A un año de la muerte del obispo Francesc Pardo, la diócesis de Girona continúa sin pastor "No os faltará pastor"
"Estas son las palabras que dijo el obispo y mártir San Fructuoso, cuando camino del martirio se convirtió, en medio de las llamas, en testigo de fe"
"Cerca ya de cumplirse un año de la muerte del obispo Francesc Pardo, la diócesis de Girona continúa sin un pastor que acompañe la fe de los gerundenses, a pesar del buen trabajo de mossèn Lluís Suñer como administrador diocesano"
"El encuentro del papa Francisco el sábado 4 de febrero con los sacerdotes de la diócesis de Barcelona, me ha hecho pensar como habría de ser y qué talante habría de tener el nuevo obispo de Girona"
"Como ovejas sin pastor, a pesar del buen trabajo de mossèn Lluís Suñer, y después de casi un año de la muerte del obispo Francesc Pardo, los cristianos de Girona han de estar seguros que 'no os faltará pastor'"
"El encuentro del papa Francisco el sábado 4 de febrero con los sacerdotes de la diócesis de Barcelona, me ha hecho pensar como habría de ser y qué talante habría de tener el nuevo obispo de Girona"
"Como ovejas sin pastor, a pesar del buen trabajo de mossèn Lluís Suñer, y después de casi un año de la muerte del obispo Francesc Pardo, los cristianos de Girona han de estar seguros que 'no os faltará pastor'"
Estas son las palabras que dijo el obispo y mártir San Fructuoso, cuando camino del martirio se convirtió, en medio de las llamas, en testigo de fe, juntamente con sus diáconos Augurio y Eulogio, como unos nuevos Ananias, Azarias y Misael.
Cerca ya de cumplirse un año de la muerte del obispo Francesc Pardo, la diócesis de Girona continúa sin un pastor que acompañe la fe de los gerundenses, a pesar del buen trabajo de mossèn Lluís Suñer como administrador diocesano.
El encuentro del papa Francisco el sábado 4 de febrero con los sacerdotes de la diócesis de Barcelona, me ha hecho pensar como habría de ser y qué talante habría de tener el nuevo obispo de Girona.
En primer lugar, Francisco animó a los presbíteros a ser “compañeros de viaje” de los jóvenes. También el nuevo obispo de Girona habría de ser compañero de camino de los cristianos gerundenses.
El papa también pidió a los sacerdotes barcelonenses que supiesen “respetar los procesos personales”, para que los cristianos “vivan la libertad” sin “manipular las consciencias” y que se acercasen a los jóvenes “sin darles ideología”, un proceso que pide “paciencia”, les dijo el papa.
El nuevo obispo de Girona también habría de ser un pastor que respetara los procesos personales de cada uno (sacerdotes, religiosos y laicos) “sin manipular las consciencias”, acompañando a los cristianos gerundenses con “paciencia” sabiendo “colaborar con todo el mundo”.
De la misma manera que el papa pedía a los sacerdotes barcelonenses que se hagan presentes en la vida lúdica, cultural o deportiva de los jóvenes, también el nuevo obispo de Girona (como lo hizo el obispo Francesc Pardo), habría de entrar de lleno en la realidad de la diócesis.
En el discurso escrito que el papa entregó a los sacerdotes de Barcelona, con consejos que habría de hacer suyos el nuevo obispo de Girona, Francisco les pidió que “rechazaran el “carrerismo” y la doble vida”, además “de abrazar la cruz y las mediaciones de la Iglesia”, teniendo presente que la Iglesia está formada mayoritariamente por mujeres, que, de una vez por todas, hace falta escuchar, valorar y acoger.
El papa también pedía a los sacerdotes que “buscaran la fraternidad en todos los ámbitos sociales”, cosa que hizo (y muy bien) el obispo Francesc Pardo y “aprender y enseñar a acoger a todo el mundo”. Otro consejo que el papa dio a los presbíteros de Barcelona y que tendría que tener muy presente el nuevo obispo de Girona, es la importancia de “trabajar con todo el mundo, de buscar soluciones de consenso y de vivir con espíritu libre”.
El papa recordaba a los sacerdotes que “Jesús nos llama desde nuestra pobreza, desde nuestra fragilidad”, como también el nuevo obispo de Girona habrá de ser consciente de su pobreza y fragilidad, para “responder a esta llamada con un propósito perenne de conversión”.
Finalmente, y eso es muy importante en un pastor, el papa pedía a los sacerdotes que fuesen “capaces de misericordia, no dando lecciones sino testimoniando una experiencia de intimidad con Dios”.
Unos meses antes de encontrarse con los sacerdotes de Barcelona, durante la audiencia de los miércoles, el 26 de octubre del año pasado, el papa Francisco daba unas sencillas pautas para ser un buen pastor. El obispo de Roma decía que para acompañar a las comunidades cristianas, es importante “mantener el contacte con el pueblo de Dios, con el pueblo fiel, porque aquí se encuentra la unción del pueblo de Dios: las ovejas”. Y el papa continuaba así: “Si rechazamos a las ovejas seremos unos buenos teóricos, unos buenos filósofos, unos muy buenos curiales, pero habremos perdido la capacidad de olor a oveja”.
Y aún, en 2021, dirigiéndose a los nuevos obispos, el papa les pedía que tuviesen “un estilo de vida pobre, sin considerar su ministerio, un poder, sino un servicio”. El papa aconsejaba a los obispos que “no se convirtiesen en burócratas”, ni que “se encerrasen en los palacios de poder”, ni que “se escandalizasen de los pecados y de la fragilidad de la gente”. El papa les pedía también que “no escondiesen los problemas debajo de las alfombras”, que fuesen “cercanos, dedicando más tiempo a la gente que a los despachos” y que “conozcan y abracen la realidad, escuchando, incluso, lo que no es agradable escuchar”. El papa, finalmente, recordaba a los obispos la importancia de estar muy cerca de los presbíteros ya “que el sacerdote es el vecino más cercano del obispo”.
Y en 2019, el papa decía que “necesitamos obispos capaces de escuchar el latido de las comunidades y de los sacerdotes” y por eso pedía a los pastores “una disponibilidad total”.
También he pensado que el nuevo obispo de Girona podría hacer suyas aquellas palabras, tan sencillas, tan profundas, tan llenas del aire suave y a la vez huracanado del Evangelio, que el obispo Pere Casaldàliga escribió con motivo de su ordenación episcopal.
San Benito en el capítulo IV de su Regla nos pide a los monjes (y de alguna manera también a todos), “no desesperar nunca de la misericordia de Dios”. También el nuevo obispo de Girona habría de ser un hombre misericordioso, que de esperanza, alegría y consuelo al pueblo que le espera desde hace tiempo.
Como ovejas sin pastor, a pesar del buen trabajo de mossèn Lluís Suñer, y después de casi un año de la muerte del obispo Francesc Pardo, los cristianos de Girona han de estar seguros que “no os faltará pastor”.
Etiquetas