Me ha llegado esta noticia y creo que es verosímil aunque catastrofista, máxime desde los acontecimientos de Nochevieja, con lo que la transcribo al blog. Con lo que no estoy de acuerdo es con la definición de animales para estas personas, que mantengo para que veamos el clima que se ha producido.

“Ayer, en el hospital, tuvimos una reunión sobre la situación aquí y en los otros hospitales en Múnich, que es insostenible. Las clínicas no pueden manejar las consultas de emergencia, por lo que están empezando a mandar todo a los hospitales. Muchos musulmanes se niegan al tratamiento por personal femenino y nosotras, las mujeres, nos negamos a atender a estos animales, sobre todo los de África.

Las relaciones entre el personal y los inmigrantes van de mal en peor. Desde el pasado fin de semana, los inmigrantes que van a los hospitales deben estar acompañados por unidades de la policía K-9. Muchos tienen SIDA, sífilis, tuberculosis abierta y muchas enfermedades exóticas que nosotros, en Europa, no sabemos cómo tratar. Si reciben una receta en la farmacia, se enteran de que tienen que pagar en efectivo. Esto conduce a arrebatos increíbles, sobre todo cuando se trata de medicamentos para los niños. Abandonan a los niños con el personal de la farmacia con las palabras: ¡cúrenlos aquí ustedes mismos! Así que la policía no sólo protege las clínicas y hospitales, sino también a las grandes farmacias. Verdaderamente nos dijeron abiertamente: ¿Dónde están todos los que nos habían recibido en frente de las cámaras de TV, con las señales en las estaciones del tren?

La frontera se ha cerrado, pero un millón de refugiados ya están aquí y sin duda, no va a ser posible deshacernos de ellos. Hasta ahora, el número de desempleados en Alemania era de 2,2 millones, ahora será al menos de 3,5 millones porque la mayoría de estas personas están desempleadas. Las mujeres, por lo general, no funcionan en absoluto pues sólo un mínimo de ellas tiene algún tipo de educación ¡Y lo que es peor, estimo, es que una de cada diez está embarazada!

Cientos de miles han traído a lactantes y niños menores de seis años, muchos demacrados y descuidados. Si esto continúa y Alemania vuelve a abrir sus fronteras, me voy de casa a la República Checa. Nadie me puede mantener en esta situación, ni siquiera con el doble del salario. Fui a Alemania, no a África o al Medio Oriente. Incluso el profesor que dirige nuestro departamento nos dijo lo triste que es para él ver a la mujer de la limpieza, que por 800 euros limpia todos los días durante años, y luego ver que se reúnen hombres jóvenes en los pasillos que sólo esperan con la mano extendida, quieren todo gratis, y cuando no les entiendo en su idioma me atacan. ¡Yo realmente no necesito esto! Pero me temo que, si vuelvo, en algún momento será lo mismo en la República Checa pues si los alemanes, con su manear de ser, no pueden manejar la situación, en mi país, sería un caos total.

Nadie que no haya estado en contacto con ellos tiene idea de qué tipo de animales son, sobre todo los de África. Son musulmanes que actúan como superiores a nuestro personal. Por ahora, el personal del hospital local no ha contraído las enfermedades que traen pero, con tantos cientos de pacientes cada día, es sólo una cuestión de tiempo. En un hospital cerca del Rhin, los inmigrantes atacaron al personal con cuchillos después de que entraron con un niño de 8 meses de edad, al borde de la muerte, al que habían arrastrado a través de la mitad de Europa durante tres meses. El niño murió en dos días, a pesar de haber recibido atención superior en una de las mejores clínicas pediátricas en Alemania. El médico tuvo que pasar por el quirófano y dos enfermeras se restablecen en la UCI ¡Nadie ha sido castigado!

La prensa local tiene prohibido escribir sobre el tema y todo lo que sabemos es a través de correos electrónicos ¿Qué le hubiera pasado a un alemán si hubiera atacado a un médico y a las enfermeras con un cuchillo? ¿O si les hubiera lanzado su propia orina infectada con sífilis a unas enfermeras amenazándolas con la infección? Como mínimo iba directamente a la cárcel y más tarde a juicio. Con estas personas, por ahora, no ha pasado nada. Y me pregunto, ¿dónde están todos esos saludadores y receptores de los trenes en las estaciones? Sentados tranquilos en su casa, disfrutando de sus organizaciones no lucrativas y mirando adelante a más trenes y su siguiente lote de dinero en efectivo para actuar como anfitriones en las estaciones. Si fuera por mí me gustaría reunir a todos estos recibidores y traerlos aquí a nuestros hospitales de urgencias, como asistentes, y luego a un edificio de emigrantes para que puedan cuidar de ellos, sin policías armados y sin ayuda médica ¿Sería esta misma "situación" para los emigrantes en los Estados Unidos?”