¿Sabías que...?
Cuando se expandió el cristianismo por el Imperio Romano las diosas tenían mucho predicamento pues los dioses principales se habían alejado de la tierra, dioses ociosos se llamaron, dejando un hueco que se rellenó con deidades femeninas más cercanas. Algo parecido a lo que pasó con el Dios cristiano que se distanció tanto de su creación que dejó un vacío que nos apresuramos a rellenar con los santos
En los albores del cristianismo los cultos a Celestis, Isis, Atenea, Cibeles…, entre otros, gozaban de gran popularidad por lo que no es de extrañar que se produjera un sincretismo por el cual María no sólo heredó los templos de las diosas mediterráneas sino también sus fieles y sus características que algunas han permanecido hasta nuestros días. La diosa Isis inauguraba el mar Mediterráneo en primavera, que había quedado cerrado en invierno para la navegación, con una gran procesión de barcos que presidía su estatua navegando en vanguardia. Estos hechos nos recuerdan a la virgen del Carmen en cuyo honor salen muchos barcos a la mar para festejarla. Y parece que muchas vírgenes negras de nuestros santuarios, que no tienen los rasgos étnicos de esa raza, recuerdan el culto a Gea, la diosa de la tierra que cuanto más negra más fértil
Mucha imaginería mariana se corresponde con, Celestis, la “Reina de los cielos” pues María reinaba junto a su hijo Cristo Rey. Este movimiento de divinidad se describe en el Apocalipsis. Su autor escribe desde Asia Menor donde el culto a las diosas era muy popular. En el relato la mujer describe el papel femenino del gran misterio que llamamos Dios. Su traje, su posición, los astros que la rodean, la luna en la que apoya sus pies la convierten en la reina los cielos. Y los cuadros de las Inmaculadas de Velázquez y Murillo siguen este patrón
Vamos a votar el domingo a los diputados que se vayan a sentar en el parlamento europeo. En 1950 se sacó un concurso para el diseño de la bandera y lo ganó Arsene Heitz, un católico de Estrasburgo, con un dibujo que sobre un fondo azul, color de la Inmaculada, se colocaban en círculo 12 estrellas. Podemos pensar que el autor escogió el color y el número de estrellas, cuando entonces los países miembros no eran más que 6, pensando que colocaba a sabiendas a una Europa, atea y laica, bajo el manto de María. La noticia no parece entrar en la categoría de las fake news