Juegos sin prohibir

A principios de los años 70, aún con el régimen anterior, casi todo podía estar prohibido. Pero la palabra y el humor salvan siempre. Los dos poemillas satíricos que ofrezco, especialmente el primero, encajaban perfectamente para tiempos de dictadura. Pero uno aprende, ay dolor, que el ser humano es siempre y básicamente el mismo, y que en el ADN de algunos está marcado a fuego el sino de trepar y trepar hasta arriba en la cucaña de los poderes. Al llegar a la punta, el premio: el placer lascivo de poseer y oprimir. Desenmascarar a los ilegítimos triunfadores, derribarlos de la cucaña, a menudo invisible, desde la que dirigen su imperio... ¡qué gran tarea para la gente de a pie que se apiña en la feria como víctima!


CONJUGACIONES


Yo temo,
tú temes,
él levanta el látigo...


Yo escupo,
tú escupes,
él se protege con un toldo blindado...


Yo sufro,
tú sufres,
él sufre, pero menos...


Yo me calzo,
tú te calzas,
él se pone las botas...


Yo canto,
tú cantas,
él canta,
nosotros desafinamos...


Yo espero,
tú esperas,
él espera,
nosotros esperamos,
vosotros esperáis,
ellos poseen...


Yo grito,
tú gritas,
él grita,
nosotros gritamos,
vosotros gritáis,
ellos cierran las ventanas...


Yo callo,
tú callas,
él calla,
nosotros callamos,
vosotros calláis,
ellos oprimen...


Yo camino,
tú caminas,
él está sentado desde hace treinta y siete años a la derecha de Dios Padre...


Yo digo que no le deseo mal, pero que esto se acaba,
tú dices que allá películas, pero que esto se acaba,
él dice que ay madre y que esto se acaba,
nosotros decimos que no le pase nada, pero que esto se acaba,
vosotros decís que así cayó Sodoma y que esto se acaba,
ellos dicen que ostras cómo lo sienten, pero que esto se acaba.


Yo me alegro,
tú te alegras,
él se tira de los escasísimos pelos de tonto...
nosotros nos alegramos,
vosotros os alegráis,
ellos se arrancan el bisoñé.


(1973)

(Obra poética, p. 442-3).


OBRAS SON AMORES


Sobran las palabras
de viejos y jóvenes.


Obras son amores,
que no buenas razones.


Cerradles la boca
si os vienen hablando
falsos redentores.


Obras son amores.


¡Se acabó, circulen
vagos y habladores!


Obras son amores.


No bastan las bellas
consideraciones.
No, señores.


Obras son amores.


Obras, obras, obras,
¡fuera los bribones!


Obras son amores,
que no buenas razones.


(1973)
(Obra poética, p. 441).
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