreta la palabra de Dios pronunciada y vivida “en” y “desde” los PALACIOS EPISCOPALES. Cualquier palabra, Carta Pastoral o plan de trabajo evangelizador que se geste en los palacios, con mitras, o sin ellas, será ininteligible e hipócritas para los más, lo mismo si son miembros de la clerecía, que quienes se limitan a ser y ejercer, nada más y nada menos, que de “fieles cristianos”.
+ En tal contexto rural y ciudadano, lo de la bula, las indulgencias, el encargo de misas y otros privilegios exclusivos para los ricos, con exclusión de los pobres, nos resultaba un misterio más de la catequesis tanto o más impenetrable e increíble que el de la SANTÍSIMA TRINIDAD.
+ Ya entonces, a algunos “traviesos” o rebeldes, nos advertían, hasta con señalamientos de las penas eternas del infierno, cuando formulábamos preguntas tales como las del porqué los sacerdotes tenían que ser HOMBRES y no también las MUJERES… El misterio lo sigue siendo en la actualidad, por lo que, o no tiene importancia, o la tiene en demasía.
+ ¿SE ACABA LA IGLESIA?. La Iglesia-Iglesia, inspirada en el evangelio, testificada por Jesús y por no pocos santos, canonizados o no, no se acaba. Tiene vocación de eternidad salvadora. Otro tipo de Iglesia, aún con sus mismos nombres y sus apellidos, vigente en la actualidad, no tiene asegurada su perennidad y menos “por la gracia de Dios”
+ Santa María de Guadalupe, patrona de Extremadura y también “santo y seña”, autonómico y constitucional del extremeñismo político, constitucional y autonómico, pertenece administrativamente a la diócesis de Toledo, por más señas, capital de Castilla- La Mancha. El hecho es excepcional, incomprensible, antinatural, antipastoral, anticristiano y cuantos “anti” expresen la idea ofensiva de marginación, subdesarrollo y pobreza, con antecedentes de haber sido y ser territorio conquistado “manu militari” por los otrora todopoderosos arzobispos “primados”. Obispos de las tres diócesis extremeñas, Asamblea Regional, movimientos religiosos o no, asociaciones y otros organismos e instituciones reclaman el arreglo del desaguisado tan bochornoso, cometido contra la ley y contra el corazón, con la única, inédita e inexplicable, insoportable explicación de la negativa del actual arzobispo toledano, don Braulio. Hay fieles extremeños, católicos o no, que aseveran que en el episcopologio hay arzobispos que no saben leer. Otros, que carecen de sensibilidad. Otros, que por “primados”, tuvieron asegurada la sagrada púrpura del cardenalato, que pasó a ser privilegio de los Presidentes de las Conferencias Episcopales, por lo que el de Toledo se resiste a “perder a GUADALUPE, MONASTERIO Y SANTUARIO – “PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD- y “joya” principal de la corona eclesiástica. ¿Qué les queda por hacer por ahora, a los extremeños, en cristiano y “dentro de un orden”, para conseguir que don Braulio dé su brazo a torcer? ¿Es cuestión pastoral?. ¿Es de dinero? ¿Es de frustración personal?
+ ¿Cuándo, y por qué no, ya, abandonarán los obispos sus residencias palaciegas y estas se convertirán en museos, casas sacerdotales, de beneficencia o de cultura? ¡Qué difícilmente se entiende y se interpreta la palabra de Dios pronunciada y vivida “en” y “desde” los PALACIOS EPISCOPALES. Cualquier palabra, Carta Pastoral o plan de trabajo evangelizador que se geste en los palacios, con mitras, o sin ellas, será ininteligible e hipócritas para los más, lo mismo si son miembros de la clerecía, que quienes se limitan a ser y ejercer, nada más y nada menos, que de “fieles cristianos”.