La Universidad de Georgetown, desde su centro de búsqueda sobre el apostolado, CARA (Center of Applied Research in the Apostolate) ha hecho un estudio sobre las personas que han entrada en instituciones religiosas durante el 2015. Mandaron las preguntas a todos los centros y sólo obtuvieron contestación del 57%. Dos tercios de la respuestas reconocieron que no habían recibido ninguna entrada en el año, pero el resto contestó que había tenido dos o más vocaciones.

Me ha resultado curioso que de las 411 personas que decidieron entrar en una orden religiosa o similar 218 fueron varones mientras que la cifra de las mujeres fue inferior 174, a la que hay que sumar las 19 que adoptaron la vida contemplativa. De todos ellos, sólo 279 contestaron a las preguntas de CARA.

Entre los varones el 80% manifestaron que esperaban ser ordenados sacerdotes mientras que el otro porcentaje pretendía quedarse en hermanos profesos. Me ha impresionado, porque no lo esperaba, que la mayoría buscó su inspiración vocacional en internet donde incluso descubrieron el instituto en el que querían ingresar. Claro que son jóvenes con una media de edad que no sobrepasa la treintena.

Americanos de raza blanca, 7 de 10, constituyen la mayoría. El 81% han nacido en el país seguidos de Vietnam y México. 1 sobre 8 se declara hispánico, 1 en 10 asiático y 1 en 20 negro.El 93% ha nacido y ha sido criado dentro de la Iglesia Católica. También influye haber tenido una educación superior católica pues un tercio de los que ingresaron, confiesa que hicieron el bachillerato (high school) en estos centros de la Iglesia.

Tras haberla conocido por internet contactaron con la institución elegida donde recibieron calurosa acogida por los miembros de ese colectivo. En otros casos, fueron sus directores espirituales los que les guiaron. Sólo el 65% encontró en sus padres aprobación, una cifra que baja al 55% si se trata de otros miembros de la familia.

A las mujeres las atrajo integrarse en una comunidad y a todos, el hecho de celebrar la eucaristía diaria y tener tiempo asignado para la oración personal y con los otros miembros del colectivo. El 75% se considera dichoso de ser religioso y un porcentaje menor, declara el mismo entusiasmo por su instituto como misión y respuesta a las necesidades de nuestro tiempo.

Ignoro si estos datos son extrapolables a la realidad española porque vivimos en una sociedad muy distinta pero no está mal conocerlos. Comentaba que me ha extrañado que el número de ingresos masculinos fuera mayor que el femenino porque siempre ha sido lo contrario y recordé una historia que me contó un misionero español sobre la entrada en su orden de dos hermanos, chico y chica, de un pueblo mexicano. Cuando se ordenó el varón todo el pueblo acudió a la misa y lo consideraron como hijo predilecto de la villa pero cuando profesó sus votos perpetuos la hermana,nadie se dio por enterado.

Todos, por más que seamos espirituales, buscamos la apreciación de las personas con las que convivimos. No sé si la falta de protagonismo femenino en las órdenes de vida activa influye ¿Alguien lo sabe?
He sacado los datos de Soli Salgado, Global Sisters Report del 11 de febrero.