Un nuevo libro de Mercedes Navarro

El tiempo de Pascua es el más indicado para hablar de un nuevo libro de Mercedes Navarro con el sugestivo título de Jesús y su sombra. El mal, las sombras, lo desconocido y amenazante en el evangelio de Marcos, una obra magistral divinamente escrita que se divide en cinco capítulos. Pertenezco a una generación que potenció la divinidad de Jesucristo, a expensas de su humanidad y aunque he tratado de reciclarme, todavía hoy me sorprenden los libros que hablan del Nazareno como ser humano con una vida llena de luces y de sombras.

En este libro se pone el acento sobre las oscuridades en la vida de Jesús que se manifestaron desde el principio por la falta de un padre biológico que, en la cultura judía del siglo I, dejaba a las personas carentes de identidad y tachadas de ignominia. La voz de Dios llamándole hijo en el bautismo del Jordán suple la carencia paterna pero no altera la consideración social pues es una voz interior que no escuchan sus semejantes. La pregunta sobre los motivos que tuvo Jesús para acudir al bautismo de Juan no tiene respuesta evidente pero, en ese lugar, se mezcla con la masa pecadora y figura como uno más. El texto, nos sugiere Mercedes, permite sumergirnos en la idea de metanoia o conversión pues las personas no están hechas al nacer sino que están llamadas a la evolución en sus vidas. Y Jesús crecía no sólo físicamente sino también en sabiduría nos dicen los evangelios.

Nos presenta la autora el paso por el desierto, al que le empuja el Espíritu, como el enfrentamiento a a un mundo desconocido, al hambre, a la soledad y a las figuras del mal, un mal moral personificado en Satanás y uno físico, representado por las fieras. Al lado de esta sombras se presentan los ángeles y allí tiene una gran experiencia espiritual que se centra en sus orígenes, en quién es, gracias a quién y para qué, una meta que resume en una palabra: la instauración del reino de Dios en el mundo, lo que no resultará nada fácil y acabará con su vida.

Para ese menester comprende que necesita operarios y es aquí donde entra la llamada a los discípulos que no responden como Jesús esperaba lo que le produce una gran decepción. No entienden nada, a pesar de su catequesis privada, y tienen miedo ante una situación que les sobrepasa ¿Le dejarán los fariseos, los romanos y los sumos sacerdotes seguir su camino? ¿De qué habla Jesús cuando dice que el Hijo del Hombre resucitará? Son preguntas, que nos recuerda Mercedes, colocan el acento sobre el hecho de la oscuridad de la enseñanza de Cristo, unas lecciones que dejaban sombras sin explicación, como hacían todos los maestros de su época, pero él se queja de la incomprensión de sus seguidores, se duele y muestra impaciencia. Esta sombra sobre su carácter demuestra que no es impasible como persona humana, una dimensión con la que todos los lectores se pueden sentir identificados.

Pregunta a sus discípulos sobre su identidad y se alegra de la contestación de Pedro pero su gozo dura poco ya que la declaración de su mesianismo, viene acompañada de la advertencia de tener cuidado, una precaución que Jesús identifica con la figura de Satanás, empeñado en que no continúe su tarea, con lo que las sombras más negras de su vida vuelven a través de los suyos y a través de los numerosos exorcismos que relata el Evangelio. También aparecen en el evangelio otros adversarios que proyectan negatividad sobre Jesús. Son su familia, el pueblo manipulado, los dirigentes judíos, los escribas, los conspiradores y sobre, todos ellos, emerge su figura como un hombre inocente injustamente condenado.

En medio de tanta oscuridad, nos recuerda Mercedes, que fuera de los Doce hay otros grupos de seguimiento, personajes menores que también le acompañan, como los enfermos que han sido curados y un gentil, el centurión romano que le reconoce en la cruz. La mujer de la unción de Betania llena el relato de un episodio de luz y, con ella, las mujeres, que son anecdóticas y marginales a lo largo del evangelio, pero van a la tumba y, en medio de sus miedos, también nos ofrecen la claridad de la fidelidad que va a permitir continuar con el legado de Cristo. Pero también ellas proyectan sombras ya que sus personas luminosas destacan sobre la negatividad de los Doce que le han abandonado en el momento de su pasión.

En nuestro mundo aparecen claroscuros sobre la figura de Jesús por su condición de hijo de Dios que es un dato que nos proporciona la fe. Si sus apóstoles no lo tuvieron fácil porque su vida terminó en fracaso, en nuestra época dominada por la razón, tampoco resulta evidente de aquí que las sombras que describió Marcos en su evangelio siguen planeando sobre nuestras cabezas. Gracias a este libro de Mercedes conocemos las oscuridades que sufrió Jesucristo, las dudas y la incomprensión de los primeros discípulos que nos llegan a través del Evangelio de Marcos y que nos llenan de esperanza pues si ellos, testigos oculares de los hechos narrados, proyectaron nubes negras sobre la figura del Mesías y les fueron perdonadas ¡Cuánto más nosotros que vivimos en un mundo escéptico y materialista¡
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