31 de marzo, primer aniversario de la muerte del obispo Francesc Pardo El nuncio habría de elegir un obispo para Girona sensible a la lengua catalana
"La buena disposición hacia la lengua catalana de los sacerdotes o de los obispos que vengan de otras diócesis, lo habría de tener muy en cuenta el nuncio, en las gestiones y consultas que está haciendo para nombrar el nuevo obispo de Girona"
"Esto todavía no pasa en la Iglesia del País Valenciano, donde los obispos de Sogorb-Castelló y de Oriola-Alacant, desconocen e ignoran la lengua de los cristianos valencianos"
"Si como ha dicho el papa Francisco los pastores hemos de hacer olor de oveja, utilizar y defender el catalán es, en la diócesis de Girona, la mejor manera de hacer olor de oveja"
"Si como ha dicho el papa Francisco los pastores hemos de hacer olor de oveja, utilizar y defender el catalán es, en la diócesis de Girona, la mejor manera de hacer olor de oveja"
Esta actitud y la buena disposición hacia la lengua catalana de los sacerdotes o de los obispos que vengan de otras diócesis, lo habría de tener muy en cuenta el nuncio, en las gestiones y consultas que está haciendo para nombrar el nuevo obispo de Girona, cuando, hoy, 31 de marzo, celebramos el primer aniversario de la muerte del obispo Francesc Pardo. Y es que es muy importante que los pastores conozcan, valoren y hablen la lengua de la propia diócesis.
En 1966, durante la campaña, “Volem bisbes catalans” (Queremos obispos catalanes), los cristianos del Principado pedían pastores sensibles a la realidad cultural y lingüística de Cataluña y por eso mismo, catalanoparlantes, para que de esta manera poder servir mejor la diócesis que se les confía. Porque habría de ser natural que todos los pastores de la Iglesia conociesen la lengua del pueblo que sirven. Y esto todavía no pasa en la Iglesia del País Valenciano, donde los obispos de Sogorb-Castelló y de Oriola-Alacant, desconocen e ignoran la lengua de los cristianos valencianos.
En 1974, en pleno franquismo, en su discurso de los Juegos Florales de Barcelona celebrado en el Saló de Cent del ayuntamiento, el cardenal Jubany decía, en catalán: “La Iglesia, como es de justicia, no renuncia sino que fomenta el uso de la lengua catalana en los actos litúrgicos, porque ésta constituye el patrimonio más noble de nuestra región, muestra la situación cultural de sus hijos y expresa sus sentimientos más íntimos”.
El cardenal arzobispo de Barcelona afirmaba que “la Iglesia acepta todas las lenguas”, y que lo hacía “no solo por imperativo de justicia, sino que, por deber pastoral, comprende que la lengua vernácula es el medio más expeditivo para llegar al fondo de las almas”. Por eso el cardenal Jubany afirmaba, con toda la razón del mundo, que “la Iglesia catalana ha realizado un gran servicio a la cultura, introduciendo la lengua vernácula en la liturgia”.
El nuevo obispo de Girona habría de conocer la lengua de mossèn Cinto, Verdaguer para no sentirse extranjero en la diócesis, ni tampoco para no ser un colonizador imponiendo la lengua castellana, como ya pasó con el entonces obispo de Girona, Josep Vila Martínez, (1925-1932), que llegó a identificar al catalanismo, ni más ni menos que con el demonio. Por eso castellanizó la catequesis y la predicación, despreciando la lengua de los cristianos gerundenses.
El nuevo obispo de Girona habría de hacer suyo el documento, “Arrels cristianes de Catalunya”, un texto de 1985, donde los obispos catalanes afirmaban: “Como obispos de la Iglesia de Cataluña, encarnada en este pueblo, damos fe de la realidad nacional de Cataluña, labrada a lo largo de mil años de historia”.
Cuando hoy, 31 de marzo, se cumple un año de la muerte del obispo Francesc Pardo, el nuevo obispo de Girona, que ocupará en el futuro la sede que sirvió Pardo, también habría de asumir, como decía aquel documento de los obispos catalanes de 1985, el hecho de “contribuir al esfuerzo general de la sociedad, para que la lengua de Ramon Llull y de Jacint Verdaguer alcance la plena recuperación”.
Por eso en las consultas que hace el nuncio, seria importante que tuviese muy en cuenta el aprecio (o no) por el catalán y el conocimiento de la lengua catalana de los sacerdotes u obispos, “candidatos” a presidir la sede de los obispos de Girona, Benet de Tocco (que fue monje de Montserrat) y Joan Margarit.
Si como ha dicho el papa Francisco los pastores hemos de hacer olor de oveja, utilizar y defender el catalán es, en la diócesis de Girona, la mejor manera de hacer olor de oveja.
Etiquetas