La infidelidad conyugal
¿Qué es la infidelidad conyugal? Una acción que tiene muchas repercusiones pues un solo acto puede acabar con un matrimonio con muchos años de vida. No es un tema nuevo ya que los seres humanos nos diferenciamos muy poco de nuestros ancestros, caemos en los mismos defectos y alcanzamos las mismas virtudes pero tan vieja e importante es la infidelidad que el decálogo judío la trata por partida doble: la acción y el pensamiento.
Con todo hay algunas cosas en su entorno que han cambiado. Se ha aminorado la doble vara de medir la actuación de varones y mujeres pues los primeros se vanagloriaban de sus triunfos en corrales ajenos mientras que a ellas no se les permitía el mínimo desliz, pues el honor del varón quedaba manchado y se ponía en tela de juicio la paternidad de los hijos. Hoy sigue estando peor visto el adulterio femenino pero tampoco es un timbre de gloria engañar a la mujer y es difícil guardar el secreto.
Otro cambio importante en la manera de pensar es que a las mujeres se las pedía que sacrificaran sus personas en aras de la defensa de la familia, pero en nuestras sociedades modernas se empuja a que el cónyuge engañado abandone a la pareja infiel. En la mayoría de los países las leyes prohíben la poligamia pero la monogamia adoptada supone que sólo se puede tener un cónyuge a la vez, pero no de por vida. También son diferentes los motivos que han unido a las parejas en casamiento pues antiguamente los intereses patrimoniales o de casta predominaban sobre los deseos de los contrayentes mientras que hoy, la mayoría de la gente busca casarse por amor. Lo malo es que el amor es más frágil que los bienes terrenales.
Se dice que un matrimonio de muchos años es incapaz de dar: novedad, libertad, vitalidad,… y entonces hay que buscar lo prohibido fuera de casa. Con ello se pretende regresar a los inicios, volver a sentir y a soñar como la primera vez en una aventura extramarital.
¿Hay posibilidad de frenar esta corriente que está dañando a muchas personas y destrozando a cantidad de familias? Soy optimista en la medida que la persona ofendida sepa aceptar el perdón y se enzarce la pareja en una conversación que habían abandonado pues el miedo a la pérdida puede generar buenos propósitos. ¡Cuántas veces de un cáncer surge una nueva vida no sólo física sino psíquica!
Seamos modernos y aprendamos a tener tres matrimonios a lo largo de nuestra vida pero… con la misma pareja. Para ello hay que encontrar tiempo, buscar escenarios de novedad, revitalizar la vieja relación, recordar los tiempos primeros, decir por activa y pasiva que no hay persona que se puede comparar a la que nosotros hemos escogido… Que los dos vuelvan a sentir y que renazca ese amor que quedó tocado por la rutina. Es la mejor receta.
Con todo hay algunas cosas en su entorno que han cambiado. Se ha aminorado la doble vara de medir la actuación de varones y mujeres pues los primeros se vanagloriaban de sus triunfos en corrales ajenos mientras que a ellas no se les permitía el mínimo desliz, pues el honor del varón quedaba manchado y se ponía en tela de juicio la paternidad de los hijos. Hoy sigue estando peor visto el adulterio femenino pero tampoco es un timbre de gloria engañar a la mujer y es difícil guardar el secreto.
Otro cambio importante en la manera de pensar es que a las mujeres se las pedía que sacrificaran sus personas en aras de la defensa de la familia, pero en nuestras sociedades modernas se empuja a que el cónyuge engañado abandone a la pareja infiel. En la mayoría de los países las leyes prohíben la poligamia pero la monogamia adoptada supone que sólo se puede tener un cónyuge a la vez, pero no de por vida. También son diferentes los motivos que han unido a las parejas en casamiento pues antiguamente los intereses patrimoniales o de casta predominaban sobre los deseos de los contrayentes mientras que hoy, la mayoría de la gente busca casarse por amor. Lo malo es que el amor es más frágil que los bienes terrenales.
Se dice que un matrimonio de muchos años es incapaz de dar: novedad, libertad, vitalidad,… y entonces hay que buscar lo prohibido fuera de casa. Con ello se pretende regresar a los inicios, volver a sentir y a soñar como la primera vez en una aventura extramarital.
¿Hay posibilidad de frenar esta corriente que está dañando a muchas personas y destrozando a cantidad de familias? Soy optimista en la medida que la persona ofendida sepa aceptar el perdón y se enzarce la pareja en una conversación que habían abandonado pues el miedo a la pérdida puede generar buenos propósitos. ¡Cuántas veces de un cáncer surge una nueva vida no sólo física sino psíquica!
Seamos modernos y aprendamos a tener tres matrimonios a lo largo de nuestra vida pero… con la misma pareja. Para ello hay que encontrar tiempo, buscar escenarios de novedad, revitalizar la vieja relación, recordar los tiempos primeros, decir por activa y pasiva que no hay persona que se puede comparar a la que nosotros hemos escogido… Que los dos vuelvan a sentir y que renazca ese amor que quedó tocado por la rutina. Es la mejor receta.