"Adelante, señor arzobispo, déjate contagiar del olor de las ovejas y de la lengua de nuestro pueblo" Ahora sí, a por el Misal valenciano

Monseñor Enric Benavent
Monseñor Enric Benavent

"Este era el título del artículo de los sacerdotes valencianos (y amigos) Alexandre Alapont y August Monzon, publicado en el periódico Levante-EMV el 11 de enero de 2010. En él, pedían al nuevo arzobispo, Carlos Osoro, que iniciara el proceso para tener el Misal valenciano"

"El arzobispo se declaró favorable a iniciar el proceso, pidiendo la edición de los textos en valenciano, cosa que no pasó"

"En 2010, dirigiéndose al obispo Carlos Osoro, Monzon y Alapont acababan animándole a tramitar el Misal valenciano con estas palabras: 'Adelante, señor arzobispo'"

"También yo, hoy, dirigiéndome al nuevo arzobispo de València, Enric Benavent, le digo: 'Adelante, señor arzobispo'"

Este era el título delartículo de los sacerdotes valencianos (y amigos) Alexandre Alapont y August Monzon, publicado en el periódico Levante-EMV el 11 de enero de 2010, un texto donde estos presbíteros expresaban su esperanza de ver publicado pronto el Misal valenciano. Y de aquel artículo ya han pasado cerca de trece años y los cristianos valencianos continuamos sin el misal en la lengua de Sant Vicent Ferrer.

Alapont y Bausset
Alapont y Bausset

En el texto de su artículo, Alapont y Monzon se congratulabanpor el nuevo arzobispo de València, Carlos Osoro, ya que en su primera homilía “dio muestras inequívocas de su aprecio pastoral por el valenciano”, cosa que había “hecho que se aumentaran las esperanzas de resolver una cuestión enquistada en la Iglesia”.

En su artículo de 2010, Alexandre Alapont y August Monzon recordaban“la riquísima producción religiosa medieval” que tenemos los valencianos, hasta la publicación del “Llibre del Poble de Déu, aprobado por los obispos de las diócesis valencianas”, un texto que, por cierto, nunca ha sido derogado. Es verdad que el misal preparado por el P. Pere Riutort “se convirtió en blanco de ataques injustos y violentos”, durante los años 70 y ochenta, como reconocían Monzon y Alapont, ante el silencio cómplice y cobarde de los obispos de València, que nunca defendieron un texto que, cabe recordar, todos los obispos del País Valenciano habían aprobado.

En su artículo, Alapont y Monzon (y hace falta que aún insistamos en ello), recordaban el “Dictamen del Consell Valencià de Cultura, de 1998”, con la creación de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, que tenía (y todavía tiene), la “competencia exclusiva para establecer la normativa del valenciano”, ante entidades secesionistas en relación a nuestra lengua, “la cual han de seguir todas las instituciones públicas (arts. 6, 20 y 41 del Estatuto de Autonomía)”. También la Iglesia.

En el mismo artículo, estos dos presbíteros nos recordaban también que, mientras que la Santa Sede, en aquel momento publicaba “la tercera edición del Misal Romano”, había llegado la hora (recuerdo que el artículo era de 2010), “de confeccionar el Misal valenciano como el libro de altar definitivo” que todavía estamos esperando.

Aún (para que lo tengan presente los dos obispos de València que todavía viven) el “2002, la Comisión de Textos Religiosos de la AVL, hizo llegar a los obispos la versión íntegra y consensuada del Misal, que fue aprobado por el Pleno, por diecinueve votos a favor y una abstención, con vista a su revisión y tramitación canónica”.

Aprovechando la buena predisposición del arzobispo Carlos Osoro, según reconocían en su artículo Alapont y Monzon, en julio de 2009, un grupo de presbíteros valencianos pidieron al arzobispo que iniciara el proceso para tener el Misal valenciano, para que finalmente los cristianos valencianos pudiésemos “participar en la liturgia utilizando la lengua propia de nuestro pueblo (artículo 6 del Estatuto)”.

El artículo de Monzon y Alapont también recordaba a los obispos valencianos, que “los cristianos valenciano-parlantes (cerca de tres millones) tenemos un derecho irrenunciable reconocido, ya hace más de cuarenta años, por el Concilio Vaticano II”. Y por eso el artículo recordaba que “el pueblo nambya, en Zimbabwe, con 20000 católicos sobre una población de 120000 habitantes, cuenta con sus propios textos”, traducidos por cierto por mossèn Alexandre Alapont durante los más de 50 años que estuvo de misionero en Zimbabwe.

Este artículo acababa recordándonos que en la fiesta de la Purísima de 2009, “el arzobispo Carlos Osoro se declaró favorable a iniciar el proceso, pidiendo la edición de los textos en valenciano”, cosa que no pasó. Y es que, como decían también en su artículo (de hace casi trece años) los amigos Alapont y Monzon, "hace falta que acabemos ya de una vez por todas “con situaciones lamentables de provisionalidad y confusión como la que aún se dan entre nosotros”.

En este artículo de 2010, dirigiéndose al obispo Carlos Osoro, Monzon y Alapont acababan animándole a tramitar el Misal valenciano con estas palabras: Adelante, señor arzobispo”.

También yo, hoy, dirigiéndomeal nuevo arzobispo de València, Enric Benavent, le digo: “Adelante, señor arzobispo”. Adelante, sé valiente, con la valentía de los profetas, y no dejes que frenen o anulen con maniobras oscuras y secesionistas (en relación a nuestra lengua), la esperanza que, tantos y tantos valencianos tenemos puesta en ti, para que podamos celebrar nuestra fe (finalmente) en valenciano.

Seguro que encontrarás oposición desde dentro mismo de la Curia y con sacerdotes (y quizás obispos), que en vez de ponerse a tu lado, los tendrás enfrente. Pero no te acobardes. Somos muchos los que te esperamos con alegría. Somos muchos los que estamos a tu lado para que, con tu palabra y tu magisterio, la Iglesia valenciana rectifique su postura de desprecio por nuestra lengua y deje de perpetrar, como ha hecho hasta ahora, un genocidio lingüístico como lo han cometido los obispos valencianos en los últimos siglos.

Enric Benavent de nou al País Valencià
Enric Benavent de nou al País Valencià

Adelante arzobispo Enric, adelante. No te faltará nunca ni la fuerza del Espíritu, ni el apoyo de los que durante tantos años hemos deseado tener un obispo que valore, defienda y utilice la lengua de Sant Vicent Ferrer.

Como nos recordaba el papa Francisco en la audiencia del miércoles 26 de octubre, las claves para ser un buen pastor son “mantener el contacto con el pueblo de Dios, con el pueblo fiel de Dios, porque ahí está la unción del pueblo de Dios: son las ovejas”. Por eso, continuaba el papa, “si rechazas las ovejas, serás un buen teórico, un buen teólogo, un buen filósofo, un muy bien curial, pero has perdido la capacidad de oler a las ovejas”.

Querido arzobispo Enric: déjate contagiar del olor de las ovejas y de la lengua de nuestro pueblo, para que de esta manera, seas un pastor atento al rebaño, solícito por los que el papa te ha confiado y padre para los que te esperamos con gozo y alegría.

Enric Benavent, nou arquebisbe de la diòcesi de València
Enric Benavent, nou arquebisbe de la diòcesi de València

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