Bausset: "Creo que la Iglesia haría bien en pedir esta amnistía" El abrazo de Jordi Cuixart y Miquel Iceta (y los indultos): "Ni odio ni rencor"
"Yo me tengo que proteger del odio y del rencor. Yo no quiero que esta semilla germine dentro de nuestro pueblo, ni dentro de mis hijos, ni dentro de mí mismo"
"Tan importante como un abrazo entre adversarios, como el que dio Jordi Cuixart a Miquel Iceta, lo es también la amnistía, (o por lo menos el indulto) para los presos del “Procés”, una medida que ayudaría a cicatrizar heridas en nuestra sociedad y a hacer justicia a unas personas que cometieron el “delito” de poner unas urnas"
"Por cierto: ¿por qué el PP y los Srs. Felipe González y Alfonso Guerra no recogieron firmas contra los indultos de los Srs. Vera, Barrionuevo y Armada?"
"Por cierto: ¿por qué el PP y los Srs. Felipe González y Alfonso Guerra no recogieron firmas contra los indultos de los Srs. Vera, Barrionuevo y Armada?"
"Ni odio ni rencor". Esto es lo que afirmó el Sr. Jordi Cuixart, presidente de la entidad cultural catalanista, “Òmnium Cultural”, en la entrevista en la emisora Rac1 el pasado 28 de mayo. El Sr. Cuixart explicaba así el sentido del abrazo (demonizado por algunos) que dio al Sr. Miquel Iceta en la toma de posesión del Sr. Pere Aragonès como nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña el pasado día 24.
El Sr. Cuixart decía en aquella entrevista porqué abrazó al Sr. Iceta: “O hago un reproche a Iceta porque no ha venido a verme (a la cárcel de Lledoners) o lo abrazo, porque me digo que ni odio ni rencor”. El Sr. Cuixart dijo que había abrazado al Sr. Iceta, “porque yo tengo que construir un país con todos los partidos de tradición democrática de Cataluña, aunque del PSC de los últimos cuatro o cinco años, distó mucho, muchísimo, por su actitud y el papel que esperaríamos de su tradición catalanista”. Y Jordi Cuixart todavía añadió lo siguiente: “Yo me tengo que proteger del odio y del rencor. Yo no quiero que esta semilla germine dentro de nuestro pueblo, ni dentro de mis hijos, ni dentro de mí mismo”.
Los que han demonizado el abrazo de Jordi Cuixart (como los que se escandalizaron y demonizaron también el abrazo del presidente Artur Mas y David Fernàndez el 9 de noviembre de 2014), no han entendido que el futuro (y la convivencia) se construye mirando hacia adelante y con el perdón y la generosidad como fundamento de nuestros actos. No desde la venganza o el resentimiento.
El abrazo del Sr. Cuixart al Sr. Iceta (ministro de Administraciones Públicas), hace realidad, en nuestros días, lo que hace más de cien años decía Mark Twain: “El perdón es la fragancia que la flor desprende en el pie del que la ha pisoteado”. Y Nelson Mandela, después de veintisiete años encerrado en la cárcel, decía que “el resentimiento es como beber veneno y esperar que mate a tus enemigos”. Y también: “Mientras salía por la puerta que conduciría a mi libertad, sabía que si no dejaba atrás mi amargura y mi odio, aun estaría encarcelado”.
Pero tan importante como un abrazo entre adversarios, como el que dio Jordi Cuixart a Miquel Iceta, lo es también la amnistía, (o por lo menos el indulto) para los presos del “Procés”, una medida que ayudaría a cicatrizar heridas en nuestra sociedad y a hacer justicia a unas personas que cometieron el “delito” de poner unas urnas. Todavía más: los Srs. Jordi Cuixart y Jordi Sànchez ni tan siquiera pusieron las urnas, sino que están en la cárcel por encabezar (y posteriormente pedir que se disolviese) una protesta pacífica. Y por eso, diversas veces Amnistía Internacional ha pedido la libertad de estos dos líderes sociales, sin que el estado, incomprensiblemente, haya atendido esta petición de AI. Con esta condena a los dos Jordis se ha criminalizado y se ha condenado el derecho a la protesta pacífica y a la desobediencia civil. Es como si el estado español criminalizara hoy, a líderes pacifistas como Gandhi, Rosa Park o Martin Luther King. Además, hemos de recordar que hace unos días, el comité de Derechos Humanos del Consejo de Europa, ha pedido al estado español que retire las euroórdenes contra los políticos independentistas que están en Europa y que libere a los presos del “Procés”. Literalmente el Consejo de Europa pide al estado español que considere “indultar o liberar los políticos catalanes condenados por su papel en la organización del referéndum inconstitucional de octubre de 2017 y las manifestaciones pacíficas relacionadas”. El texto también pide que el estado español abandone “los procedimientos de extradición contra los políticos catalanes residentes en el extranjero”. Y finalmente el Consejo de Europa, literalmente, pide al estado que se abstenga “de exigir a los políticos catalanes presos que renieguen de sus profundas opciones políticas a cambio de un régimen penitenciario más favorable a una posibilidad de indulto”.
La valentía y la generosidad del abrazo de Jordi Cuixart, requiere también la valentía y la generosidad del estado para conceder la amnistía a los presos políticos catalanes. Y creo que la Iglesia haría bien pedir esta amnistía.
Además, el gobierno no se habría de dejar intimidar por el ruido y la venganza de las tres derechas y de algún sector de la izquierda. Y tampoco se habría de dejar intimidar por el ruido de sables o por la caverna mediática o judicial, ni por la concentración ultra en la plaza de Colón. Aunque a la triple derecha le convendría más (para no olvidar sus orígenes) reunirse en la plaza de “Oriente”, como hacían sus predecesores en tiempo del “Caudillo”.
La actitud de venganza y de revancha de los partidos de la derecha, pero también de algunos dirigentes (y exlíderes) del PSOE y de numerosos jueces y magistrados que demonizan un indulto (y que olvidan los que se concedieron a los Srs. José Barrionuevo o Alfonso Armada entre otros), hoy haría imposible el abrazo del presidente Adolfo Suárez con los dirigentes políticos Santiago Carrillo, líder del PCE y con Josep Tarradellas, presidente de la Generalitat en 1977. Por cierto: ¿por qué el PP y los Srs. Felipe González y Alfonso Guerra no recogieron firmas contra los indultos de los Srs. Vera, Barrionuevo y Armada?
El abrazo de Jordi Cuixart nos trae el recuerdo del profeta Isaías cuando decía: “Con las espadas forjarán arados, y hoces con sus lanzas. Las naciones no levantarán la espada una contra la otra ni aprenderán más a hacer la guerra” (Is 2:4).
Por eso este abrazo (como la pintura del pintor valenciano Joan Genovès), lejos de escandalizar a nadie o de ser demonizado, ha de ser como un signo de cara a construir un futuro más libre. Y también ha de ser el inicio de un camino nuevo que encuentra su fundamento en las bienaventuranzas: “Felices los que ponen paz, porque serán llamados hijos de Dios”.
Por eso no hemos de dejar que la semilla del odio y del rencor “germine dentro de nuestro pueblo, ni dentro de mis hijos, ni dentro de mí mismo”, como ha dicho (con humildad y generosidad) el admirado Jordi Cuixart.
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